Internet en el auto
Bosch desarrolla sistemas para que los vehículos del futuro estén conectados a la nube y entre sí, mejorando notablemente su seguridad.
Hasta que llegó la conectividad en los últimos tiempos, los autos eran vehículos individuales cuya única interacción con el entorno era lo que podía hacer su conductor al volante. Hoy esto está cambiando, y de una manera muy veloz. La idea es considerar al auto como un elemento más de la compleja trama que resulta el tránsito diario, y para eso las automotrices y sus proveedores están buscando formas de saque al vehículo del aislamiento de su entorno, permitiéndoles interactuar con los demás. Para eso, hay que lograr que todos formen parte de una red virtual que represente la real. Con eso se puede lograr mayor seguridad en las calles, ya que diversos estudios indican que “el número de víctimas fatales en accidentes de tránsito se podría reducir hasta un 90 % a medida que aumente la automatización de los vehículos”, según indica Bosch en un informe al respecto que también da cuenta de que así se mejorará el flujo del tránsito en un 80 por ciento, garantizando también mayor comodidad. Lo que está haciendo Bosch es vincular los vehículos con Internet. Tan simple y tan complejo como eso. Porque técnicamente hoy no resulta difícil hacer que un coche se una a la red, algo que hace cualquier celular. Lo dificultoso es hacer que ese vínculo pueda ser aprovechado para lograr que los usuarios hagan sus trayectos diarios evitando congestionamientos, eventuales demoras y, llegado el caso de tener un accidente, se disparen las alertas que informen del siniestro a las autoridades lo más rápidamente posible. La compañía alemana está centrada en distintos objetivos estratégicos. El primero es hacer de Internet una experiencia intuitiva dentro del automóvil. Para eso, una de las aplicaciones en las que están trabajando sus ingenieros es el sistema MySpin, con el que se pueden integrar perfectamente los smartphones que funcionan con iOS y Android en los vehículos. Así, la pantalla del dispositivo móvil será visible en el monitor central del vehículo, de modo que las Apps se puedan utilizar de forma mucho más simple, segura y confortable. Otro objetivo de Bosch es hacer que el auto sea parte de Internet, porque la autopista de datos no es un camino en sentido único. Los autos no sólo usarán información proveniente de Internet sino que también proveerán la suya, de modo que se convertirán en recopiladores de datos sobre el entorno en el que están, pudiéndola intercambiar con otros coches o informándosela a un servidor. Conocida como “Floating Car Data”, esta información es necesaria tanto para obtener mapas altamente dinámicos como para mejorar la seguridad. Por ejemplo, el conductor puede ver una curva, pero no que después hay hielo o un embotellamiento. Pare eso están esos datos compartidos en una “nube”. Incluso el auto podría activar automáticamente los frenos si el conductor no lo hace cuando el sistema sabe que evidentemente hay un choque inminente si no interviene. Ya existen las primeras aplicaciones con las que los vehículos se comunican con el mundo exterior. Un ejemplo es el sistema eCall, que a partir de 2015 será obligatorio en la Unión Europea. Este sistema establece automáticamente una llamada de emergencia cuando un vehículo está implicado en un accidente. Se activa, por ejemplo, a través de los mismos sensores que disparan los airbags. Esto reduce drásticamente el tiempo en que los equipos de rescate tardan en llegar al lugar del accidente, en un 50 % en zonas rurales y en un 40 % en zonas urbanas. Por último, lo que se buscará que todos los autos tengan el “Head up display”, un sistema que brinda toda la información en el mismo parabrisas del auto, al mejor estilo videojuego. Es una tecnología ya existente en ciertos autos de alta gama que permite que los ojos del conductor no se desvíen del camino. Es que el objetivo primordial es lograr que la persona al volante no se distraiga. Si se logra eso, los accidentes del futuro se reducirán en buena parte.