Elige tu propia emoción
Manejamos los tres motores que llegarán al país en 2014: desde un económico 3 cilindros de 90 CV hasta los 200 CV de la versión RS.
Una de las grandes atracciones del pasado Salón del Automóvil de Buenos Aires fue el nuevo Renault Clio. Recientemente, en Francia, tuvimos la oportunidad manejar las tres motorizaciones que llegarían a nuestro mercado, a mediados de 2014 importados de Europa. La versión del Clio IV que tenía arribo confirmado era la RS (de color rojo en las fotos), la variante deportiva de este compacto. Y fue la primera con la que tomamos contacto. Con toda la herencia de la división Renault Sport, mues- tra un claro diferencial estético y un “decorado” interior de calidad y con claro corte deportivo. Su motor es un 1.6 litro de 200 caballos, que un vehículo de este tamaño no puede entregar otra cosa más que adrenalina. La respuesta al acelerar está disponible a muy bajas vueltas (su torque es de 240 Nm y está disponible ya a las 1.750 rpm). Lo ayuda también a esa rápida reacción la caja automática de doble embrague y seis marchas. Las suspensiones son firmes pero no tanto como para
impedir un uso cotidiano. La segunda versión a la que pudimos subirnos estaba equipada también con un motor pero de 1.2 litro y 120 caballos de fuerza (el modelo azul en las fotos). También asociado a una caja automática de seis velocidades, este propulsor se mostró acorde a lo que sus números prometen. Ofreció buenas reacciones en el tránsito urbano y respondió con eficiencia al recuperar velocidad en ruta. Las suspensiones son notoriamente más cómodas que la versión RS. Aunque la opción que manejamos contaba con una terminación denominada GT, que además de accesorios estéticos llevaba cubiertas de bajo perfil que se hicieron sentir en superficies desparejas. Este motor estará disponible en el país pero no la versión GT. El último motor que probamos sobre el Clio IV es el último que falta confirmar su llegada a nuestro país, aunque su arribo está prácticamente definido, es un tres cilindros de 898 cm3 y 90 CV. Si bien era el menos potente de los tres que manejamos, fue el que más nos sorprendió. No sólo porque responde de muy buena manera, tanto en ciudad como en ruta, sino porque lo hace con un muy bajo consumo de combustible (tiene un promedio homologado de 4,5 L/100 km). Y todo con buena calidad y gran nivel de equipamiento.