Equilibrio que roza la perfección
A su impecable comportamiento dinámico, esta cupé suma un elástico motor y una eficiente caja automática.
La transformación que ha tenido Porsche en poco más de una década es sorprendente. De ofrecer solo dos deportivos ( 911 y Boxster) pasó a una gama de cinco modelos (con un abanico generoso de versiones) con la que hoy triplica las ventas mundiales de principios de este milenio. Esa ampliación de gama se dio con carrocerías no tradicionales para la marca, como Cayenne y Panamera, y con un refuerzo en los modelos deportivos, los que construyeron la reputación de la casa de Stuttgart. Allí es donde aparece el Cayman, la “cupé chica” de Porsche, cuya segunda generación ya pudimos manejar y que las primeras unidades recién serán entregadas a principios de 2014 en el país. El Cayman es la versión cupé del Boxster, modelo con el que comparte prácticamente todo. Este modelo nació como una opción más económica al 911. Y si bien no tiene su mística (ni su potencia), el Cayman transita por la senda del éxito gracias a sus extraordinarias cualidades dinámicas. La arquitectura de esta cupé, con el motor de disposición central, es la considerada ideal para un vehículo deportivo. Al estar ubicado entre los dos ejes, el reparto de pesos está más parejo que con cualquier otra configuración. Esto permite, a priori, reacciones neutras. Esta segunda generación del Cayman, además, amplió la distancia entre ejes, ensanchó las trochas y redujo su altura, todas modificaciones que lo hacen más seguro, más efectivo al transitar las curvas y más fácil de manejarlo. Pudimos ponernos al volante de la versión más potente, el Cayman S. Está equipado con un motor bóxer (cilindros horizontalmente opuestos) de 3,4 litros y 325 caballos de fuerza. La unidad probada contaba además con una caja automática de 7 marchas y doble embrague. Si bien es un auto potente, no es un valor exorbitante. Y lo cierto es que le queda a medida al Cayman. La fuerza se entrega en forma pareja desde muy bajas vueltas en cada una de las siete marchas. La caja, denominada PDK por Porsche, tiene un funcionamiento irreprochable en todos sus modos (Normal, Spo Sport Plus y Manual) y saca el m provecho posible del propulsor sea en una conducción “de pase buscando el tiempo en un circu Tuvimos la posibilidad de man el Cayman S en tramos de ruta sinuosa, en la que esta cupé cru cada curva como si fuera una re Y cuando tuvimos que entrelaz curvas, la respuesta fue sorpren te: el Cayman no se conmueve exactamente por donde se lo in
ort, mejor r, ya seo” o uito. nejar a muy uzaba ecta. zar ndeny va ndica- mos. Esta facilidad para moverse en sectores trabados, le permite atravesar curvas con una velocidad difícil de lograr con otros deportivos. También giramos en el Circuito de Algarve, en Portimao, sur de Portugal. Allí seleccionamos la opción Sport Plus, que endurece los amortiguadores, hace aún más rápida a la caja, acorta el recorrido del acelerador y permite cierto deslizamiento de ruedas hasta que entra en acción el control de estabilidad. Lo que suponíamos en ruta fue superado ampliamente en pista. Una vez más, la velocidad con la que transita cada curva nos dejó con la boca abierta. Este modelo llegará a principios de 2014 en las versiones Cayman (275 CV) y Cayman S. ¿Precios? Aún no se han especificado, pero la gama será un 10 % más cara que la del Boxster, que hoy cuesta 820.000 pesos. Un valor alto comparado con la generación anterior, con una referencia más cercana al dólar paralelo y que al oficial. Algo que no ocurre con el resto de las marcas en el país.