Una gota de sudor un grano de cereal
En 2020, la producción total de cereales de China alcanzó 669,5 millones de toneladas, lo cual representó un aumento interanual de 5,65 millones de toneladas o del 0,9 %. Además, la producción se mantuvo por encima de 650 millones de toneladas durante seis años consecutivos.
Autoconfianza en el ámbito nacional y confianza en la esfera internacional son dos motivos clave que marcan en China la despedida de este ciclo anual y saludan el Año del Buey. Entendiéndolo como metáfora, el buey esforzado, resistente y persistente está llamado a ejercer tracción, contribuyendo a que el mundo siga avanzando para paralelamente superar la crisis sanitaria y económica global. Tales conceptos se desprenden al leer el discurso en Davos del presidente chino, Xi Jinping, en enero de 2021, y a la hora de hacer el balance de un año en el que China y la Unión Europea ( UE) se acercan profundizando más en sus lazos bilaterales y promoviendo el multilateralismo.
globales y crear juntos un mejor futuro para la humanidad.
Xi aboga por el multilateralismo ante las visiones excluyentes, lo cual implica a sus ojos fortalecer el G20 como foro fundamental para la gobernanza económica mundial. Asimismo, subraya lo que califica como “necesario compromiso con el derecho y las normas internacionales en lugar de buscar la propia supremacía”. En fin, alienta su compromiso con la consulta y la cooperación en lugar del conflicto y la confrontación, y promete desarrollar más esfuerzos para abordar el cambio climático y promover el desarrollo sostenible, además de seguir íntimamente comprometido en la lucha contra el COVID- 19.
China y la Unión Europea
En verdad, el multilateralismo y el compromiso con el derecho internacional defendidos por Xi en Davos se relacionan con distintos aspectos del tratado bilateral de inversiones firmado horas antes del Año Nuevo occidental entre China y la Unión Europea, porque principalmente las partes entienden convencidas de que contribuirá a reforzar la confianza internacional, la recuperación económica, así como a enfrentar el cambio climático.
Es del mayor interés que a inicios de febrero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declarara que la UE se abre a considerar vacunas como las que desarrolla China para paliar el retraso de las grandes farmacéuticas occidentales en su suministro al continente y, paralelamente, al resto del mundo. El posible suministro de vacunas chinas a Europa es un eslabón de confianza que habla en favor de una inédita cooperación, debido a que se refiere a una industria como la farmacéutica que por definición es estratégica.
En la UE igualmente se ha seguido con mucha atención el hecho de que durante 2020 los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia China alcanzaran los 163.000 millones de dólares, convirtiendo por primera vez al país en el mayor receptor de estos flujos, y acercándolo hacia el centro de la economía mundial, según expertos que se basan en los datos divulgados por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo ( UNCTAD, siglas en inglés). Es interesante recordar que la UE es uno de los principales orígenes de esa IED.
Confianza internacional
Otro dato que tanto en la UE como en el resto del mundo se ha seguido con interés porque contribuirá a reforzar la confianza en la recuperación mundial tanto en el Año del Buey como de cara a futuro es el índice de desarrollo de poder manufacturero. En él China ha subido un inédito escalón en el contexto de la ralentización correspondiente a la magra actividad productiva mundial en 2020. En efecto, el más reciente informe de la Academia China de Ingeniería publicado en diciembre y centrado en 2019 indica que tras Estados Unidos, Alemania y Japón, China ocupa el cuarto lugar como país manufacturero ( con el mayor incremento entre 2012 y 2019). El índice se compone de desarrollo de escala, calidad y beneficio, optimización estructural y desarrollo sostenible. Bruselas y las principales capitales del mundo esperan a fines de 2021 confirmar la lógica presunción de que China se ha encumbrado aún más en la vanguardia en este índice.
Igualmente apuntan a reforzar la confianza europea, occidental y mundial en general, los brillantes resultados del sector automotriz transnacional en China a lo largo del último año. Así, Mustang anunció que su Mustang Mach-E comenzará a producirse en China a fines de 2021. Por su parte, Tesla inició en enero la entrega de su modelo Y
En la Unión Europea se ha seguido con mucha atención el hecho de que durante 2020 los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia China alcanzaran los 163.000 millones de dólares, convirtiendo por primera vez al país en el mayor receptor de estos flujos, y acercándolo al centro de la economía mundial.
a sus clientes chinos desde su fábrica en Shanghai. En tanto, Volkswagen anunció que pronto comenzaría a entregar vehículos eléctricos producidos en dos nuevas fábricas chinas. Y Daimler mostró un balance de repunte productivo tan positivo en China, que su presidente lo calificó de increíble.
Por último, un poco antes del inicio del Año del Buey, el 12 de febrero, Beijing ha anunciado que está seriamente considerando unirse al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico ( CPTPP), también conocido por las siglas TPP11. Este tratado que reúne a la mayor parte de las principales economías del Asia- Pacífico promueve la globalización y la integración económica regional, y obviamente China podría (de decidir su membrecía) convertirse en su socio fundamental. Por su parte, si tras la mala salud que durante el último año ha afectado a EE. UU. remontase y regresara a la política de no unilateralismo y a un enfoque más basado en la confianza y el diálogo, y decidiera reintegrarse al tratado del que lo sacó Trump, coincidiendo con China en el CPTPP, se podría abrir una interesante posibilidad de sinergias; pero a condición de que Washington logre entender que el mundo, muy previsiblemente, ya no volverá a la normalidad anterior.
El gran desafío inmediato es cómo compatibilizar que la economía y la gente gocen de buena salud en gran parte del mundo. Un desafío urgente que este Año del Buey nos plantea es considerar que el cambio climático constituye un problema de salud pública, no solo una cuestión ecológica. Es algo que atañe a las capitales del mundo que comparten la noción de la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Ya es sabido que Beijing está en primera línea, como ha demostrado el discurso de Xi Jinping en la Cumbre de Davos, días antes del inicio del Año del Buey, ciclo que seguramente contribuirá a mover el mundo con una renovada tracción.
Este 4 y 5 de marzo se inaugurarán, respectivamente, tanto la cuarta sesión del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) como la cuarta sesión de la XIII Asamblea Popular Nacional (ANP), lo que en China se conoce como las “Dos Sesiones” y que constituyen el evento político del año. Generalmente, las “Dos Sesiones” son también una oportunidad para conocer los planes en materia de desarrollo económico y social que seguirá China en el año, pero este 2021 tiene un particular interés, en vista de la apremiante situación que vive el mundo a raíz de la pandemia de COVID-19 y el indudable peso que tiene la economía china en el sumamente afectado mercado global.
Para este año, la agenda sugerida para las “Dos Sesiones” incluye, entre otros temas, la revisión del Informe sobre la Labor del Gobierno y la evaluación del borrador del XIV Plan Quinquenal (2021-2025) y los Objetivos a Largo Plazo para 2035. Si bien las autoridades chinas han asegurado que el país intensificará la reforma y la apertura para atender las necesidades de las entidades del mercado y de su población, ¿cuáles son los temas que más interesan en América Latina?
Importante recuperación en China
Para el embajador de Uruguay en China, Fernando Lugris, esta será su quinta participación consecutiva en las “Dos Sesiones”. “Esta vez, sin lugar a dudas, pondremos especial atención en el Informe sobre la Labor del Gobierno del año pasado”, manifestó a China Hoy. El diplomático recordó que China fue la única gran economía en mostrar un importante nivel de recuperación y en exhibir cifras de crecimiento muy alentadoras, sobre todo para los países que la tienen como su primer socio comercial, como es el caso de Uruguay.
“Aguardaremos conocer las perspectivas de crecimiento para el año en curso y, a su vez, estaremos muy atentos a los anuncios que se puedan hacer respecto a la revisión del Plan Quinquenal y los Objetivos a Largo Plazo para 2035”, indicó Lugris. Por otra parte, el embajador añadió que el Gobierno del presidente Luis Lacalle Pou asigna una fundamental importancia a la protección del medio ambiente y al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo que seguirá también con atención las menciones que en Beijing se hagan sobre estos temas de impacto global.
Cabe resaltar que en China el mecanismo político de las “Dos Sesiones” no se limita a un nivel nacional, sino que también se desarrolla a un nivel local. Esto ocurrió en la municipalidad de Chongqing cuando el 20 y 21 de enero, respectivamente, se inauguraron sus “Dos Sesiones” ( la cuarta sesión del V Comité Municipal de Chongqing de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la cuarta sesión de la V Asamblea Popular Municipal de Chongqing), a cuya apertura fueron invitados a seguir en línea más de 20 funcionarios de los consulados de 12 países, entre ellos, la cónsul general interina de Uruguay en Chongqing, Agustina Casavalle.
Quien lleva también varios años siguiendo las “Dos Sesiones” es el embajador de Chile en China, Luis Schmidt, quien ha tenido la oportunidad de estar presente en siete ediciones anteriores. Al igual que
Lugris, el embajador Schmidt prestará suma atención al análisis del XIV Plan Quinquenal y los Objetivos a Largo Plazo para 2035, “pues el mundo definitivamente ya cambió”. “La expectativa que tengo para este año extraordinario como nunca es escuchar las nuevas medidas que van en el mejoramiento del pueblo chino, si no del mundo entero, donde vemos que la segunda economía mundial se prepara aceleradamente para en los próximos cinco años llegar a ser la primera”, dijo Schmidt.
Medio ambiente y economía
Para el embajador de Colombia en China, Luis Diego Monsalve, esta será la segunda ocasión en la que aprecie el desarrollo de las “Dos Sesiones”. En diálogo con China Hoy, Monsalve sostuvo que para esta edición su mirada estará dirigida principalmente a dos sectores: el medioambiental y el económico.
Respecto al primero, Monsalve recordó el compromiso asumido por China en materia de medio ambiente y su plan para reducir sus emisiones de dióxido de carbono, expuesto por el presidente de China, Xi Jinping, en septiembre del año pasado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y que involucra una cima de emisiones antes de 2030, así como alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2060. “Colombia está también comprometido con la protección de la biodiversidad, ampliar las fuentes de energía renovable, sembrar más árboles a la vez que reducir la deforestación y participar en iniciativas como el Pacto de Leticia y el Pacto de Escazú”, aseveró.
En lo concerniente al plano económico, el embajador se refirió al concepto de “circulación dual” que viene aplicando ya China y que, en su opinión, apuesta por promover una economía cada vez menos dependiente de las exportaciones y más centrada en el desarrollo y consumo interno. “Para Colombia es importante conocer cómo se implementará y qué medidas específicas se tomarán”, dijo el representante colombiano, cuyo país tiene a China como su segundo socio comercial y que en 2019 alcanzó un comercio bilateral de más de 15.500 millones de dólares (4564 millones de dólares en exportaciones colombianas y unos 11.000 millones en importaciones desde China).
“En ese contexto, es importante que nuestras empresas no se vean
afectadas y que, por el contrario, se siga progresando en el intercambio económico y reducir el déficit de la balanza comercial a través de las exportaciones colombianas”, indicó Monsalve. “Esto se puede lograr por la complementariedad de nuestras economías”.
En ese sentido, el embajador chileno Luis Schmidt resaltó que si bien la caída del comercio internacional de Chile fue de un 10 % en 2020, sus exportaciones a China subieron un 16 % y se vieron muy beneficiados minerales como el cobre, el hierro y el litio, con aumentos del 25 %, 110 % y 72 %, respectivamente, además de productos como carnes de cerdo y vacuno, frutas frescas y productos del mar. “Por eso creemos que para Chile ha sido beneficiosa la política económica de la ‘circulación dual’”.
Schmidt recordó que la “circulación dual” tiene dos pilares básicos: por un lado, la circulación interna para mejorar la actividad y el consumo interno y, por el otro, la circulación externa para mejorar la apertura del mercado, facilitar la inversión extranjera, así como la apertura de nuevas zonas de libre comercio y la cooperación con otros países.
Un punto a destacar es que la relación comercial entre China y América Latina y el Caribe se mantuvo estable en 2020. Según la Administración General de Aduanas de China, las exportaciones latinoamericanas y caribeñas al país asiático fueron de 165.879 millones de dólares el año pasado, con un aumento interanual del 0,1 %. A diferencia del comercio con Europa y EE. UU., el comercio sino- latinoamericano ha salido relativamente indemne del remezón económico debido esencialmente a la recuperación de la economía china – que registró un crecimiento del 2,3 % en su PIB el año pasado– y su creciente demanda de agroalimentos, metales y minerales, que son los principales productos de exportación justamente de los países de América del Sur.
Impulso al comercio y la inversión
Al referirse a la “circulación dual”, el embajador de México en China, José Luis Bernal, consideró que este nuevo modelo de producción y consumo en el país asiático ofrecerá seguramente un ímpetu adicional al comercio y a la inversión, lo que contribuirá a una recuperación económica global más rápida. “Ya estamos viendo estas tendencias, sobre todo en las exportaciones mexicanas, en los sectores de materias primas, alimentos y bebidas, manufacturas y servicios, que se agregan a las corrientes de manufacturas avanzadas y electrónicos que configuran las cadenas de valor que nos unen desde hace varios años y que seguimos impulsando con visión de largo plazo”, manifestó a China Hoy.
El embajador Bernal, quien es también economista, indicó que un dato muy significativo es que, a pesar de las interrupciones ocasionadas por la pandemia, las estadísticas mexicanas han registrado que el comercio entre México y China cerró en 2020 en alrededor de 80.000 millones de dólares, “lo que demuestra la fortaleza de los intercambios y lo promisorio de su expansión sostenida”.
Bernal indicó que, de acuerdo con la hoja de ruta trazada en base a las comunicaciones entre los presidentes Xi Jinping y Andrés Manuel López Obrador, así como entre los cancilleres Wang Yi y Marcelo Ebrard, se viene avanzando en la recuperación de los intercambios económicos y sociales, al menos a los mismos niveles de antes de la pandemia, en sectores como comercio, inversión, turismo, intercambios educativos, cooperación para el desarrollo, ciencia, tecnología e innovación, promoción cultural, gestión consular, entre otros.
“Un capítulo esencial es la promoción de más inversiones de China en México, con base en las fuentes de competitividad de la economía mexicana y las ventajas que derivan de la actualización de nuestros distintos acuerdos de libre comercio y asociación económica”, puntualizó.
En medio de una severa crisis sanitaria, social y económica, cobra una importancia mayúscula para América Latina el devenir de la economía china. De ahí que desde este 4 y 5 de marzo, los ojos de los países de la región estén también puestos en Beijing.
El surgimiento de nuevas variantes del virus que causa el COVID-19, en especial de aquellas detectadas en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, ha puesto en vilo a América Latina, que desde hace semanas viene afrontando una dura segunda ola de la pandemia. Hasta el cierre de esta edición, la región había superado los 21 millones de casos registrados y más de 665.000 muertes. En medio de esta situación crítica, la adquisición de vacunas se ha vuelto un objetivo primordial, pero sumamente complicado de alcanzar para los países latinoamericanos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 10 de febrero, más de tres cuartas partes de los 128 millones de vacunas administradas en todo el mundo se concentraron en tan solo 10 países, que representan el 60 % del PIB mundial. Frente a esta carrera frenética por los inmunizantes, América Latina ha encontrado en las vacunas elaboradas por los laboratorios chinos una alternativa en la batalla cuesta arriba para derrotar al nuevo coronavirus.
Un primer millón para Perú
“Hoy día podemos decir las cosas como son: hemos empezado el proceso de vacunación y hoy me vacuno sin miedo, con confianza y con esperanza”, fueron las palabras del presidente de Perú, Francisco Sagasti, quien el 9 de febrero recibió la primera dosis de la vacuna producida por la farmacéutica china Sinopharm, como símbolo de la campaña de inmunización en dicho país.
Perú ha recibido ya un primer lote de un millón de vacunas de Sinopharm, las cuales llegaron los días 7 y 13 de febrero en dos vuelos cuyos recorridos fueron seguidos muy atentamente por la población peruana. Ese primer millón de vacunas vienen siendo ya aplicadas en el personal que está en la primera línea de defensa contra los efectos de la pandemia.
Al acudir al aeropuerto a recibir el primer envío, el presidente Sagasti agradeció a Sinopharm por su buena voluntad y al Gobierno chino por su apoyo en la parte administrativa para materializar el envío. “A pesar de la gran demanda de vacunas en todo el mundo, concedemos una gran importancia a las relaciones sino-peruanas y atendemos con prioridad la demanda de Perú, superando las dificultades”, escribió la Embajada de China en ese país en su cuenta de Twitter.
Pese a las renuncias de las ministras de Relaciones Exteriores y de Salud, Elizabeth Astete y Pilar Mazzetti, debido a que fueron inoculadas irregularmente y en privado con las vacunas de la farmacéutica china, Perú aún espera concretar la adquisición de otros 37 millones de inmunizantes de Sinopharm.
En Sudamérica, Bolivia también ha mostrado su confianza en la vacuna de Sinopharm. El 11 de febrero, el presidente Luis Arce anunció el inicio de la campaña de vacunación masiva con este inmunizante, gracias a la suscripción de un acuerdo para el envío de 500.000 vacunas, las cuales ya se encuentran en Bolivia. “Ya vemos la luz al final del
túnel, luego de haber sopesado tantas muertes y recurrir a todo para combatir el COVID-19”, expresó Arce en la Casa Grande del Pueblo en La Paz.
Durante la ceremonia de suscripción del acuerdo, a la cual acudió el embajador de China en Bolivia, Huang Yazhong, el presidente Arce señaló que el envío de vacunas no habría sido posible si el Gobierno boliviano no tuviera las mejores relaciones con la parte china. Con el medio millón de vacunas, Bolivia priorizará la inmunización del personal del sector salud, que supera los 179.000 trabajadores.
Asimismo, Argentina autorizó el 21 de febrero el uso de emergencia de la vacuna desarrollada por Sinopharm. Días después arribaron a Buenos Aires las primeras 904.000 dosis.
Avance a toda máquina en Chile
En esta carrera contra el tiempo por administrar vacunas a la población, Chile es el país latinoamericano que mejor lo viene haciendo, pues hasta el cierre de esta edición había ya inoculado a más de 3 millones de personas. Para esta exitosa política sanitaria, el país ha contado sobre todo con la CoronaVac, la vacuna inactivada desarrollada por la farmacéutica china Sinovac. Tras la llegada de casi 4 millones de dosis a fines de enero, Chile comenzó el 3 de febrero con su plan de vacunación masiva.
“Después de 11 meses de duros, dolorosos y difíciles tiempos de pandemia, hoy estamos iniciando un proceso de vacunación en todo nuestro país para poder proteger a nuestros compatriotas de las amenazas que significan el coronavirus y esta pandemia”, expresó el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien el 12 de febrero, conforme al cronograma establecido en el plan, recibió la primera dosis de la CoronaVac en un centro médico de la comuna de Futrono, en la región de Los Ríos.
El objetivo del Gobierno chileno es inocular a 5 millones de personas –mayores de 65 años, enfermos crónicos, personal sanitario y fuerzas de seguridad– durante el primer trimestre del año, y llegar a los 15 millones (el 80 % de su población) para mediados de 2021. Hasta el momento, Chile tiene comprometidas 10 millones de vacunas de Sinovac.
La CoronaVac en más países
En la otra ribera de Sudamérica, Brasil inició el 6 de febrero la producción de 8,6 millones de vacunas de Sinovac, gracias al contrato firmado con el Instituto Butantan de Sao Paulo y a los insumos que paulatinamente viene recibiendo desde China, lo que mereció el agradecimiento del presidente Jair Bolsonaro. El objetivo del Instituto Butantan es entregar al Gobierno brasileño 46 millones de dosis hasta fines de abril y otros 54 millones hasta septiembre. Las vacunas de Sinovac, gracias a su conveniente transportación, han servido también para inmunizar a las comunidades indígenas, ubicadas en las zonas más remotas de Brasil y una de las poblaciones más vulnerables ante la pandemia.
Recientemente, el director del Instituto Butantan, Dimas Covas, aseguró que la CoronaVac es eficaz contra las variantes detectadas en el Reino Unido y Sudáfrica, y se encuentran haciendo las pruebas correspondientes frente a la variante registrada en el propio Brasil. Asimismo, Butantan comenzó el 17 de febrero de forma inédita con la inmunización de toda la población adulta de la localidad de Serrana, en el estado de Sao Paulo, a fin de evaluar la eficacia de la vacunación a gran escala. Según el plan, denominado “Proyecto S”, en el lapso de dos meses se debe inocular con la CoronaVac a 30.000 personas mayores de 18 años de los 50.000 habitantes de Serrana.
Colombia, por su parte, usará también la CoronaVac. El 3 de febrero, en su programa televisivo diario sobre el COVID-19, el presidente Iván Duque informó que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos ( Invima) había aprobado el uso de emergencia de la vacuna. Días atrás, el 29 de enero, el propio mandatario colombiano anunció que su Gobierno había firmado un acuerdo para conseguir 2,5 millones de inmunizantes de Sinovac, de los cuales ya arribaron 192.000 dosis.
Del mismo modo, el presidente de
Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció el 23 de enero un acuerdo con Sinovac para la adquisición de 1,75 millones de dosis. El 1 de febrero, el secretario de la Presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado, visitó la Embajada de China en Montevideo para expresar su agradecimiento al Gobierno chino por el apoyo en la llegada de los inmunizantes.
“La llegada de estas vacunas viene a demostrar el carácter integral hacia donde avanza nuestra asociación estratégica con China”, manifestó a China Hoy el embajador de Uruguay en el país, Fernando Lugris, quien añadió que el Gobierno uruguayo viene trabajando de forma muy activa junto con Sinovac para “asegurar la llegada de sus vacunas a la mayor brevedad posible”. Uruguay recibió el 25 de febrero un primer lote de 192.000 dosis.
Asimismo, el presidente de la República Dominicana, Luis Abidaner, dio a conocer el 11 de febrero la adquisición de 768.000 vacunas de Sinovac, las cuales ya arribaron a la nación caribeña. El presidente de la Sociedad Dominicana de Vacunología, José Brea del Castillo, mencionó que la CoronaVac es altamente segura y que ha sido una decisión inteligente del Gobierno dominicano incorporarla a su plan de vacunación.
Finalmente, el mismo 11 de febrero, México recibió un primer embarque de la sustancia activa de la biofarmacéutica china CanSino Biologics, la cual será envasada en el laboratorio DrugMex del estado de Querétaro para la posterior aplicación de 2 millones de dosis. El envío de la sustancia fue agradecido por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en su cuenta de Twitter.
El 10 de febrero, el Gobierno mexicano anunció la aprobación para uso de emergencia tanto de las vacunas de CanSino Biologics como de las de Sinovac. Hasta el momento, México tiene comprometidos 35 millones de dosis de CanSino y 10 millones de las de Sinovac. De estas últimas, 200.000 vacunas arribaron a México el 20 de febrero. “Somos el único país del mundo que cuenta con dos vacunas de China en su territorio”, destacó Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El COVID-19 ha dejado a una gran parte del mundo varada en su camino. La pandemia ha provocado lo que muchos esperan que la historia recuerde como la “Gran Pausa”. Sin embargo, tenemos ante nosotros un momento en el que podemos convertir esta gran pausa y catástrofe en una oportunidad para un reinicio global y el surgimiento de nuevas esperanzas para el futuro.
Una transformación completa
El riesgo más inmediato en ese momento es que nuestra sociedad caiga en una versión diferente pero aún inalterada funcionalmente de la que teníamos antes de la pandemia, lo cual sería un desastre que solo conduciría al siguiente desastre. El mundo no será y no debería volver a ser lo mismo. Mirando hacia un futuro sostenible para todos, nuestros intereses no deberían residir en recrear el mundo que teníamos, sino en crear el mundo que queremos y el que necesitamos tener, si queremos perpetuar condiciones de vida tolerables para nosotros y para el resto de la vida en este planeta. Sin embargo, este proyecto no es para los débiles de corazón. Uno de los objetivos de cualquier momento de transformación dirigido a un reinicio global y un futuro de esperanza es sentar las bases de un mundo pospandémico, en el que el interés propio humano se alinee con las realidades planetarias. No necesitamos una transformación parcial, sino completa.
Dentro de este marco, la transformación no es solo una palabra. Es un cambio fundamental en la forma de nuestras vidas. Tenemos que volver a comprometernos con la naturaleza, regenerar la biodiversidad, recrear una economía basada en la protección de los bienes comunes, eliminar el desperdicio y estimular la creatividad. Tal reinicio global puede producir beneficios universales en forma de una sociedad más sana, más justa, más segura, más amable y más conectada con la espiritualidad.
Pero para hacer esa transformación tenemos que actuar en nombre de esa esperanza. La movilización de la esperanza es una condición previa para una acción eficaz. En este caso, hay mucho que nos recuerda la creación de las Naciones Unidas, que acaba de celebrar su 75.º aniversario el año pasado. El
tema de la celebración consistió en “El futuro que queremos, la ONU que necesitamos”. Fue una celebración que vale la pena remarcar. Como Paul Kennedy nos recuerda en su emblemático libro El parlamento del hombre: el pasado, el presente y el futuro de las Naciones Unidas, es difícil hoy en día recuperar el optimismo y los altos espíritus de aquellos quienes en los últimos días de la guerra más devastadora de toda la historia de la humanidad pensaron que un nuevo orden mundial era posible, o ya había llegado. Por supuesto, estos visionarios eran demasiado optimistas, igual que los que ruedan rocas cuesta arriba. Sin embargo, lo que tenían en común era el reconocimiento de que sin instituciones de principios y normas comunes de conducta mundial, una humanidad fragmentada no podría avanzar.
Hay mucho que se puede aprender mirando hacia atrás a los últimos 70 años. Lo que vemos en retrospectiva es que el mundo ha estado donde está ahora al menos una vez antes. Se nos recuerda que en medio de un período de horror, los visionarios fueron capaces de prever un mundo reducido a escombros y ver en él un momento de transformación para todos. Tenemos ante nosotros una oportunidad única en una generación de convertir el momento de transformación, en el que estamos actualmente suspendidos por una pandemia, en un futuro mejor, más justo, más seguro y sostenible para todos. La pregunta es: ¿podemos hacerlo? Las perspectivas de todas las generaciones futuras dependen, ahora, de nuestra respuesta colectiva a ese desafío. No será fácil. Nuestro planeta es diferente –demográfica, ambiental, social y geopolíticamente– del mundo tal como era en 1945. ¿Cómo podría ser de otra manera cuando, en el lapso de una sola vida, la población humana en la Tierra se ha casi cuadruplicado, pasando de 2000 millones a casi 8000 millones de habitantes en 2020 y la producción mundial total ha crecido de 4 billones de dólares a más de 140 billones en el mismo período?
En el momento de la transformación, el nivel de cambio que necesitamos tiene que surgir de los corazones y la conciencia colectiva de la humanidad, y este cambio tiene que manifestarse en la acción en forma de implementación del marco existente de la ONU para crear un mundo más justo y sostenible. “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU” puede, si se pone en práctica ahora, ser vista a tiempo como el mayor regalo que la ONU ha dado a la humanidad.
El papel de China
China juega un enorme papel en hacer posible la transformación de nuestro mundo. A través de los esfuerzos de la ONU, hemos sido testigos del surgimiento de la idea de una sociedad civil internacional. Además, China ha proclamado la ambición de crear una civilización ecológica. Es cierto que su imagen todavía es vaga, controvertida y en constante cambio, al igual que la sociedad. Esta idea, sin embargo, continúa evolucionando y se ha convertido en el fundamento potencial del surgimiento de una segunda iluminación; una iluminación que podría florecer en el mismo momento de transformación en el que vivimos actualmente.
De esto vemos que, al igual que en 1945, este no es el fin del mundo. Es solo el comienzo de otro. Tal vez porque estamos tan conectados, la gente de hoy –como esta pandemia ha demostrado– ha ampliado la capacidad de pensar en términos de comunidad, en lugar de solo pensar en sí mismos.
Existe un gran poder si nos damos cuenta de que tenemos la mayor posibilidad para efectuar cambios y actuar más eficazmente al servicio de dónde y cómo vivimos y a quién amamos ahora y en el futuro.
Para conseguir esta meta y coincidir completamente con la visión de China de una civilización ecológica, dicha entidad está pidiendo un “imperativo de restauración” global, el rápido restablecimiento de la función crítica del sistema natural para que podamos restaurar el equilibrio en el mundo y dar un paso atrás en la crisis climática.
Lo que necesitamos urgentemente ahora es una segunda, nueva y muy diferente Ilustración. Pero ninguna Ilustración puede proceder sin un Renacimiento.
Vale la pena recordar que el primer Renacimiento de la humanidad tuvo lugar en Italia, después de la epidemia de la peste negra en el siglo XIV. Tal vez este sea el momento para otro. Todos necesitamos ser ese próximo Renacimiento, para lograr ese nuevo y más sabio comienzo.
Este es quizás el momento de la transformación, en el que podría crearse una civilización ecológica que cambie positivamente no solo China, sino el mundo entero.