Espacios integrados que sacan partido de la conexión con el verde
del recorrido es una puerta que da a una terraza ubicada sobre el quincho de la planta baja. De un lado, posee vistas a la pileta y al parque, que nunca dejan de ser los protagonistas, y del otro lado, está el retiro que da a la calle lateral.
La vivienda se construyó con materiales tradicionales, planos limpios y colores claros y oscuros según el volumen a sobresalir.
Algunas ventanas redondas empatizan con los tragaluces que se ubican en diferentes partes de la casa, buscando un lenguaje geométrico claro y representativo.
Además, las grandes aberturas vidriadas permiten un vínculo directo entre el espacio interior y el exterior. La pérgola hace de nexo entre el estar privado y el jardín, generando un espacio ameno para el descanso y la interacción entre los miembros de la familia.
Estudio V + Arquitectura también se encargó del diseño interior de la vivienda. “En líneas generales, la propuesta es minimalista, bastante limpia, donde prevalecen los tonos claros”, relata el arquitecto y destaca “algunos detalles en el living, como un mueble alto, que contiene la tele, buscando remarcar la doble altura”.
En la cocina el blanco es el gran protagonista, sólo las mesadas son negras. La isla, en tanto, posee una parte fija y otra móvil, que se puede acercar al comedor para funcionar como área de apoyo.
Una mención especial merece el quincho, de grandes dimensiones: contiene living, comedor, parrilla, cocina, barra y un gran mueble multifunción que va de pared a pared. Está retroiluminado y trabajado con caño natural oxidado y fenólico de eucaliptos.
Utilizando colores marrones y negros se buscó generar un efecto escenográfico, como si se tratara de un bar. “Como el lugar se usa mucho de noche, los tonos oscuros se funden y desaparecen potenciando la iluminación”, comenta el arquitecto.
Las carpinterías de aluminio están embutidas, con lo cual el ambiente se abre totalmente y desaparece el límite interior y exterior.