Un compacto moderno y muy bien equipado
Desde la versión más económica trae control de etabilidad y cuatro airbags, pero los “chiches” solo los trae la full.
Primero merece una aclaración el nombre. Porque al llamarse Polo puede confundir al público argentino. Hasta hace muy poco, acá se vendía un Volkswagen Polo que llegaba importado de la India, un sedán mediano que tuvo la misión de ocupar el lugar que había dejado vacante el Bora, un escalón por debajo del Vento. Ese Polo indio tampoco tenía mucho que ver con el primer Polo que se vendió en el país e incluso de produjo durante más de 10 años en la planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires. Aquel Polo (1996-2008) era un sedán popular (hubo muchos, y aún quedan, taxis y remises de este modelo), copiado del Seat Córdoba, la versión sedán del Seat Ibiza. Mucho lío, ¿no? Esto es porque los Polo anteriores fueron modelos exclusivos para mercados emergentes, nunca se comercializaron en Europa, donde el Polo siempre fue como este que acaba de llegar a nuestro mercado. El nuevo Volkswagen Polo es idéntico al europeo. Es un modelo global. ¿Cómo queda la gama de Volkswagen en la Argentina? Sin contar los SUV y pickups ni Fox y Suran, que están cerca de ser descontinuados, hay varios modelos que en algunas versiones se pisan en precio unos con otros: entre los hatchback o “sin cola”, el más económico es el Up!, le sigue el Gol (que de a poco irá perdiendo protagonismo, es otro ejemplo de modelo no global, que en nuestra región aún sigue siendo muy exitoso), después aparece este nuevo Polo y, por último, el Golf. Entre los sedanes o “con cola”, el más barato es el Voyage (mismo caso que el Gol, irá perdiendo terreno), después aparece el Virtus (que es la versión sedán del nuevo Polo y ocupa el espacio del viejo Bora o el Polo indio), luego el Vento y, al final,el más lujoso Passat. Hechas estas aclaraciones, hablemos del nuevo VW Polo. Su estilo y tecnología, tanto por el equipamiento de confort y entretenimiento como por el de seguridad, son sus facetas más “globales”. En estos aspectos, nuestro Polo (se fabrica en Brasil) está a la altura de los Volkswagen alemanes. Ya veremos que mecánicamente está un escalón por debajo.
El diseño del Polo es muy Volkswagen. Lo que para algunos puede siginificar una virtud y, para otros, un rasgo de conservadurismo. Los VW no son muy disruptivos, y son todos muy parecidos (podríamos decir que este Polo es un Gol grande o un Golf chico), pero, a mi juicio, están estéticamente muy bien logrados. A mí me gustan. Por dentro, el Polo sorprende con su gran pantalla en el panel frontal y un tablero de instrumentos (que también es una pantalla, ya no más relojes de aguja) que parecen fusionarse como un único y enorme instrumental. Esto es realmente muy llamativo para un auto popular. Claro que este “tablero-pantalla” y la pantalla central de 8 pulgadas sólo viene en la versión Highline, que de popular no tiene mucho (las otras versiones traen un tablero convencional y una pantalla central de 6,5 pulgadas). Este Polo Highline, con caja automática de 6 marchas, cuesta 461.231 pesos y, para ratificar lo que dijimos antes de que los modelos de VW se pisan en precio, el Golf, con este mismo motor 1.6 de 110 CV, pero con caja manual, es más barato: $ 443.629. Lo mismo sucede en la gama baja del Polo: el más económico cuesta 344.064 pesos, mientras que el Gol tope de gama sale casi lo mismo, $ 336.559. El motor 1.6 del Polo es lo menos “global” del auto. Tanto en Brasil como en Europa, las versiones full se ofrecen con un motor 1.0 turbo de 116 CV (en Brasil llega a los 128 CV por el combustible, alcohol), cuya mayor virtud es el torque o momento de mayor fuerza de empuje: 200 Nm (Newton metro) entre las 2.000 y las 3.500 rpm (revoluciones por minuto). En cambio, el 1.6 del Polo que se vende acá, si bien en potencia no pierde mucho (apenas 6 CV), consume más y tiene un torque de 155 Nm, que recién aparece en las 4.000 rpm. Esto hace que sea mucho menos ágil en ciudad, que es donde más se usa un auto de este segmento. De todas formas, esto casi es un detalle para un usuario “normal”. Este Polo 1.6 anda muy bien, es confortable, lindo y tiene un gran equipamiento. ¿Qué más? Ah, sí: la versión Highline es un poco cara… ■