La visión de los expertos
La situación relativa a los derechos humanos en el Tíbet siempre ha acaparado la atención de la comunidad internacional, valiéndose de ello como pretexto para que muchas fuerzas occidentales ataquen a China. Sin embargo, lo que realmente se esconde detrás es el deseo de intervención política, que a la vez desconoce el desarrollo que ha tenido el Tíbet. En contraste, expertos y eruditos, que son quienes realmente están interesados en la cultura tibetana, destacan el desarrollo social y la protección que gozan los derechos humanos en el Tíbet, lo cual han documentado a través de investigaciones y estudios de larga data.
una extensa red de comunicación vial formada por carreteras, ferrocarriles y líneas aéreas; el comercio, la logística, el comercio electrónico y otras industrias modernas se han ido desarrollando rápidamente; hay más de 37.000 estudiantes en educación superior, junto con la existencia de escuelas vocacionales que ofrecen cursos de habilidades y técnicas”, explica el abogado pakistaní.
Haile Andargie Wondalem, vicerrector de la Facultad de Derecho de la Universidad de Debre Markos (Etiopía), ha monitoreado durante largo tiempo el desarrollo de los derechos e intereses de las mujeres tibetanas. Según indica, los años de escolaridad han ido aumentando sostenidamente, mientras que cada vez son más las mujeres que se desempeñan como doctoras, profesoras y técnicas profesionales, gracias, en gran medida, al propio desarrollo económico y social que ha experimentado esta región autónoma.
“Antes de 1959, el Tíbet se encontraba bajo el yugo de los señores feudales, mientras que las mujeres recibían tratos crueles y eran, incluso, oprimidas. No tenían libertad a la hora de decidir con quién casarse, ni tampoco la posibilidad de educarse. A la vez, la salud no estaba garantizada y la mortalidad era muy alta”, señala Haile Andargie Wondalem. Tras el inicio de la reforma democrática, hubo una ostensible mejora gracias al compromiso del Gobierno por ampliar la enseñanza desde los primeros años de infancia hasta la educación superior, además de brindar mayores espacios para la educación especial, la formación vocacional y la enseñanza de adultos. Desde el punto de vista de la salud, el Tíbet cuenta actualmente con más de 1339 hospitales y clínicas, 23 veces más que 1959. “Gozar plenamente de los derechos humanos no solo significa liberarse del yugo de la opresión, sino también poder realizarse plenamente como persona mediante el derecho a la subsistencia y a la autonomía. En ese sentido, el respeto y la protección de los derechos de las mujeres tibetanas sirven para que puedan gozar de un futuro más próspero y feliz”, resalta Haile Andargie Wondalem.
Yogeshwar Romkhami, exsuperintendente de policía y principal dirigente del Partido Socialista Popular de Nepal, explica que en estas siete décadas el Tíbet ha logrado grandes avances en términos de desarrollo y crecimiento social, gracias a lo cual ha dado un gran salto hacia la modernización. Junto con la inversión y el desarrollo en infraestructura, el Gobierno chino también ha velado por la protección del patrimonio histórico y cultural, además de lograr un equilibrio entre la protección medioambiental, el desarrollo económico y el bienestar de los habitantes locales. Asimismo, Romkhami considera que la gran lucha contra la pobreza en China ha cambiado de lleno la realidad del Tíbet.
Herencia de la cultura tibetana
La doctora Elaine Robson, académica británica dedicada al estudio del Tíbet, tiene lazos inseparables con la lengua tibetana. Robson comenzó a estudiarla y a tener contactos estrechos con la cultura a partir de la década de 1950. Posteriormente, en la década de 1990, profundizó sus conocimientos bajo la guía del profesor Hu Tan, del Centro de Investigación en Tibetología de China, el cual se ha dedicado durante años al análisis, ordenamiento y preservación de la lengua y cultura tibetanas. Gracias al impulso del profesor Hu, Robson comenzó a traducir una serie de obras maestras de la literatura clásica al tibetano, las cuales tuvieron una amplia acogida. La doctora cree que el haber logrado llevar este trabajo a cabo se debe en gran parte al Gobierno chino, que se ha esforzado por proteger e impulsar la lengua y la cultura de diversos grupos étnicos.
Sarbottam Shrestha, presidente de la Sociedad Arniko de Nepal, comparte una visión similar respecto al interés por parte del Gobierno chino en pos de la protección de la cultura tradicional tibetana. “La epopeya del rey Gesar, una famosa obra literaria y folclórica del Tíbet, ha sido cantada de generación en generación y tiene diversas versiones. El Gobierno chino llevó a cabo un extenso trabajo de recopilación de las diversas versiones para la publicación de dicha epopeya, la cual se ha convertido en la poesía épica más larga del mundo. Otro ejemplo son Kangyur y Tengyur, sutras que son obras maestras del budismo tibetano. La redacción de ambas requirió del trabajo de un gran número de personas y de dinero, pero gracias a este esfuerzo conducido por el Gobierno, el Centro de Investigación en Tibetología de China ha cumplido una importante tarea”, recalca Sarbottam Shrestha.
El sánscrito, que es uno de los idiomas más antiguos del mundo, tiene un rico contenido. Entre las numerosas obras escritas en esta lengua, destacan las cuatro clásicas del brahmán antiguo: Rigveda, Samaveda, Yajur-veda y Adapo Feituo, y las dos poesías épicas de Mahabharata y Ramayana. China es el país con la mayor cantidad de sutras budistas en sánscrito desenterrados del mundo. De estos, los sutras escritos en hojas de pattra son los más icónicos y se encuentran en su mayoría conservados en los templos de la región autónoma del Tíbet. Birgit Kellner, erudito austriaco, opina que estos libros escritos a mano y conservados en el Tíbet son uno de los mayores tesoros de la humanidad. “El contenido de estos libros versa sobre astronomía, geografía, poesía, aritmética, gramática, budismo, entre otros temas. Actualmente se conservan en los templos e instituciones del Tíbet más de 60.000 libros escritos en sánscrito sobre hojas de pattra, equivalentes a 3500 o 4000 obras. Muchos de ellos representan escritos únicos en el mundo, por lo cual son de suma importancia, sobre todo porque muchos de los originales no han sido debidamente conservados en la India, de modo que las copias escritas a mano en China son de un valor incalculable”.
Tras la fundación de la República Popular China, el Gobierno chino ha prestado gran atención a los esfuerzos por salvaguardar los sutras en sánscrito del Tíbet mediante la creación de equipos dedicados a la recopilación de obras clásicas y medidas especiales para la protección de los escritos en hojas de pattra. De esta manera, se han logrado conservar numerosos documentos, gracias a los cuales se han llevado adelante estudios, publicado libros y realizado intercambios académicos a nivel internacional en los últimos años.
Birgit Kellner explica que el Centro de Investigación en Tibetología de China ha cooperado estrechamente con la Academia de Ciencias de Austria en el marco de la investigación y estudio de los libros escritos a mano en sánscrito del Tíbet, y se espera seguir profundizando los lazos a futuro.