Confort y bajo consumo
Tiene un diseño atractivo, un completísimo equipamiento y una muy buena habitabilidad. Su motor es un 1.6 de 111 CV, que no es muy “picante”, pero gasta muy poco: en ruta, a 90 km/h, apenas 5,5 litros de nafta cada 100 kilómetros.
ada vez que nos preguntan qué auto nos parece mejor, la respuesta es siempre la misma: depende del uso que le vaya dar. En este caso, el Renault Mégane III llega a la Argentina en una única versión, con un motor 1.6 de 111 CV y un muy buen nivel de equipamiento de serie. Entonces, si busca performance, no elija este modelo; en cambio si lo que quiere es un mediano con buena habitabi- lidad, de diseño atractivo, con mucho equipamiento de confort y seguridad, y con un consumo de combustible realmente contenido, éste es el auto. Pero el quid de la cuestión es la relación precio-producto. Este Mégane III llega importado de Turquía y cuesta 291.300 pesos, y si lo comparamos con sus rivales directos, el Ford Focus de 5 puertas, el Peugeot 308 (ambos de producción nacional) y el Volkswagen Golf (mexicano), con equipamientos y precios similares, ofrecen motores más potentes: 150 CV el VW, 163 el Peugeot 170 el Ford. Pero incluso en Renault mismo, hay una opción que a primera vista parece más conveniente: el Fluence GT2 (también hecho en la Argentina), con 200 CV de potencia, look deportivo e incluso un mejor equipamiento que el Mégane III, cuesta 316.400 pesos. Sí, son 25 mil pesos más, pero no parece tanto, en autos de esta categoría, si vemos lo que ofrece uno y otro modelo. Aunque todo esto parece “pura cháchara” en un mercado como el argentino, absolutamente desvirtuado. Porque es muy probable que ningún concesionario respete los precios de los rivales del Mégane III (sabemos que hay sobreprecios de hasta el 20%) ni el del Fluence GT2, que cuando publicamos su test ya dijimos que haciéndonos pasar por compradores nos llegaron a pedir hasta 380 mil pesos en lugar de los 316.400 de la lista oficial de precios de Renault. En este contexto, como el Mégane III seguramente va a ser un auto menos demandado, será difícil que le recarguen el precio y pasará a ser entonces una buena opción de compra. Por otro lado, por las restricciones para importar que tienen las automotrices en el país, muchas veces no están disponibles los modelos que buscamos (esto también influye para que los concesionarios recarguen los precios cuando tienen ese modelo demandado), y hay que conformarse con lo que hay. Estos son tiempos poco propicios para los amantes de los autos e incluso para los que ven en ellos algún modo de inversión. Hoy es mejor pensarlos como bienes de uso y, como tales, sujetos a depreciación. En este sentido, surge otra cuestión ineludible: en el Salón del Automóvil de Fráncfort, el mes pasado, acaba de presentarse el Mégane IV, que comenzará a venderse en Europa a fin de este año, por lo cual este Mégane III será en la Argentina un modelo de transición, que a fines de 2016 podría ser reemplazado. De todas formas, insistimos en lo esencial: el Mégane III es un auto atractivo, bien equipado, muy bien construido, con materiales de calidad, y con un motor que si bien no es demasiado potente, consume muy poco. Si necesitan eso, no lo duden.
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