Clarín - Deportivo

Ostapenko, potencia y sangre joven para un circuito ávido de figuras

La primera letona en ganar en París tiene 20 años. Su derecha fue una pesadilla para la rumana Halep.

- PARÍS. ENVIADO ESPECIAL Mariano Ryan mryan@clarin.com

En lugar de tener a una nueva número 1 del mundo, el tenis femenino acaba de descubrir a una chica de apenas 20 años que puede aportarle al circuito esa cuota de frescura, espectacul­aridad y show que anda esperando desde hace mucho tiempo, porque la única que hoy puede ofrecer mucho de eso es la futura mamá Serena Williams, más cerca de dejarlo todo que de seguir colecciona­ndo éxitos. Roland Garros consagró a la letona Jelena Ostapenko, una chica de apenas 20 años que cuando llegó a Bois de Boulogne hace poco más de dos semanas lo hizo desde el 47° lugar del ranking mundial y con apenas tres finales jugadas en su carrera. Y ningún título.

Hija de un ex futbolista profesiona­l que derivó en su primer preparador físico (no pudo viajar a París) y de una profesora de tenis que se convirtió en su primera entrenador­a (estuvo en la tribuna), Ostapenko fue paso a paso en el torneo y dejó en el camino, entre otras, a una ex finalista como la australian­a Stosur, a una ex número 1 del mundo como Wozniacki y a una suiza como Bacsinszky que siempre rinde en el polvo de ladrillo más famoso del mundo, hasta llegar a la final. ¿Cómo lo había hecho? Con lo que es una ley básica para el tenis moderno: extrema potencia para pegarle a la pelota y, en su caso, para hacerlo aún más fuerte que el propio número 1 del mundo entre los varones, como se reflejó en alguna estadístic­a de los últimos días. Ella lo tiene claro: el objetivo es que la pelota no vuelva desde el otro lado. Por eso, más duro le pueda pegar, mejor...

Ayer hizo mucho de todo aquello hasta llegar al 4-6, 6-4 y 6-3 que la consagró en una hora y 59 minutos frente a la rumana Simona Halep, una jugadora que también luchaba por su primer Grand Slam en su segunda final en Roland Garros pero que, además, tenía el incentivo de quedarse con el N° 1 que la alemana Angelique Kerber seguirá sosteniend­o, aún con alfileres.

Ahora bien, ¿se puede ser campeona de un torneo como Roland Garros sólo con la potencia de sus golpes de fondo? Seguro que no. A Ostapenko le sobró actitud para ir por el título, y eso fue fundamenta­l . Ya lo había dicho su entrenador­a española Anabel Medina -la conoció como sparring en Australia y llegó a un acuerdo con ella por la temporada europea de canchas lentas- cuando señaló que “ella no le tiene miedo a nada”.

El partido que fue para Ostapenko, de todos modos también pudo haber sido para Halep, quien estuvo set arriba, 3-0 y break point para 4-0 y luego set iguales y 3-1. Pero su adversaria se la jugó a pura audacia y pese a la debilidad de su segundo saque puso el corazón para dar vuelta la historia en las dos ocasiones, la sangre fría para mantener el saque cuando quebró en el séptimo game del tercer set (cuando por primera vez había pasado al frente en el marcador) y su poder de fuego que se reflejó en 24 drives y 26 reveses ganadores en todo el partido.

Ganó Ostapenko en una final irregular pero emocionant­e, y con ella nace el referente de la nueva generación que quedará mañana a sólo dos escalones del top ten (será la top 20 más joven). De esos que el tenis femenino busca desde hace rato y no puede encontrar.

De esos que aportan el aire fresco de una chica que a los 12 años decidió dedicarse al tenis y dejar sólo como un hobby el baile, ese con el que anoche liberó todas las tensiones acumuladas durante las dos semanas más importante­s de su carrera.

Cuando perdía 6-4 y 30 comencé a pensar que tenía que disfrutar el partido y que trataría de pelear hasta el último punto. Entonces fui más agresiva y por suerte el partido se volcó a mi favor”. La final y un punto de inflexión Pienso que Simona se puso un poco nerviosa porque ella tenía una enorme presión. Eso me ayudó. De todos modos en los momentos importante­s o en los games decisivos, yo jugué bien”. Sobre Halep, que jugaba por el 1

 ?? REUTERS ?? Un sueño. Jelena Ostapenko y la copa. Primer título oficial para la letona, justo en un Grand Slam.
REUTERS Un sueño. Jelena Ostapenko y la copa. Primer título oficial para la letona, justo en un Grand Slam.

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