Elegante mezcla de aventurero y sport
Con un diseño exclusivo y original, llega este exponente de la marca de lujo del grupo PSA Peugeot-Citroën.
En 2010 Citroën había lanzado una submarca con la que intentaba ubicar modelos en una línea más lujosa y deportiva. Tomó el nombre del vehículo más importante de su historia a nivel tecnológico y denominó DS a esta serie de autos. Así aparecieron los DS3, DS4 y DS5 (los dos primeros llegaron a nuestro mercado). Pero la dirección del Grupo PSA decidió darle rienda suelta a esta división y le dio categoría de marca. Antes de que salga a la venta en el país, pudimos probar el DS4 Crossback, un DS “puro”. Lo que debe lograr la marca DS es separarse de Citroën. Y la primera medida que se tomó fue borrar cualquier efecto visual (los modelos anteriores lo tenían) que refiera al doble chevrón, el logo de la compañía francesa. Pero si bien no hay rastros del tradicional emblema de la marca, esta versión no deja de ser un rediseño del modelo anterior, que tomaba como base al Citroën C4 bicuerpo que se comercializa en Europa. El mayor cambio que muestra esta “independencia” de Citroën está en la trompa, que exhibe una grilla exagonal y con dos logos DS, uno sobre la parrilla y otro sobre el capot. Como para que no queden dudas. Por otra parte, es inteligente la estrategia de la filial local de traer esta versión Crossback (probablemente más adelante también se ofrezca en la Argentina la versión convencional), ya que tiene un tratamiento diferenciado. En esta moda de querer hacer todo deportivo y todo off road, la gente de DS ha logrado un buen balance con este modelo. Una distancia al suelo superior, plásticos negros que bordean los guardabarros, cobertores de espejos laterales y llantas pintadas con el mismo color, barras techo cromadas y un remate en el sector trasero con un gran aplique cromado. El resultado da una figura realmente llamativa, que uno no termina de descubrir si se trata de un vehículo aventurero o de uno sport. Desapercibido seguro que no pasa. Claramente y aunque tenga ese tratamiento off road, el DS4 Crossback tiene una orientación más bien deportiva. Sus puertas traseras (muy pequeñas y con vidrios que se mantienen fijos; no pueden bajarse) esconden sus tiradores de apertura sobre el pilar C y crean un aire de cupé. Pero su comportamiento también apunta claramente en un sentido sport. Las suspensiones son más bien firmes y los neumáticos que trae de serie son grande y de un perfil muy bajo (225/45 R18). Esto le permite moverse en ruta con gran aplomo y ofrecer una muy buena estabilidad de marcha. Las curvas las dibuja perfectamente y no se sienten los 3 centímetros de más de despeje. Pero esta configuración se paga en terrenos desparejos y prácticamente cualquier irregularidad del suelo se transmite al interior. El motor es el conocido 1.6 THP que el Grupo PSA desarrolló junto a BMW. Tiene inyección directa de combustible y está sobrealimentado con turbocompresor. Su funcionamiento es elástico, con una entrega de torque y potencia muy regular en todas las marchas. La caja automática de seis velocidades no es la más veloz a la hora de pasar de marchas, pero acompaña en forma óptima. En función de la presión que se ejerza sobre el acelerador, reconoce las intenciones del conductor y varía el rango de vueltas en las que realiza el cambio. El interior es el mayor desafío que tiene por delante la marca DS. Este DS4 es claramente superior en cuanto a calidad de materiales y terminación respecto de un Citroën equivalente, pero todavía no está a la altura de lo que ofrecen las tradicionales marcas premium. Además, tiene muchos elementos en común con vehículos de la marca del doble chevrón (el cable ta ro de instrumentos, por ejemplo) y esa no es una buena maner de diferenciarse. Todavía no está definido su precio pero rondará los $ 650.000. Difícil encontrarle rival. Pero, por ejemplo plo, costaría menos que un VW Golf GTI ($ 680.000) pero m que un Honda CR-V ($ 599.000 Pero no lucen distintos, como lo hace este Crossback.