Boca-River también se vive en la capital del mundo
Andrea Cerda (40) era hincha de River en Haedo. Cuando César Robio (44), de Villa Luzuriaga, le pidió casamiento, en 1995, tuvo que aceptar un pacto para el resto de sus vidas. “Yo acepté casarme por iglesia con la condición de que ella se hiciera de Boca”, cuenta este argentino que es dueño de una empresa constructora, con la vista panorámica de una Nueva York lluviosa detrás. La capital del mundo será hoy uno de los tantos lugares donde el Superclásico captará la atención de los hinchas en todo el planeta. “Fue muy cómico. Pero yo soy bostero desde la cuna por mi padrino. Vivimos en Haskell (Nueva Jersey) desde 2002 y el clásico que más recuerdo fue el que ganaba River por 3-1 y Boca lo terminó ganando 4-3 con un gol de Latorre”, agregó Robio.
Juan Kutsufiakis (47) es de Villa Celina. De padre griego, mantiene su fanatismo por River en Linden, donde vive desde hace 17 años y trabaja como chofer . “Yo no puedo olvidar el de la pelota naranja, en 1986, con los dos goles del Beto Alonso”, expresó Yani junto a sus hijas Tatiana (25) y Agustina (17), tan gallinas como él.
Junto a ellos está Eduardo Corcho Aguilera (50), mánager en una empresa de transportación, y su hijo Sebastián (8), fanático de Boca como su papá. “Yo nací en San Juan pero desde hace 25 años vivo en North Bergen, donde nació mi hijo. Juntos miramos todos los partidos de Boca y estuvimos varias veces en la Bombonera. ¡Lástima que no vio el clásico del 2000 por la Copa con la vuelta y el gol de Martín Palermo como yo! Esa noche fue inolvidable”, recordó Aguilera y Robio fueron organizadores de la fiesta que se hizo en un barco, durante la Copa Centenario, navegando sobre el río Hudson, en el festejo del aniversario de la Peña Manhattan Azul y Oro.
“Mañana (por hoy) acá se festeja el Día de la Madre. Por eso, el asado que apostamos, y que pagarán ellos por supuesto, quedará para más adelante”,
chicaneó Kutsufiakis.