Clarín - Deportivo

Argentinos sufrió hasta el final, pero gritó bien fuerte su vuelta a Primera

Gabriel Heinze generó una revolución y enamoró a todos. El equipo coronó una campaña que le permite celebrar la vuelta a la máxima categoría. Hoy o el miércoles puede ser campeón.

- Maximilian­o Uría muria@clarin.com

Argentina es un país en donde la justicia es un sueño eternament­e postergado y por eso se festeja cuando se produce un acto justo, como si fuese una excepción a la regla. Ayer, Argen- tinos Juniors le ganó 1-0 a Gimnasia y Esgrima de Jujuy y regresó a Primera División, la categoría que mejor acompaña a sus 112 años de gloriosa historia. Y bastante más: el estadio que lleva el nombre de Diego Armando Maradona merece mezclarse en los sitios de elite.

El reloj marca las 14.45. En el cruce de Gavilán y la avenida Alvarez Jonte reina la calma: no parece estar próximo un ascenso a Primera. No hay anlo siedad. La gente camina tranquila hacia el estadio Maradona, entre charlas y tibias risas. Nadie pregunta por el resultado de Guillermo Brown de Puerto Madryn con All Boys, ni tampoco se agolpan para mirar los últimos minutos del partido en un televisor encendido a todo volumen un almacén. De ese juego depende el posible ascenso del Bicho. “Si no es hoy será la semana que viene, pero este equipo tiene destino de Primera. Da mismo cuándo se logre el objetivo”, comenta un hincha. En el ambiente hay sensación de deber cumplido.

Ahora son las 17.45 y las banderas flamean en las mismas calles. Son cerca de mil; todos cantan y se abrazan. Argentinos vuelve a ser de Primera y el orgullo se hace gigante. “Parece mentira que un simple deporte regale una alegría tan grande”, dice Antonio casi a los gritos, buscando llamar la atención de alguna de las cámaras de TV. Antonio sostiene de la mano a su nieto y avisa que su hijo anda por ahí. Eso también es Argentinos: familia y unión.

El más ovacionado de la tarde de gloria es Gabriel Heinze, ese entrenador hermético y trabajador. “Me quiero casar con vos”, le dice un hincha y le regala un beso sonoro en la mejilla. El Gringo generó una revolución en el equipo de la Paternal y enamoró a todos. No solo por cumplir con el objetivo, sino también -o especialme­ntepor el modo de jugar. Argentinos recuperó la ambición que lo hizo grande en el mundo: salió a atacar en cada una de las canchas que jugó. A veces lo hizo bien y otras no, pero eso no importó. La idea por delante de todos y los jugadores comprometi­dos para perseguirl­a.

Se dice de Argentinos, entre muchas otras cosas, que es el Semillero del Mundo. Las paredes de su estadio no dejan mentir: aparecen caras y caras de enormes futbolista­s surgidos en el club. Ahora es el turno de Esteban Rolón, ese volante central distinguid­o que provoca aplausos múltiples. Existe una relación directa entre Argentinos y los 5. Se recuerda:

Juan Román Riquelme salió de La Paternal y jugaba de 5. Hay historias similares: Checho Batista, Fernando Redondo, Lobo Ledesma, Esteban Cambiasso, Pipa Gancelo, Diego Markic y Pederzoli. Rolón tal vez sea el mejor jugador del equipo y también del torneo. Y está bien que así sea. Porque juega bien y lindo. Raspa cuando tiene que raspar y nunca pierde la elegancia. Hace pases con las dos piernas con la misma justeza, tiene panorama, buen físico, despliegue y se anima a pisar el área. No en vano llamó la atención de los grandes.

A Argentinos le costó el partido de ayer. La presión suele jugar malas pasadas. Pero ni Heinze ni los hinchas se desesperar­on en ningún momento y el equipo intentó hasta que lo logró. La fórmula fue casi siempre la misma. No sería acertado decir que Argentinos jugó bien, pero sí que fue el único equipo que buscó. Manejó el balón con paciencia, aunque no encontró fantasía en los metros finales. Se hizo repetitivo. El rival le agarró la mano y parecía que el empate era inamovible. Hasta que Miguel Torrén metió el pelotazo de su carrera y le sirvió el gol a Nicolás González, que definió de zurda. Iban 42 minutos del segundo tiempo. En el gol que permitió el ascenso hay también un mensaje: lo hizo uno de los talentosos juveniles del club. González tiene 19 años y debutó con Heinze.

Argentinos volvió al lugar del que nunca debió irse. Con la frente alta y una idea clara. Así, se produjo un acto de justicia. Y por eso se celebra. Hoy (si no gana Chacarita) o el miércoles puede gritar campeón.

 ?? FERNANDO DE LA ORDEN ?? Miontaña rusa. Titulares y suplentes se unen en la montonera para “aplastar” al pibe Nicolás González, autor del gol que le permite a Argentinos subir a Primera.
FERNANDO DE LA ORDEN Miontaña rusa. Titulares y suplentes se unen en la montonera para “aplastar” al pibe Nicolás González, autor del gol que le permite a Argentinos subir a Primera.

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