La WNBA tiene una chica récord con raíces argentinas
Hija de una argentina, Taurasi es fanática de Central, ama Rosario y el asado y está orgullosa de la Selección.
Diana (para los argentinos, como se lee; para los estadounidenses, “Daiana”) Taurasi se sintió alguna vez incómoda de chiquita, cuando era -por bastante diferencia- la más alta de sus compañeras de clase. Con el tiempo la segunda hija de Liliana, una rosarina, y Mario, un italiano ex arquero de fútbol, aprendió a sacarle el jugo a esa característica física. No sólo para dedicarse a un deporte. No sólo para ser exitosa en él. Sino para ser la mejor de la historia. Hace menos de un mes se convirtió en la máxima anotadora de todos los tiempos de la WNBA, la liga de basquetbol de Estados Unidos. Algunas semanas después, con la marea más calma, la californiana charla con varios medios de su país y con uno del exterior, Clarín, que forma parte de una rueda íntima en la que la fanática de Central habla de todo con entusiasmo, pausa y franqueza.
“Fue tremendo romper el record en casa frente mi familia, mis amigos y entrenadores en el estadio al que iba todas las semanas para ver jugar a Kobe... Fueron muchas sensaciones; no sólo romper el record de Tina Thompson, lo que fue en sí algo increíble”, se sincera Taurasi.
Ella entiende que el crecimiento del basquetbol en términos de popularidad alrededor del mundo hizo que varios países pudieran encontrar jugadores de categoría, entre ellos Argentina. “Creo que hay una correlación directa entre lo popular que se volvió el basquet allá y lo que se logró. En Argentina la NBA se fue metiendo cada vez más. Estuve en Atenas en 2004 cuando Manu y la Generación Dorada ganaron el oro y creo que la popularidad que fue cobrando el deporte se ve reflejada en el éxito que logró Argentina”, analiza la jugadora que, por supuesto agrega: “Fue un momento que me llenó de orgullo a mí y a mi familia”.
La entrevista transcurre en inglés, pero hay términos en los que el acento argentino de Taurasi se impone. Es que en su casa, al margen de la nacionalidad de su padre, se habla español. Y en las raíces es en las que ella encuentra una de las razones de su éxito al que llegó por una búsqueda incansable. “Siempre fui muy apasionada, con esa cultura argentina en la que no queda nada en la mesa cuando comés un rico asado... No puedo explicarte la pasión por ganar que tengo y eso a veces saca lo mejor de mí. Pero siempre fui igual y creo que es algo que viene de familia”, explica la base que también juega de escolta.
Esos orígenes tiran demasiado. Queda clarísimo cuando Taurasi se sumerge en los recuerdos y en los planes futuros que tiñe con un tono albiceleste. “Hace mucho que no voy a Argentina. La última vez fue en 1996, en un torneo junior en Mar del Plata. Y viví todo 1995 en Rosario donde creíamos que nos quedaríamos para siempre, pero debimos volver a Estados Unidos. Mi familia vuelve todos los años, así que cuando termine de jugar al basquet quiero ir a pasar tiempo de verdad: seis meses, un año; ir a Arroyito, verlos a todos... Desde que puse un pie en Argentina sentí que ese era como mi hogar así que sin dudas quiero volver, explorar, ver a mi gente”, comenta.
Por lo pronto Rosario deberá esperar. Taurasi acaba de renovar su contrato con Phoenix hasta 2020. “Cumplí 35 años y física y mentalmente me siento estupenda, pero llega un punto donde cada mes lo sentís como si fueran seis y cada año como si fueran cuatro”, asegura entre risas.
Y a la hora de cerrar con las sensaciones, no duda y afirma: “Siempre quise ser buena compañera. Eso va más allá de todo lo que hagas dentro de la cancha. Lo aprendí del coach Auriemma: solamente podés sacar lo mejor de vos cuando sacás lo mejor de las demás personas”.