Contundencia pura, el argumento de Racing para vencer a Banfield y mantener el sueño copero
El equipo de Cocca se vio favorecido por errores del árbitro Rapallini, quien no cobró un penal y le anuló un gol a su rival. Luego, fue letal en el área contraria. Acuña, otra vez figura.
Hizo lo que tenía que hacer Racing en un estadio Florencio Sola repleto y envuelto en un verdadero clima de final. Los dirigidos por Diego Cocca le ganaron un duelo clave a Banfield por la clasificación a la Copa Libertadores 2018 y quedaron a la espera de los resultados de mañana para saber si efectivamente participarán de la competencia internacional más prestigiosa de Sudamérica el año que viene. Más allá del polémico arbitraje plagado de errores para ambos lados, La Academia justificó su victoria con una contundencia sostenida por las manos del novato arquero Gastón Gómez y por la calidad de Marcos Acuña. El local, en tanto, depende ahora de una ayuda grande de la suerte.
¿Qué resultados necesitan Racing y Banfield? Si Estudiantes (recibe al descendido Quilmes), San Lorenzo (visita a Talleres) e Independiente (re- cibe a Lanús) ganan sus cotejos, los de Cocca y los de Julio Falcioni quedarán afuera. Racing estará adentro con que uno de sus tres rivales directos pierda puntos. Lo del Taladro es mucho más complicado ya que debe aguardar que dos de esos tres dejen unidades en sus respectivos compromisos de mañana.
Cocca en este mismo estadio de Banfield, cuando era ayudante de campo del entrenador uruguayo Luis Garisto, aprendió todas las mañas defensivas. Absorbió conceptos y sumó los conocimientos para trabajar contra equipos con buena disposición defensiva, como siempre son los conjuntos de Falcioni. Ahora, ¿de qué sirve tener cinco defensores de entrada si lo que se necesita no es otra cosa que el triunfo para entrar a la Copa? El técnico de Racing mantuvo el esquema con un quinteto de hombres en el fondo y así dejó muy solos a sus dos hombres de ataque: los jóvenes Lautaro Martínez y Maximiliano Cuadra. El único que los abasteció en el primer tiempo fue Acuña a través de pelotas paradas.
A contramano de lo que requería la situación, es menester decir que no salió tan decidido el equipo de Avellaneda a lanzarse hacia la victoria. Y Banfield, que también estaba urgido de los tres puntos para asegurar su ilusión copera, esperó tranquilo en los minutos iniciales y en la medida de lo que pudo trató de imponer su juego fortificado en sus volantes de contención. El partido, bajo estas circunstancias, no pudo haber salido de otra manera que más luchado que jugado. Repleto de cortes. Sucio y desprolijo. Y embarrado, para colmo, por las malas decisiones arbitrales. Fernando Rapallini y sus asistentes tuvieron una noche muy mala.
En la primera etapa, el árbitro cobró todo al revés. A los 9 minutos no sancionó un penal cuando Iván Pillud le pateó el rostro a Nicolás Bertolo al intentar, de manera imprudente, rechazar una pelota con su pierna en alto. A los 29 anuló de manera incorrecta un gol de Mauricio Sperduti por una falta inexistente sobre Leandro Grimi. Después, Rapallini emparejó las cosas y se equivocó feo para el otro lado. Debió haber expulsado a Eric Remedi (ni siquiera fue amonestado por esa jugada) por un codazo sobre Acuña, que vio la tarjeta amarilla junto a Renato Civelli por discutir. Eso fue a los 35. Dos minutos más tarde le anuló mal un gol de Racing por una posición adelantada que no fue de Diego González, quien fue a buscar el envio aéreo aunque finalmente el que cabeceó en contra de su valla fue Remedi. Si el cruce tenía naturalmente una alta dosis de tensión, la mala tarea de los jueces agregó mayor nerviosismo.
Por suerte para el espectáculo, todo se enderezó luego del entretiempo. Aparecieron los goles y hubo mayor determinación de ambos equipos por buscar el arco de enfrente. Cuadra se iluminó por la izquierda, dejó a dos hombres locales en el camino y tiró
el centro atrás con caño incluido para que Acuña definiera esquinado hacia el 1 a 0. Banfield no se quedó. Reaccionó y empató a través de su goleador Darío Cvitanich. El arquero Gómez tuvo un par de intervenciones muy buenas. Pero, el Florencio Sola volvió a silenciarse. Un zapatazo de Pillud se desvió en Civelli y venció muy fácilmente a Hilario Navarro para desnivelar nuevamente el resultado. Y en un contraataque el González liquidó el partido para alimentar la esperanza racinguista.