Volvo desarrolló una silla de seguridad infantil inflable
Resulta muy práctica para trasladarla de un auto a otro y no pierde las cualidades de protección respecto de una silla convencional.
En 1964 Volvo empezó a experimentar con la primera sillita para bebés para ubicarla mirando hacia atrás, lo que es habitual ahora para los bebés de menor edad. Pero su evolución investigativa y de desarrollos prosiguió. Atendiendo a las necesidades modernas, Volvo ya muestra resultados llevando al adminículo para niños un paso más allá. Se trata de la silla inflable: se infla para colocarla en el habitáculo y se desinfla para transportarla dentro de una mochila hacia otro auto (mide 45x50x20 cm). El mecanismo consta de un pequeño motor que hace penetrar el aire dentro de su constitución de materiales blandos, haciendo que el proceso de inflado sea de 40 segundos. La silla, para montar también mirando hacia atrás, pesa menos de 5 kg y es muy sencilla de transportar. Con este desarrollo nuevo, es posible pasarla del coche de la madre al del padre, o al de los abuelos, sin demasiadas complicaciones. Incluso es ideal para, por ejemplo, hacer un viaje en avión y tenerla lista para el vehículo alquilado en el lugar de vacaciones. Claro que el viaje en taxi también se torna más seguro. La marca sueca asegura que la silla mantiene las cualidades de protección al infante. Lo más curioso es que esta silla cuenta con conexión Bluetooth, por lo que puede estar constantemente conectada. Una funcionalidad de esta posibilidad es poder inflarla o desinflarla remotamente. El material utilizado en su confección, por su parte, es de alta tecnología y deriva de aquellos comu- nes en la industria de los botes inflables. La costura también es ultrarresistente. Las sillas para bebés que apuntan hacia atrás son ideales para niños de hasta tres o cuatro años, ya que hasta esa edad sus cuellos son mucho más débiles y no pueden soportar el peso de su cabeza (incluso en comparación con los adultos ésta es mucho más grande, en proporción, respecto de su cuerpo) si ocurriese un impacto frontal. Ante esa eventualidad, la cabeza del bebé se apoya en la silla, disminuyendo enormemente los riesgos. Este desarrollo, denominado Child Seat Concept, está en fase de experimentación. Pero para nada es algo que no podamos esperar para un futuro próximo.