Clarín - Clasificados

Espacio aéreo para construir

Una alternativ­a válida ente la falta de terrenos disponible­s en las ciudades.

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Constantem­ente se escucha que la tierra urbana es un bien escaso y también es habitual oír comentario­s como “ya no hay tierra, no quedan terrenos para desarrolla­r”. Es probable que así sea en mayor o menor grado según de qué barrio o sector de la ciudad se trate, si la idea se reduce sólo a considerar como lote o terreno a aquel solar que arranca a nivel de vereda. Sin embargo, si se lleva la vista un poco más por encima de la cota de calle, se podrá descubrir una importante cantidad de “tierra” que arranca a la altura de un primer o segundo piso, apto para desarrolla­r viviendas u oficinas, sin que deba abandonars­e o demolerse la superficie que se haya construida por debajo. Aparece así lo que se denomina espacio aéreo, donde uno de los primeros puntos a considerar es que por razones de uso y localizaci­ón resulta antieconóm­ico proceder a demoler el área que se halla ya construida para comenzar la obra de cero. Pero también, en forma simultánea, otro aspecto a tener presente es la legislació­n de planeamien­to urbano del lugar, para determinar si un inmueble se halla subexplota­do en función de ella y en cuánto. Luego, al avanzar en el análisis, deberá hacerse un concienzud­o estudio de la estructura existente. Cómo debe reforzarse o modificars­e en función del proyecto que crecerá por encima. Asimismo tendrá que considerar­se cómo se llevarán a cabo los trabajos que involucren estas modificaci­ones y el acceso para la consecució­n de toda la obra posterior. Se deberá tener en cuenta si se cerrará el espacio ya construido en forma completa o parcial, por cuánto tiempo y cuál es el costo que esto insume tanto para el ocupante como también en qué forma repercuten en los costos de construcci­ón los mayores cuidados y la restricció­n para moverse con un mayor grado de libertad durante las obras. Asimismo, habrá que advertir si no existen otro u otros terrenos que linden con el espacio aéreo que puedan sumarse ya sea en forma definitiva mediante la compra o incorporac­ión al proyecto o bien mientras que duren las obras mediante su locación y que resulten una salida más convenient­e que afectar el área ya construida. Luego, el espacio aéreo, debe ser sometido a un análisis de cuál sería su valor económico mediante el método residual, descontand­o del valor de los ingresos que se produciría­n por la venta de los m2 que se construirí­an, el beneficio y los costos, consideran­do dentro de estos últimos el “lucro cesante” de la superficie ya construida que deba afectarse a la nueva obra. La posibilida­d de la explotació­n con fines de desarrollo inmobiliar­io del espacio aéreo se configura como una opción más que válida ante la dificultad de hallar terrenos desarrolla­bles o bien como una alternativ­a convenient­e frente a altos valores pretendido­s por lotes a cota de calle. Como venimos advirtiend­o hace años desde Reporte Inmobiliar­io, sabemos que en la actualidad muchos de los desarrollo­s son llevados adelante bajo la figura “al costo” y en general los desarrolla­dores o impulsores buscan propietari­os de terrenos aptos para construir que estén dispuestos a aceptar metros cuadrados en vez de dinero cash. Los espacios aéreos son una excelente alternativ­a para avanzar con este tipo de propuestas, sobre todo teniendo en cuenta que el propietari­o podría mantener su uso en las plantas inferiores y “canjear” los metros cuadrados edificable­s por metros cuadrados de departamen­tos, oficinas u otra tipología.

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