En San Juan se vivió como una fiesta, al margen del resultado
La fiesta merecía otro final. Porque San Juan recibió a Los Pumas con una calidez inmensa que se hizo sentir desde la llegada del plantel, hace una semana. Iban 13 minutos del ST, Joaquín Tuculet marcó un gran try y el estadio del Bicentenario se estremeció. “El que no salta es un inglés”, cantaron las 25.000 personas cuando la victoria parecía cercana. La derrota en el último minuto aplacó la pasión, pero el final fue con aplausos para reconocer a los jugadores.
Así fue el cierre de una semana donde San Juan respiró rugby. Hubo clínicas y capacitaciones a cargo de la UAR; se produjo el debut de los Dinos, equipo sanjuanino conformado por chicos con capacidades especiales (emotivo debut ante Los Pumpas) y se realizó un torneo infantil interprovincial que convocó a casi 4000 pibes de distintas categorías. La gran mayoría de ellos después estuvo en las tribunas apoyando a Los Pumas.
Los casi 30º, atípicos para esta época de año en San Juan, no molesta- ron a la multitud. Ni siquiera cuando los madrugadores se enteraron de que debían caminar cientos de metros para llegar al estadio, a raíz del operativo de seguridad. El Fun Fest en las inmediaciones fue un éxito. Hubo stands, sorteos, juegos recreativos y shows musicales que entretuvieron a la multitud antes y después. Y los Food Trucks fueron sensación.
El único momento de tensión de la tarde se produjo con la aparición de una bandera inglesa con un mensaje alusivo a las Islas Malvinas, lo que generó el repudio generalizado del público local y la intervención de la seguridad del estadio, que obligó a los fanáticos europeos a quitarla.
“Aquí el cariño y la calidad de la gente es impresionante”, dijo Agustín Creevy. Ayer el fervor se hizo sentir entre los fanáticos, entre ellos 140 chicos del club neuquino Pehuenes que hicieron rifas y vendieron empanadas para poder llegar hasta San Juan, después de un larguísimo viaje en micro de más de 20 horas.