Independiente volvió a ser el visitante perfecto y llega agrandado al clásico
Con Holan en el banco ganó los cuatro partidos que jugó fuera de Avellaneda. Esta vez sorprendió a Newell’s con una goleada y ahora espera romper la maldición como local ante Racing.
En una sorprendente noche en Rosario, Independiente frenó a Newell’s y le dio una mano a Boca, que le sacó un punto más de ventaja a su inmediato perseguidor. Así, el Rojo hilvanó su quinta victoria consecutiva en condición de visitante (cuatro con Holan), una racha asombrosa, teniendo en cuenta que no puede ganar de local. La última vez que perdió afuera del Libertadores de América fue en el clásico con Racing, en noviembre del año pasado. A La Academia la recibe el domingo. ¿Podrá cortar su racha de local justo contra su rival de toda la vida? Ese es el objetivo.
Mientras las miles de personas que colmaron el Coloso de Parque Independencia terminaban de acomodarse, el partido tuvo un arranque asombroso: en el primer ataque Independiente logró lo impensado: rompió la fortaleza defensiva de Newell’s, una de las grandes virtudes del equipo de Diego Osella y un pilar en la campaña del equipo rosarino, que acumulaba cinco partidos sin recibir goles. Entonces ese saudón en el amanecer del encuentro planteaba un interrogante: ¿Cómo se repondrá Newell’s, al no estar acostumbrado a ir en desventaja?
El gol tempranero de Fabricio Bustos, con algo de fortuna, tras el desvío en Nehuén Paz, le rompió los planes al conjunto local. Y como si eso fuera poco, con la lesión de San Román tuvo que readaptar el esquema. Osella mandó a la cancha a Figueroa para jugar de doble cinco con Quignon y Sills pasó al lateral derecho.
Pero cuando Newell’s estaba groggy y peor la pasaba encontró un penal tras la volea de Maxi Rodríguez que dio en la mano de Erviti. Scocco lo cambió por gol y provocó la reacción. A partir del empate, el conjunto rosarino creció en el juego, empezó a dominar, revirtió el panorama negro inicial y encontó espacios para lastimar con sus cartas bravas: Scocco, Formica y Rodríguez. Ellos, que no tienen posiciones fijas, complicaban a la defensa rival al no dar referencias claras. Y se aproximó más al arco rival. Por eso, el final de la primera etapa no hacía pensar lo que se vendría.
Y lo que se vino fue la hecatombepara Newell’s. Porque otra vez, en el amanecer del segundo tiempo, recibió un cachetazo. Y esta vez no se recuperó. Independiente sacó a relucir su racha de visitante y a pura contundencia lo pasó por arriba a su rival. Lo golpeó dos veces más para redondear una goleada impensada.
El Rojo aprendió la lección de la primera parte y no dejó reaccionar a Newell’s. Lo maniató con su agresividad. Y a pesar de perdonarlo un par de oportunidades, después sí lo terminó noqueando. Jugó un segundo tiempo perfecto Independiente. A sus ataques les dio una velocidad letal y la defensa de Newell’s, la que parecía inexpugnable, quedó derrumbada. El cuarto gol, el segundo de Emanuel Gigliotti (le anularon otro) es un claro ejemplo: Sebastián Domínguez se equivocó dos veces en el rechazo y le sirvió el gol al Puma.
Newell’s tuvo un atisbo de reacción cuando ya estaba 1-3 abajo. Scocco quedó de cara al arco y le cometieron falta. Era penal pero el asistenteMaximiliano Del Yeso cobró una posición adelantada del centrodelantero que no existió. Newell’s llegó al descuento sobre el final pero con el partido 1-4. Ese segundo gol, convertido por Maxi sólo fue de consuelo.
Hacía tres años que Newell’s no recibía cuatro goles en su cancha, cuando cayó 4-2 con Arsenal. Es un dato más que da cuenta de la sorpresa que hubo anoche en el Parque Independencia. Y que amplifica la victoria de Independiente.