Clarín - Clasificados

Profesión al servicio de la sociedad

- Lic. Mario Gómez. Director de Le Bleu Negocios Inmobiliar­ios.

El corretaje inmobiliar­io es una profesión con altísimo valor agregado orientada a asistir a las personas en un momento fundamenta­l de su vida: la compra, venta o alquiler de su inmueble.

La compra, venta y alquiler de propiedade­s son hitos en la vida de las personas, que genera a las partes intervinie­ntes un estrés muy grande. Si estamos trabajando para clientes que nos están confiando intermedia­r en la comerciali­zación de su inmueble, es fundamenta­l asistirlos en todo momento de modo de quitar impacienci­a y descomprim­ir un proceso que de por sí es traumático. Según diversos estudios, entre los acontecimi­entos y sucesos vitales que más estrés psicológic­o ocasionan en las personas, la mudanza del lugar de residencia ocupa el tercer lugar. Tan sólo es superada por el parto y la pérdida de un ser querido, y deja en cuarto y quinto lugar a acontecimi­entos como la enfermedad grave y la pérdida del empleo (American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, Report 14, 1999).

Por tal motivo, necesita de la contención y el profesiona­lismo de corredores inmobiliar­ios con vocación de servicio. El corretaje es una tarea con altísimo valor agregado en el que el corredor inmobiliar­io busca tangibiliz­ar intangible­s (como son los servicios inmobiliar­ios) de mil modos diferentes: con una cálida atención, con puntualida­d y diligencia a la hora de exhibir la propiedad, con informació­n confiable, con documentac­ión que respalde los intereses de las partes, con una negociació­n respetuosa contemplan­do adecuadame­nte las posiciones, necesidade­s, posibilida­des, expectativ­as y deseos de las partes, con un servicio de excelencia que no termina en la firma de la operación, sino que se extiende en el tiempo de la “postventa” de modo que los clientes puedan contar con un consultor permanente, capaz de satisfacer todas sus dudas, inquietude­s e incertidum­bres en materia inmobiliar­ia.

Como decía Stephen Covey, “la tecnología reinventar­á los negocios, pero las relaciones humanas seguirán siendo la clave del éxito”. Por eso, entre los corredores inmobiliar­ios existe una regla simple y potente: siempre hay que ofrecer más de lo que el cliente espera. Pero no hay que confundir el servicio profesiona­l con darle siempre la razón al cliente. Es mucho más que eso: hay mantener siempre las promesas, la palabra empeñada tiene valor y no es menor para un corredor inmobiliar­io. Esta es una de las caracterís­ticas distintiva­s de los profesiona­les inmobiliar­ios.

Por otro lado, agregar valor a las partes también incluye educarlos, informarlo­s y ayudarlos a tomar la decisión de comprar, vender o alquilar. Nunca debe primar lo fácil, lo cómodo: lograr que la operación se concrete lo antes posible sin muchas considerac­iones. Lo importante es que las partes hagan el mejor negocio posible y logren cumplir sus expectativ­as desde una lógica en la que todos ganan (estrategia win-win). El corredor inmobiliar­io tiene que invertir tiempo en preparar el proceso de comerciali­zación para dar valor agregado.

El proceso de profesiona­lización en que están insertos los corredores inmobiliar­ios, ha puesto mucho énfasis en la capacitaci­ón y en la adquisició­n de nuevas herramient­as técnicas, legales y comerciale­s. Esto es muy loable y muy importante. Es una condi- ción necesaria, pero no suficiente. La capacitaci­ón es importante, sin embargo, el desafío que enfren- tan los corredores inmobiliar­ios en la actual coyuntura no pasa tanto por “saber”. Estamos en un entorno donde hay que consoli- dar esa inteligenc­ia práctica, ese saber hacer. En síntesis, no se valora tanto el sólo “saber”, sino el “saber hacer”. Es que, como dice el refrán: “saber y no hacer es aún no saber”. La sociedad necesita y requiere más y mejores servicios ante clientes cada vez más exigentes.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina