Con el foco puesto en bajar emisiones
Consumen hasta un 10% menos y buscan acelerar la transición para dejar atrás el combustible fósil.
Scania presentó su nueva generación de buses urbanos y de larga distancia, que tienen el foco en reducir las emisiones producidas y convertirse en punta de lanza hacia a una matriz energética más limpia.
Con Europa y Estados Unidos trabajando en la implementación de la electromovilidad como norma para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, América Latina se enfrenta a una encrucijada: cómo sumarse a una ola verde que nace en países mucho más ricos, con más recursos para cambiar la infraestructura y —en la mayoría de los casos— de territorios mucho más pequeños por cubrir.
En ese sentido, la nueva línea de buses de Scania se presentan como un eslabón de transición antes de la electricidad, una realidad para la que faltan varios años según explican distintas voces de la firma. Los motores son aptos para para diésel, biodiesel, HVO (Aceite Vegetal Hidrotratado), gas natural comprimido (GNC) o gas natural licuado (GNL), un menú de opciones que dependerán de qué tipo de desarrollo energético sea el que predomina en el pais.
En Argentina apuntan a explotar la ventana que ofrece el GNC, a partir del crecimiento que —se espera— tendrá Vaca Muerta en el corto y mediano plazo. Una apuesta sobre la que está montada el gobierno.
Clarín recorrió la planta que la empresa sueca tiene en Sao Bernardo do campo, en las afueras de San Pablo, y estuvo presente en el lanzamiento de esta nueva flota, que promete reducir hasta un 10 por ciento el consumo de combustible y que llegarán al país a partir de este año.
Menor consumo
“Tenemos un desafío: bajar cada diez años las emisiones a la mitad”, explica Fabio Barreto, vicepresidente de Powetrain de Scania. Es una meta que está enmarcada dentro de la búsqueda de la empresa por acoplarse a los objetivos del Acuerdo de París 2030 sobre el cambio climático. Para ello, vienen trabajando en un cambio mucho más profundo, que incluye lograr que los procesos de fabricación también se vuelvan más sustentables.
Para ese momento, la empresa espera lograr a nivel global que la mitad de sus unidades sean eléctricas. Sin embargo, la larga vida útil de los buses (entre 13 y 20 años) implica que, para esa meta de 2030, más del 90 por ciento del transporte pesado en la calle todavía será de combustión interna. Por eso precisan soluciones que vayan más allá del recambio de unidades. “No hay una bala de plata en esto”, advirtió Barreto.
El desafío en el que vienen trabajando es lograr cambios que permitan mejorar la sustentabilidad de cada unidad producida. Esto incluye cambios en los procesos industriales o ajustar las prestaciones extra que ofrece la empresa, como servicios más focalizados o capacitaciones a los conductores para mejorar la conducción.
“Cuando se aprende a manejar mejor hay un gran ahorro de combustible. Lograr un 2 %, por ejemplo, es mucho dinero. (Estos buses) son como una computadora, se necesita entrenamiento”, sostuvo Aline Rovath, gerente de Introducciones de Mercado de Scania en América Latina.
Una primera tanda de estas nuevas unidades comenzaron a venderse en el segundo semestre de 2022 en México, donde las primeras devoluciones de clientes hablan de mejoras de hasta 10 % en el consumo.
Unidades más inteligentes
Otro servicio posventa que ofrece la marca sueca es un análisis pormenorizado de cada unidad, utilizando herramientas de Inteligencia Artificial, Big Data y monitoreo en vivo para seguir el desgaste de las piezas.
Este servicio permite reemplazar los services estándar cada determinada cantidad de kilómetros por asistencias más precisas, que apliquen cuando efectivamente haga falta un arreglo en la unidad.
En materia de seguridad hay otras mejoras que se agregan en la nueva generación, vinculadas con los sistemas de ayuda a la conducción. Estos incluyen cambios en el control crucero, un nuevo sistema de sensores laterales y una herramienta que permite monitorear el estado del chofer, para alertarlo en caso de que precise tomarse un descanso.
Las presentaciones
La nueva generación de buses es el resultado de un trabajo de más de siete años de desarrollo, que incluyen mejoras en los motores, ejes, chasis, dirección y cajas de transmisión.
En el caso de los los buses de larga distancia, habrá motores de 9 y 13 litros, con potencias de entre 310 y 500 CV que, estiman, permitirán un ahorro de hasta un 7% en consumo. En los urbanos, los motores tendrán una potencia de entre 250 a 310 CV.
Las cajas de cambio también fueron mejoradas. La Opticruise ahora tiene un freno del eje secundario que la hace un 45% más rápida y permite un ahorro de hasta 1% en el combustible. La ZF Ecolife2 puede ahorrar hasta un 3% por la incorporación de un sistema Start & Stop.
La electrificación, en camino
“La región no está tan lejos de la electrificación, creo que hay mercados que tienen la posibilidad de empezar un poco antes. México, Chile también está largando una prueba piloto en breve. Está en el roadmap”, explica Paulo Morales, vicepresidente de Ventas y Marketing.
Si bien los buses podrían comenzar a producirse, una de las faltas hoy por hoy es la infraestructura que se requiere para que puedan moverse.
“Hay que tener en cuenta el costo operativo. Entrenamiento, repuestos o cómo se hace la recarga. Por ejemplo, en un barrio residencial no sería responsable poner unos 50 buses eléctricos de un día para el otro si eso significa que la comunidad se queda sin electricidad. Entonces es algo que hay que hacer de una manera bien dimensional”, agrega.
“Sabemos que tenemos un desafio de infraestructura”, afirma Bruno Montanheiro, gerente de Medio Ambiente de Scania America Latina. Pero reconoce que “estamos haciendo un cambio a un transporte alternativo al diesel, gas, biometano, son combustibles renovables que ya contribuyen a la reducción de las emisiones hasta la llegada de la electrificación”.
A la espera de los buses eléctricos, la nueva generación está lista para salir a las calles de las complejas urbes latinoamericanas este mismo año. Tratando de reducir las emisiones, de a poco, un kilómetro a la vez. ■
Esta nueva línea se muestra como un eslabón de transición hacia la electricidad.