LOS 4X4 DE HYUNDAI
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Triple prueba de manejo. La marca coreana ofrece en nuestro país una amplia gama de SUV, unida por la calidad y la eficiencia mecánica. Hay versiones nafteras y diésel, 4x2 y 4x4, con precios desde los $ 455.000.
Durante el tiempo que duró la modificación del impuesto interno, también conocido como ”impuesto al lujo”, que llevó a que los precios de algunos autos llegaran duplicarse, el segmento de vehículos que más sintió el cimbronazo fue el de los SUV o 4x4, además de las marcas premium. A la mayoría de este tipo de modelos le pegaba alguna de las dos escalas del gravamen, del 30 o el 50 por ciento, que repercutía en un en el precio final de mercado en un 42 y un 98 por ciento, respectivamente. Fue así que se desplomó la venta (y la oferta) de los SUV y se creó una gran “demanda reprimida”. Y seguramente la empresa que mejor haya planeado su estrategia para cubrir parte de esa demanda sea Hyundai: hoy con sus modelos Creta, Tucson, Santa Fe y Grand Santa Fe, prácticamente cubre todos los segmentos de esta categoría de vehículos.
La estrategia de apostar por los SUV no es casualidad. El importador de la marca en la Argentina ya ofrecía vehículos 4x4 con su modelo Galloper, en la década del 90, al poco tiempo que llegó la marca al país y cuando la moda de los 4x4 era bastante incipiente.
No hay hoy en nuestro mercado una gama de una marca generalista que tenga tantas opciones de SUV, inclusive por encima de especialistas en el mundo del 4x4 como Jeep o Land Rover. En total la marca coreana ofrece doce versiones, con opciones de tracción simple (algo cada vez más buscado en el mundo del 4x4, aunque suene contradictorio) o doble tracción, y variantes nafteras y diesel para Tucson y Santa Fe. Por eso en Clarín decidimos hacer un breve
análisis de esta completa y nueva gama: ninguno tiene más de un año en nuestro mercado.
Creta
Es el más chico y el último en sumarse la gama de SUV de Hyundai. El estilo de su figura es más bien clásico, con lineas que le dan sobriedad y robustez. La-parrilla hexagonal va de la mano con otos modelos de la marca. Aplica una fórmula ganadora sin arriesgar con vanguardia.
Si bien no es uno de las más grandes desu segmento (mide 4.270 mm de lar-go contra 4.294 de un HR-V, 4.299 de un EcoSport y 4.315 de un Duster), su distancia entre ejes (2.590) es de las mejo-re en relación a su longitud y le permite ofrecer un buen espacio interior, con bien lugar para piernas y cabezas en pazas traseras. La limitación la tiene en el ancho.
Ese entrejes largo también le permite ofrecer un buen confort de marcha. Su motor es naftero de 1.6 litros y 123 caballos . La caja puede ser tanto manual como automática (ambas de 6 velocidades) y son las mejores aliadas para compensar la respuesta algo lenta del motor en marchas altas: un par de rebajes soluciona todo. Solo viene con tracción delantera.
Tucson
Esta nueva generación sorprende por su estética, calidad, mecánica y comportamiento. Resume como ningún Hyundai la evolución de la marca coreana. Crece bastante respecto de la generación anterior y así logra ofrecer un amplio espacio en las plazas traseras. La versión probada (Full Premium) fue la más equipada y potente: cuenta con un motor turbodiésel de 2.0 litros y 185 caballos de fuerza, que se combina con una caja automática de seis marchas. El funcionamiento de ambos casi no admite reproches, brindando una respuesta muy eficiente en casi todos regímenes. Solo se podría pedir un paso de marcha un poco más veloz si buscamos la perfección.
Su comportamiento dinámico es otro punto muy alto si lo utilizamos como lo usa el 99 % de los usuarios de vehículos de este tipo. En ciudad y en ruta ofrece un buen equilibrio entre confort y estabilidad, sin resignar comodidad. Es justamente por eso que en terrenos desparejos es algo incómodo. Sus neumáticos, pensados para asfalto, limitan su performance fuera del camino, a pesar de su sistema de doble tracción.
Su nivel de equipamiento es muy alto en esta versión Full Premium. Probablemente por eso también su precio sea alto: cuesta US$ 59.400 ($ 916.000 al cambio del día. Hay versiones menos equipadas desde 43 mil dólares.
Santa Fe y Grand Santa Fe
Los más grandes de la familia recibieron hace poco una renovación, pero no han modificado sus mecánicas. Las mejoras del modelo que apareció en 2013 hacen hincapié por una actualización estética, poniéndola a tono con el resto de la gama, y que permitió la incorporación de la versión Grand Santa Fe ($ 1.157.000), una variante con carrocería 20 centímetros más larga (y con una distancia entre ejes 10 cm más extensa) que permite tener mayor espacio interior, especialmente en la segunda fila.
Todas las versiones que se ofrecen hoy cuentan con capacidad para siete pasajeros. Como ocurre con la mayoría de este tipo de vehículos, la tercera fila de asientos solo es recomendable para niños, pero se pueden ocultar para ganar espacio de carga.
Clarín probó la variante con motor turbodiésel (US$ 69.900), un 2.2 litros de 200 CV y caja automática de seis marchas. El propulsor es enérgico y con fuerza de sobra (su torque es de 435 Nm está disponible desde las 1.800 rpm) para mover sus casi dos toneladas de peso.
Su marcha la hace con aplomo y con mucho confort, mucho más ahora que tiene neumáticos más chicos y con un perfil más alto que la hacen menos áspera en superficies desparejas. De su equipamiento se destaca la incorporación de una central multimedia táctil de 8 pulgadas. Y como contra, hay que mencionar las limitaciones off road (a pesar de su tracción integral) debido al tipo de neumáticos.