Grito de Jaguares para recuperar algo de su imagen en un mal año
El cierre de la segunda experiencia en el Super Rugby será el viernes frente a Rebels en Melbourne.
Ya sin chances de obtener una plaza para los play offs, Jaguares al menos se dio un gusto en tierras australianas. La franquicia argentina pudo cortar una serie de tres derrotas consecutivas y consiguió un histórico primer triunfo en ese país en su segunda temporada en el Super Rugby, al vencer a Waratahs por 40 a 27 en un encuentro correspondiente a la 16ª jornada disputado en el Allianz de Sydney.
La campaña de Jaguares no fue la mejor en el torneo. Tuvieron un comienzo auspicioso con cuatro victorias en los primeros cinco partidos. Sin embargo el equipo mermó en su juego y tan sólo había podido festejar una vez en sus anteriores ocho presentaciones.
Por eso el entrenador Raúl Pérez - no le renovarán su contrato- buscó en la rotación de jugadores encontrar ayer un cambio de actitud para dejar atrás esa derrota tan dolorosa ante Kings en su despedida de Vélez. La in- tención para el duelo ante Waratahs, que tuvo el regreso del capitán Agustín Creevy, fue obtener un resultado positivo con el objetivo de evitar quedar en el último puesto -supera por dos puntos a Kings- de la conferencia Africa 2.
La apuesta rindió sus frutos. La cosecha fue una victoria estimulante para recuperar esa confianza que pareció haberse hecho trizas con los resultados adversos y actuaciones que ofrecieron más interrogantes que certezas con cuestionamientos sobre el planteo táctico del staff técnico así como un rendimiento bajo -por momentos errático y nervioso- de algunos jugadores.
Jaguares ofreció uno de sus mejores partidos. Por la entrega, por el despliegue y también por tener la lucidez suficiente para recomponerse en ese lapso de desconcierto cuando las dudas y las desconcentraciones (algo recurrente, que genera muchos puntos en contra) dieron paso al descontrol para jugar durante diez minutos en inferioridad numérica al recibir simultáneamente dos tarjetas amarillas (Guido Petti por derrumbar un maul y Benjamín Macome por no respetar los 10 metros en un penal) en sólo tres minutos por indisciplina.
La historia parecía volver a repetirse. De estar 25-3 en el marcador a padecer un 25-24 ante un rival recuperado que pretendía resurgir y llevárselo por encima al facturar sendos tries por errores infantiles por querer hacer un juego rápido en la salida. Sin embargo el equipo argentino reaccionó y tomó nuevamente el control del partido hasta poder minimizar esos errores que tanta preocupación y dolores de cabeza generaron en sus anteriores compromisos.
Fue un click mental, esa respuesta anímica y rugbística que tanto se les reclamaba a los jugadores. Levantaron el nivel y recuperaron la compostura. Potenciaron sus virtudes con una apuesta decidida al maul y desplegaron un juego vital, sólido en el manejo de la pelota y bien explosivo para combinar movimientos profundos de ataque.
Un párrafo aparte para el try de Matías Moroni que sentenció el marcador. Una corrida monumental del back que impuso su velocidad y dio una muestra cabal de su enorme talento para tirar un sombrerito y llevarse la pelota con el pie hasta el ingoal.
Al cabo, una victoria para barajar y dar de nuevo. Tonificante porque si bien Waratahs no tuvo su mejor desempeño en el torneo y solo sumó cuatro triunfos, no deja de ser un oponente fuerte con la presencia de Michael Cooper, Israel Folau y Bernard Foley, tres figuras de los Wallabies.
En el horizonte asoma Rebels, un rival de menor exigencia. La cita será el viernes en el AAMI Park de Melbourne y marcará el cierre de una temporada deficitaria.
En el último partido, más allá de su resultado y del desahogo anímico por haberle ganado a Waratahs, Jaguares deberá reencontrarse una vez más con su juego.
Luego sus integrantes serán parte de Los Pumas que encararán en un par de semanas su sexta participación en el Rugby Championship, su mayor desafío de la temporada.