Con el bicampeonato, San Lorenzo festeja ser la marca de época de la Liga Nacional
En su Polideportivo de Boedo, se consagró ante Regatas Corrientes, al vencerlo por 94-59 y cerrar 4-1 una final despareja en la que se destacó el potencial de su rico plantel.
El sabor es el mismo, aunque tiene un gusto diferente. Ese "¡Dale campeón!" que resuena es la concreción de un sueño deportivo que se repite. Es un logro que engloba anhelos intangibles que sólo un corazón bañado de azulgrana puede comprender. San Lorenzo es el bicampeón de la Liga Nacional, pero esta vez celebra en Boedo, en su casa, en su tierra santa. Acaba de ganarle 94-59 a Regatas Corrientes para cerrar 4-1 una final despareja, en la que pudo hacer valer su rico plantel. Y esos más de 2.000 hinchas que colman el Polideportivo Roberto Pando lo viven enfervorizados. ¿Qué es este club sino el más puro sentimiento de pertenencia?
Cantan porque sienten la Vuelta definitiva cada vez más cerca y pueden paliar esa ansiedad inexplicable celebrando sus colores, mientras se levanta una copa en José Mármol y Salcedo, donde hasta no hace mucho había una plaza, bien llamada Lorenzo Massa. Los jugadores cantan porque arrasaron durante toda una temporada y respondieron con creces a las exigencias del ambiente, ganando su segunda Liga consecutiva, algo que sólo otros cuatro equipos en la historia habían logrado.
"San Lorenzo salió campeón porque tiene plata“. La sentencia llega de todos los costados. Y sí, tienen razón los que lo aseveran, aunque lo hagan casi en forma de crítica. El gran error es pensar que esa es la única razón. O que es la única que diferenció al bicampeón de sus rivales. El de Boedo no es el que más gastó: sí es el que mejor lo hizo. Desde la seducción que genera la figura de Marcelo Tinelli a las comodidades que se les ofrecen, los jugadores quisieron -y quierenser parte de este club.
La química fue absoluta. Ahí estuvo el gran mérito de Julio Lamas, arquitecto de un equipo que logró ser tal y no se quedó en un mero rejunte de talentos. Mérito compartido por los jugadores, que aceptaron sus roles y pusieron el objetivo colectivo por sobre todas las cosas. Con humildad, unos aceptaron ser obreros y otros resignar protagonismo individual. Así se construyó un equipo que marca una época y está a las puertas de crear una dinastía.
San Lorenzo sacó anoche a relucir sus armas habituales. Una defensa que cuando se asienta, complica muchísimo al rival, más si a éste le falta Paolo Quinteros. Le moja la pólvora (gran defensa de Alex Pérez sobre Donald Sims) y no le da chance de recuperarse: entran Sandes y Calfani para desgastarlo y hacerle ver la superioridad. Además, si falla cerca del aro (salvo Sandes y Deck, ninguno anotó más de un doble en el primer tiempo), aprovecha el tiro externo (8-15 en esos 20 minutos iniciales).
Regatas se va entregando sin entregarse, porque sencillamente no puede hacer más. Sus limitaciones y la calidad del rival se lo impiden. Aparece Deck (Jugador Más Valioso de la final) en su esplendor, Safar se anota en la planilla, Meyinsse dice presente. El caso del pivote extranjero es por demás gráfico: con una linda trayectoria a sus espaldas, nunca descolló con la azulgrana. No hizo falta.
Con una ventaja considerable (6947) e incluso a pesar de las goteras que han sabido castigar al Pando en días lluviosos, el último cuarto está reservado para el disfrute. El 94-59 final no hace más que certificarlo: San Lorenzo es un bicampeón con todas las letras. El dueño de la Liga Nacional. ¿Hasta cuándo? Se verá...
Ser el primer uruguayo campeón de la Liga me pone muy feliz. Es todo lo que podía soñar”. Mathías Calfani Extrañaba esto. Es lo más lindo que hay. Hicimos una linda Liga y fuimos justos ganadores”. Selem Safar Sólo quiero ganar. Vivir esto es hermoso, así que ojalá que pueda seguir ganando títulos”. Marcos Mata Fue un año de sacrificio y de laburo, pero ahora cosechamos los frutos”. Matías Sandes