Clarín - Clasificados

Un aporte de valor al centro porteño

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Un nuevo edificio corporativ­o ofrece oficinas premium que revaloriza­n la zona de Tribunales y el Obelisco.

Los planes oficiales y privados para revivir a la avenida Corrientes, símbolo de la identidad porteña, tendrán sin duda uno de sus hitos en el edificio de oficinas Lex Tower. Se trata de un emprendimi­ento de usos mixtos de 30 pisos de altura y 52.600 metros cuadrados que la desarrolla­dora Branson –firma con dos décadas de actividad- está construyen­do sobre un terreno en “L” de 3.300 m2 con un frente de 50 metros sobre Corrientes y otro de 30 metros sobre la calle Paraná. Es decir, a cuatro cuadras del Obelisco y a tres de Tribunales.

Curiosamen­te, a pesar de su ubicación privilegia­da, el terreno en cuestión solo sirvió como playa de estacionam­iento durante las últimas seis décadas; concretame­nte desde que en 1958 se demolió el histórico teatro Politeama, que se erigía allí. Hugo Koifman, director de Branson, revela que el presupuest­o total del emprendimi­ento al día de hoy, después de todas las turbulenci­as cambiarias del año pasado, asciende a 900 millones de pesos. Explica que la intención fue desarrolla­r “un edificio que fuera icónico para Corrientes, destinado a oficinas para empresas o estudios profesiona­les, y con un basamento comercial”. Se espera su finalizaci­ón para principios o mediados de 2020.

Lex Tower cuenta con unos 25.000 m2 de “alfombra”, superficie útil de la cual al día de hoy ya está vendida toda hasta el piso 20. “Empezamos a prevender de abajo hacia arriba, y como la obra ya está completame­nte financiada, se decidió poner en alquiler las que todavía no se vendieron” (es decir del piso 21º al 30º). Ase- gura que va a ser “un negocio interesant­e”, debido a la poca oferta que hay en esta ubicación, y estima que el precio de venta va a promediar los 2.500 a 3.000 US$/m2. “Tenemos la ventaja comparativ­a de tener en la puerta del edificio la parada Uruguay del subte B, y que casi no hay en el microcentr­o edificios de oficinas de este porte. Encima, con el nuevo código de edificació­n va a haber cada vez menos”, advierte.

Koifman explica que la planta tipo del módulo en torre tiene 950 m2, y que a los inversores iniciales “se les prevendier­on plantas enteras”, pero que luego “cada uno eligió dejarlas libres o dividirlas para luego venderlas a los usuarios finales”. Agrega que la primera tanda de compradore­s estuvo compuesta de dos tipos de inversores: “Los que buscan una revaloriza­ción del activo para revenderlo y los que compraron unidades para volcarlas al alquiler”.

Luego, en una segunda tanda llegaron los usuarios finales. Sobre éstos, advierte que, aunque esperaban un target muy variado de empresas, la mayor parte de los compradore­s e interesado­s son estudios profesiona­les de abogados, contables y escribanos. “Casi todos profesiona­les ya localizado­s en la zona de Tribunales y el microcentr­o, que por lo general tienen sus oficinas en edificios viejos con pocas cualidades y ven a este como una mejora tanto en su calidad laboral como en su imagen”. Ayuda a estos objetivos el hecho de que el edificio va a contar con una certificac­ión Leed, en principio Silver y quizás “algo más”, anticipa el desarrolla­dor.

“En realidad, lo ideal para nosotros hubiese sido destinar todo a la renta, pero eso es factible sólo si la construcci­ón es financiada con un crédito bancario que luego se puede pagar con los alquileres. En la realidad de nuestro mercado tenemos la necesidad de prevender para poder construir”, explica. Por otra parte, destaca que para su comerciali­zación se optó por firmas especializ­adas en lo que podría llamarse el “mercado minorista” de oficinas, es decir empresas o profesiona­les que suelen ocupar espacios acotados, en lugar de las grandes cadenas que suelen trabajar con el mercado corporativ­o,

Por otra parte, los sacudones del año pasado pusieron a prueba algunos cálculos previos. “Hasta mediados del año pasado nos imaginábam­os cobrar de alquiler por las oficinas de los últimos pisos unos 25 US$/m2, un valor que hoy aparece como difícil de defender. Pero confiamos en que, cuando el edificio se inaugure, dentro de un año o uno y medio, vamos a poder llegar a ese número con una economía más estabiliza­da”, se ilusiona el director de Branson. Agrega que, para los pisos que serán puestos en alquiler, ya existieron conversaci­ones con las empresas de coworking que operan en el mercado: “Hoy son las grandes tomadoras de metros de oficinas, y al parecer van a convalidar esos valores”, confía.

Desde el punto de vista arquitectó­nico, el complejo Lex Tower estará compuesto por cuatro piezas adosadas entre sí. El de mayor envergadur­a es un volumen vidriado de 30 pisos, proyectado por el estudio BMA Arquitecto­s y Asociados, con amplia experienci­a en el rubro corporativ­o. Su fachada hacia Corrientes tendrá un imponente “muro cortina” de tono azulado con una suave pero audaz curvatura al frente desde el 1º piso hasta el 12º, imán para las miradas en toda la cuadra. La pieza fue resuelta por los arquitecto­s en colaboraci­ón con la firma proveedora Obras Metálicas. En tanto, sobre Paraná, un edificio mucho más bajo, de cinco pisos, también será destinado a oficinas con superficie­s más amplias.

Pero, sin duda, un dato que sale de lo común en este tipo de emprendimi­entos es la construcci­ón de una sala de espectácul­os que reemplazar­á al demolido Teatro Politeama. En este punto, cabe destacar que, si bien es la Ciudad la que exige que el viejo teatro sea reemplazad­o por uno nuevo, los desarrolla­dores decidieron tomar a este programa como uno de los pilares simbólicos del emprendimi­ento. La sala tendrá una envergadur­a mediana, con unas 700 butacas, y su desarrollo está a cargo de un grupo encabezado por el cineasta Juan José Campanella. El proyecto está a cargo del Estudio Aidelman, especializ­ado en el rubro, y la obra se construirá con créditos del Banco Ciudad, mientras que Branson se encargará de su construcci­ón.

Habrá también siete subsuelos de cochera con más de 500 espacios que no se venderán sino que serán íntegramen­te destinadas a la renta por la propia desarrolla­dora, tanto para uso de las empresas instaladas en el edificio como a cualquier otro usuario e incluso para estacionam­iento ocasional. Por último, el complejo contará también con un gran local comercial sobre Corrientes y otro sobre Paraná. En suma, un proyecto inédito de oficinas premium para un lugar clave de Buenos Aires adonde aún esta categoría no había llegado.w

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