Para romper con lo convencional
Si no se busca mucho espacio interior, el Beetle es una opción más que conveniente por estilo, calidad y rendimiento.
El Escarabajo se ha renovado una vez más. s. Se trata de la tercera generación neración de este modelo súper campeón en ventas en el pasado o pero que en el último tiempo ha a apelado a una fórmula de diseño ño y aspiracional, jugando precisamente cisamente con las formas que lo popularizaron tiempo atrás. Esta idea fue imitada con éxito por BMW con el Mini y por Fiat con el 500, ambos también con pasados populares y presentes “chic”. Pu- dimos probar las dos opciones de motor que e ofrece este nuevo Volkswagen para terminar de comprobar que los cambios no solo son estéticos. La segunda generación, n, que apareció en 1998, determinó el nombre de Beetle eetle a nivel mundial. Su figura a apelaba al pasado desde un lado simpático y femenino: en su interior ior contaba con un pequeño florero junto a la consola central. Esta nueva edición, en cambio, tiene un estilo bien deportivo y con proporciones claramente distintas: es más larga, más ancha y más baja. Por supuesto que no pierde los rasgos característicos del Escarabajo original, claramente evidenciados en los faros delanteros circulares, los marcados pasarruedas y su configuración de dos puertas. La primera versión que pudimos probar fue la más potente. Llega con el motor 2.0 Turbo que entrega 211 caballos de fuerza. La unidad de prueba estaba equipada con la caja automática DSG de doble embrague de 6 velocidades. Las bondades de este propulsor están más que probadas en distintos productos del Grupo VW. Y más si se combina con la transmisión DSG, como era este caso. Su empuje al acelerar es notable, con una respuesta inmediata desde muy bajas vueltas y en cada una de sus marchas. Con esta caja automática, tanto una conducción relajada como una enérgica se logra muy fácilmente en ambos casos. Es también en la conducción en donde el nuevo Beetle sorprende. Su imagen más deportiva responde a un concepto integral. Ahora cuenta con una marcha sólida y un destacable comportamiento dinámico que le permite contar con una muy buena agilidad.
Tiene una gran capacidad para atravesar curvas con facilidad. La sensación general es la de un vehículo sólido, fuerte, con mucho aplomo. Muy distinto al de la generación anterior, que mostraba una marcha más “suelta”, con marcados balanceos de carrocería, tanto transversales como longitudinales. Luego tuvimos la oportunidad de probar la versión que viene con el motor 1.4 Turbo de 160 caballos de fuerza; en este caso, acoplado a una caja manual de 6 marchas (también ofrece una DSG de 7 velocidades). El resultado que da este propulsor en general es más que satisfactorio. Pero en el nuevo Beetle es sobresaliente. Siempre contamos con una gran reacción a disposición, inclusive cuando se circula en quinta o sexta marcha a bajas vueltas. Si bien no cuen- ta con la explosión del 2.0, este motor también empuja en forma enérgica. De hecho, las diferencias en valores de aceleración no son significativas y sí tiene a favor los datos de consumo (ver fichas técnicas). Y cuando hablamos de precios la balanza se inclina completa- mente del lado de la versión 1.4, que cuesta $ 227.760 contra los $ 407.190 del 2.0 que manejamos ($ 388.730 si la transmisión es manual). Hay que aclarar que la variante más costosa está alcanzada por el “impuesto al lujo”. Solo así se explica semejante diferencia. De todos modos, el gran rendimiento del 1.4, sumado a un menor consumo no justificarían, a nuestro modo de entender, los pesos que hay que poner demás. Inclusive, se presenta como una alternativa más que conveniente frente a otros modelos bicuerpo del mercado. Si el espacio en plazas traseras y de capacidad de baúl no son la prioridad, el Beetle llega como una opción de peso a tener en cuenta frente a modelos como el Ford Focus (versión SE Plus, $ 239.182) o el Chevrolet Cruze 5 Puertas (versión LTZ, $ 235.500). Por dinámica, calidad interior y eficiencia, la nueva generación del Escarabajo rompe con ciertos paradigmas. Y además, es atractivo.