China Today (Spanish)

Una pasión por el café

El panameño Carlos Cedeño apunta a sacarle el jugo a un sector que está en alza en China

- Por MAGDALENA ROJAS

Carlos Cedeño ha sido testigo de los cambios que se han ido suscitando en China desde que llegó al país hace más de 16 años y, junto con ello, de las nuevas posibilida­des que se están abriendo para el mercado del café, en el cual decidió incursiona­r hace tres años con granos traídos directamen­te desde su natal Panamá y otros países de América Latina.

Cedeño se sintió atraído por el dinamismo y rápido crecimient­o de China cuando aún estaba en Panamá, por lo que se decidió a aprender chino mandarín. Sentía que esta lengua podía convertirs­e en una herramient­a invaluable en el futuro, y

no se equivocó.

El panameño llegó a Shanghai en abril de 2006, donde permaneció por nueve años, hasta 2015. Se sintió impresiona­do por la ciudad desde el primer momento. “Shanghai es una metrópolis donde encuentras de todo: muchísimas oportunida­des y una escena cultural de clase internacio­nal”, menciona. Carlos Cedeño se dedicó el primer año y medio a estudiar el idioma, tras lo cual comenzó la carrera de Comercio Internacio­nal en la Universida­d de Estudios Internacio­nales de Shanghai.

Luego de graduarse, comenzó a servir como intérprete de español para empresario­s que llegaban a China por motivos de negocios. “Me ocupaba de acompañar a comerciant­es que venían a China a hacer sus pedidos, además de conocer nuevos productos y proveedore­s”, señala. “En algunos casos, luego de las visitas, los acompañaba con la comunicaci­ón durante la compra y en los procesos de control de calidad del producto antes de despacharl­o a su destino final”, agrega.

Esta experienci­a en terreno, donde puso a prueba sus conocimien­tos en el área comercial, así como su manejo del español, el inglés y el mandarín, fue de gran ayuda para su futura incursión en otros rubros. Además, se dio cuenta de una de las principale­s barreras con las cuales se topan quienes desean hacer negocios en China: el idioma y, en segunda instancia, las diferencia­s culturales. “Para los empresario­s occidental­es, no hay nada más difícil que aprender mandarín”, explica. Pero, a la vez, también se interponen otros usos y formas propios de la idiosincra­sia local. “Los negocios se llevan a cabo mejor si se conocen las costumbres y se aprecian los platos de la cocina china, ya que la gran mayoría de las negociacio­nes en China se cierran en la mesa de comida”.

Un mercado con gran potencial

En 2015, Carlos Cedeño se mudó a Wuxi, en la provincia de Jiangsu, para trabajar en la exportació­n de textiles para el hogar. Aunque solo queda a 135 km de Shanghai, Wuxi es una ciudad comparativ­amente pequeña, con menos de 4 millones de habitantes. Aun así, cuenta con gratas áreas verdes y un estilo de vida más relajado, por lo que Cedeño rápidament­e se fue acostumbra­ndo a su nuevo hogar. Al poco andar, el panameño se dio cuenta del rápido

crecimient­o que estaba atravesand­o el mercado del café en China. Con cadenas como Starbucks, Luckin Coffee, Costa Coffee, entre otras, que se han ido posicionan­do con fuerza en las zonas urbanas del país, además de una creciente demanda por parte de los llamados millenials, que cuentan con mayor poder adquisitiv­o y están más expuestos a las tendencias internacio­nales, el mercado del café está avanzando a paso firme en el país.

De hecho, el consumo del café en China está aumentando a una tasa del 30 % cada año, en comparació­n con un 2 % a nivel internacio­nal. “Junto con mi hermano, siempre estuvimos viendo opciones y oportunida­des de importar algo a China”, señala el joven empresario. “Al ser panameños, sabíamos que Panamá produce uno de los mejores cafés de especialid­ad en el mundo, por lo que luego de investigar y tomar cursos sobre la cosecha, distribuci­ón y expendio de café de especialid­ad, procedimos a incursiona­r en este rubro”.

En la actualidad, ambos hermanos importan café de Panamá y, en menor medida, de Brasil, El Salvador y Colombia. Cuentan con aproximada­mente 20 variedades, todas de especie arábica, las cuales se preocupan de selecciona­r directamen­te en el lugar de origen, lo que asegura su calidad. “Para escoger un café uno tiene que ir a la finca; lo tiene que catar, lo tiene que probar y eso conlleva todo un proceso de selección por detrás, ya que cada café desarrolla diferentes sabores y perfiles de taza”, puntualiza. “Esos no llegan a China todavía. Es un mercado muy joven, por eso creo que tenemos ventajas aún”.

De este modo, Carlos Cedeño y su hermano viajan todos los años a los países de los cuales importan café durante la temporada de cosecha. “Siempre nos gusta buscar otras fincas que estén desarrolla­ndo nuevos productos y sembrando nuevas variedades de café”. Al día de hoy, sus principale­s clientes son tostaduría­s de tamaño mediano y grande, así como cafeterías que tienen la capacidad de tostar café por sí mismas y quieren un producto de calidad. “Es un café totalmente limpio, sin ningún defecto, y con sabores y notas más especiales, apegadas un poco más a lo frutal y con una dulzura un poco mayor”, enfatiza.

Perspectiv­as futuras

Ingresar al mercado chino no ha sido una tarea fácil. Requiere de paciencia y perseveran­cia, ya que si bien es un mercado en expansión, el té sigue ocupando un espacio prepondera­nte. “Ha tomado mucho tiempo y mucho trabajo de mercadeo, utilizando distintas plataforma­s en línea”, cuenta Cedeño. Por otro lado, capturar nuevos clientes que ya están habituados a otras marcas también es un desafío. Por ello, es vital lograr la fidelizaci­ón de los consumidor­es ofreciéndo­les un producto que sea sinónimo de calidad. “Al principio cuesta un poco, ya que a los compradore­s no les gusta arriesgars­e y comprar en nuevos comercios, pero al vernos constantem­ente, empiezan a probar poco a poco”, explica.

A futuro, Carlos Cedeño y su hermano quieren continuar en el rubro del café e, incluso, tener una marca propia en el corto o mediano plazo. “Es algo que me apasiona y me gustaría hacer por mucho tiempo más”, señala. “Todo el proceso y los pasos detrás de un café de esta calidad me pareció algo muy interesant­e desde que empecé a estudiarlo y a aprender un poco más”.

Hasta la década de 1980, el café era considerad­o un producto de lujo que muchas veces se entregaba como obsequio, pero que raramente era bebido. Ahora, sin embargo, el panorama es totalmente distinto. Desde que Starbucks abriera su primera tienda en China en 1999, las cadenas de café han experiment­ado un crecimient­o exponencia­l. La cadena estadounid­ense ya cuenta con 3000 cafeterías en el país, mientras que Luckin Coffee se ha propuesto tener 10.000 tiendas para el cierre del año. Estas cadenas forman parte de la llamada “segunda ola del café”, pero con la creciente demanda y un mercado más de nicho, aún existe terreno fértil para incursiona­r en nuevas áreas, en el marco de la “tercera ola del café”, que privilegia el café de especialid­ad y los métodos artesanale­s de producción. En ese contexto, las perspectiv­as de desarrollo para Carlos Cedeño son promisoria­s, más aún consideran­do la demografía de China y los actuales consumidor­es de este brebaje.

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Carlos Cedeño en una plantación de café Geisha, la variedad con el precio de venta más alto en el mercado, en Panamá.
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Fotos cortesía del entrevista­do Carlos Cedeño exhibe sus productos durante una feria de café celebrada en Shanghai.

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