El ejecutivo que conviene
No cuenta con los últimos “chiches” tecnológicos de la versión full, pero comparte una mecánica moderna y eficiente. Además, su precio de $ 469.700 lo ubica 300 mil pesos por debajo de sus rivales.
L as marcas generalmente eligen a sus versiones topes de gama para comunicar sobre las bondades de sus modelos. Tiene lógica ya que son esas las que cuentan con los niveles de equipamientos más altos a pesar de que son también las más caras. Y Ford utilizó a la versión Titanium para explicar cómo es la nueva generación del Mondeo, modelo que fue presentado en mayo en nuestro país. De este modo nos enteramos que introdujo con este modelo el sistema de mantenimiento de carril (corrige la dirección en forma automática si advierte que empieza a salirse del mismo), el detector de fatiga (recomienda parar a descansar si advierte movimientos extraños o poco habituales sobre el volante, freno y acelerador) o los airbags incorporados en los cinturones de seguridad traseros (amplían la superficie de apoyo en el cuerpo y distribuyen mejor la fuerza para reducir las lesiones durante un impacto). Pero para esta ocasión decidimos probar la versión intermedia de este sedán, denominada SE, que por su relación precio-beneficio se convierte en el modelo mediano grande más conveniente del mercado. Esta versión del Mondeo carece de los elementos antes mencionados y de algunos otros más (arranque sin llave, sistema de estacionamiento asistido, butacas delanteras refrigeradas, sensor de lluvia, regulación de luz ambiente del interior y el encendido automático de las luces altas, entre otros). Pero mecánicamente es idéntico a la opción Titanium. Lleva un motor naftero de 2.0 litros, con inyección directa y sobrealimentación con turbo, que le da una potencia de 240 caballos de fuerza. Se trata de un propulsor que responde en forma enérgica cada vez que se lo solicita y prácticamente a cualquier régimen de vueltas. Esa gran respuesta se puede alternar con un manejo relajado y confortable. Y es en este último modo en donde mejor responde la caja de cambios automática, con pasos de marcha suaves. Si tomamos en cuenta su potencia, tamaño y peso, su consumo de combustible (10,5 L/100 km en ciudad y 6 en ruta) es bueno. Su comportamiento dinámico es otro punto alto. Se mueve con gran aplomo y no muestra importantes inclinaciones de carrocería. En ciudad o superficies desparejas, absorbe con eficacia las imperfecciones del camino. La insonorización del habitáculo es muy buena. Por dentro es un auto cómodo, con buen espacio para cinco ocupantes, aunque el pasajero que viaje en la plaza central trasera no lo hará tan cómodo como los demás debido al diseño del asiento, que es algo duro y está más elevado que los puestos que están cerca de las puertas. El Mondeo 2.0 SE se vende a un precio de $ 469.700, mientras que la Titanium cuesta $ 730.200. El salto se explica porque esta última es alcanzada por la escala más alta del impuesto interno. Existe una SE con motor 2.5, de 170 CV, un consumo algo superior e idéntico equipamiento, que cuesta $ 439.400. Pero consideramos que la modernidad del motor, más potente y menos tador, justifica la diferencia. Y como toda la gama del modelo de Ford llega de México, no paga arance de importación. Por eso rivales como el VW Passat (desde $ 780.478) el Toyota Camry (desde $ 949.100) hoy no tienen mucho qué hacer.