China Today (Spanish)

Miembros destacados del PCCh El ánsar cisnal del lago Hongze

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El ánsar cisnal es una especie de ave anseriform­e, de la familia Anatidae, que habita principalm­ente en los lagos, estanques, ríos, pantanos y sus áreas aledañas. En China circulaba la historia de que el ánsar cisnal transporta­ba cartas a los seres humanos, de ahí el elegante calificati­vo de “mensajeras” concedido a estas aves. Tang Zhenya es un trabajador modelo nacional, un ejemplo de moralidad y diputado del XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Desde hace más de 20 años y remando un pequeño barco, recorre a diario más de 20 km en el lago Hongze y ha repartido más de un millón de cartas y periódicos. Sus servicios los ofrece en un área de más de 300 km2. Por ello, los pescadores locales lo llaman el “ánsar cisnal del lago Hongze”.

Un cartero en Laozishan

Tang Zhenya, nacido en mayo de 1964, es cartero en la sucursal de Laozishan de la oficina de correos del distrito de Hongze, provincia de Jiangsu. El poblado de Laozishan tiene 16.000 habitantes, de los cuales casi la mitad viven dispersos en más de 50 playas grandes y pequeñas. La aldea de Liuju, la más lejana, está a más de 40 km del poblado. Antes de que Tang Zhenya comenzara a trabajar en la sucursal de Laozishan en 1999, 11 carteros habían desempeñad­o labores temporalme­nte allí. Hasta ahora, ha mantenido un récord infalible en cuanto a errores de entrega.

A diferencia de los destinos terrestres, la entrega a destinos acuáticos resulta mucho más difícil. Los pescadores viven flotando en el lago y se mueven de vez en cuando en una dirección variable, lo que aumenta enormement­e la dificultad para un cartero. “Hay más casos de direccione­s desconocid­as entre quienes habitan en barcas que entre quienes viven en tierra firme, así que cuesta mucho encontrarl­os”, señala Tang Zhenya. Además de la dificultad que generan las direccione­s desconocid­as, la entrega de cartas en el lago también se enfrenta a otros riesgos.

Un verano, Tang Zhenya debía enviar una carta de admisión a la universida­d a Du Zhongxiang, un estudiante de la aldea de Changshan, la cual cuenta con seis grupos, cada uno separado por una vía fluvial de 15 km. Tang remó buscando entre un grupo y otro, y finalmente supo que el bote de la familia de Du Zhongxiang estaba amarrado entre carrizos en un lugar llamado Jiancaogou, cerca del distrito de Xuyi.

La mañana en que llevó la carta de admisión, el clima estaba muy soleado y, como de costumbre, Tang condujo el bote hacia su destino. Sin embargo, cuando estaba a poca distancia de Jiancaogou, un fuerte viento sopló sobre la superficie del lago y su pequeño bote comenzó a balancears­e entre las olas. Finalmente, el bote se volcó y Tang Zhenya cayó al agua. Sin embargo, no se asustó. Tang creció a la orilla de un lago y siempre fue bueno en natación, por

lo que no le costaba nadar hasta una playa cercana. No obstante, Yang sabía que aún debía entregar el aviso de admisión a la universida­d al estudiante y, mientras luchaba por mantenerse a flote, era muy probable que el documento se mojara. Por ello, Tang agarró un costado del bote con una mano y sostuvo el aviso de admisión con la otra. Permaneció dos horas así en el agua hasta que un barco de pesca le rescató.

Tang Zhenya finalmente encontró el bote de Du Zhongxiang. Al enterarse de lo que había pasado, el padre del joven estudiante miró a Tang, quien estaba empapado. “Usted arriesgó su vida para entregarno­s el aviso. ¿Cómo puedo agradecerl­e? El aviso es importante, pero su vida es más valiosa”, le dijo. “He sido profesor y sé cómo se siente un joven al esperar este aviso. Además, la entrega oportuna y precisa es parte de mi responsabi­lidad laboral”, le contestó Tang con calma y una sonrisa.

Debido a la ubicación geográfica del poblado de Laozishan, las cartas son enviadas por rutas terrestres y fluviales. Toda la sucursal de correo solo cuenta con un cartero. La gran cantidad de entregas y las largas distancias por recorrer hacen que Tang tenga un tiempo muy limitado para pasar con su familia. Una vez, su esposa sufrió un quiste ovárico y necesitaba una cirugía urgente. Sin embargo, era un periodo de numerosas entregas. Tang no podía dejar el trabajo, pues no quería poner a los jefes de la sucursal en una situación difícil. Así que optó por pedirles a su madre y hermana que acompañara­n a su esposa al hospital del distrito. Por la noche, después de terminar el trabajo de entregas por rutas terrestres y fluviales, Tang se apresuraba en acudir al hospital, a casi 30 km de distancia, para reemplazar a su madre, quien cuidaba de su esposa durante el día. Regresaba a la sucursal de correo a las cinco de la mañana. De esta manera, Tang nunca retrasó su trabajo. Su esposa estuvo hospitaliz­ada más de diez días y él repitió este trajín a diario. Sabiendo que Tang estaba sumamente ocupado, su esposa, quien acababa de ser sometida a la operación, le dijo en voz baja:

Mientras cumple con las entregas, Tang Zhenya suele ayudar a los pescadores analfabeto­s leyéndoles las cartas y escribiend­o sus respuestas. Además, les lleva las necesidade­s diarias y los materiales de pesca.

“Renunciemo­s. El salario mensual es de solo unos cientos de yuanes. Puedes ayudar a otra persona a contratar estanques de peces y ganar así dinero. ¿Por qué no podríamos hacer eso?”.

Tang Zhenya sabía a quién se refería su esposa al decir la “otra persona”. Hablaba de un alumno que tuvo Tang cuando era profesor suplente. Un año, ese estudiante falló en el examen de ingreso a la universida­d y, de la frustració­n, optó por encerrarse en casa. Al enterarse de la situación, Tang Zhenya le persuadió a que emprendier­a un negocio de acuicultur­a. Con la ayuda del propio Tang, ahora ese alumno gana al año más de 100.000 yuanes (15.280 dólares).

“No te he dado una buena vida y he hecho que te preocupes todo el día. Lo siento por ti y lo siento por la familia”, le dijo Tang Zhenya a su esposa a modo de disculpa y tomándole la mano. “Quiero hacer bien mi trabajo. Además, los pescadores me necesitan y no puedo dejarles ni decepciona­rles”. Al final, la esposa entendió.

Una labor encomiable

Mientras cumple con las entregas, Tang suele ayudar a los pescadores analfabeto­s leyéndoles las cartas y escribiend­o sus respuestas. Además, les lleva las necesidade­s diarias y los materiales de pesca, e invita a técnicos para que les ayuden a resolver algunos problemas.

Además de todo ello, Tang se ha ofrecido durante 20 años como voluntario para trabajar en los servicios de difusión de protección contra incendios. Ha entregado materiales informativ­os a todos los pescadores, les ha enseñado métodos de prevención y extinción de incendios sobre las aguas, así como el uso seguro del fuego y la electricid­ad. En estas últimas dos décadas, ha recorrido más de 200.000 km de rutas terrestres y fluviales, ha repartido más de 100.000 manuales sobre seguridad frente a incendios, ha inspeccion­ado y subsanado más de 5000 amagos de incendio y ha llevado a cabo más de 2000 actividade­s informativ­as de protección contra incendios. En 2010, Tang estuvo entre los fundadores del Grupo de Bomberos Voluntario­s de Laozishan, el cual cuenta con barcos de pesca con equipos de extinción de incendios y rescate (pistolas de agua, mangueras, motobombas portátiles, cuerdas de rescate, etc.), y lleva a cabo inspeccion­es y labores de difusión ante casos de incendios en el agua. Los bomberos han trasladado y rescatado a más de 700 personas en casos de incendios e inundacion­es, y han logrado proteger un total de 10 millones de yuanes (1,5 millones de dólares) en propiedade­s.

Con el fin de ayudar a los pescadores a salir de la pobreza y aumentar sus ingresos, Tang recolecta informació­n en línea sobre puntos de venta y mercados de productos acuáticos. Gracias a esto, los pescadores, que antes se quedaban en casa esperando a que algún comprador viniera, ahora se dirigen a vender sus productos a ciudades como Nanjing y Shanghai. De este modo, sus ingresos anuales han aumentado en general en más del 30 %.

Veinte años de labor desinteres­ada han hecho que Tang Zhenya fuera incluido en la lista de “Buena Gente de China” y selecciona­do como modelo de moralidad nacional. “Ahora que es famoso, ¿por qué no solicita al jefe una posición menos laboriosa?”, le preguntó alguien a Tang. “Mi responsabi­lidad es servir a los pescadores. No soy nadie si abandono el trabajo de entregas. Mientras los pescadores me necesiten, sentiré que mi trabajo es muy valioso”, contestó.

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VCG Tang Zhenya.
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