Se va a extrañar a las Williams
En un tiempo corto habrá que volver a la imagen del marcador electrónico de la cancha central de Wimbledon: 5-4 y 40-15, decía en ese momento. Venus Williams disponía de dos set-points y el sueño de ganar en el All England por sexta vez parecía posible. Ahí se desequilibró la balanza y Garbiñe Muguruza apretó el acelerador. Ese punto de inflexión del partido bien podrá ser observado como el fin de ciclo de una generación y el nacimiento, o acaso la consolidación, de otra.
Venus tiene 37 años y aunque conserva una elasticidad envidiable y una colección de tiros angulados todavía dañina, su tenis ingresó en el lógico declive. Una enfermedad autoinmune y un accidente de tránsito en el que se vio involucrada -y que terminó con una muerteno son sino catalizadores de un alejamiento inexorable. Algo parecido le cabe a su hermana: a los 35, Serena espera su primer hijo. Y aun cuando anunció su regreso para febrero, será difícil volver a ver en plenitud a la tenista de golpes más violentos de toda la historia.
Son ellas dos, y también la temperamental rusa Svetlana Kuznetsova (32), las únicas habitantes mayores de 30 en los primeros 15 lugares del último ranking. El que saldrá mañana ya no tendrá a Serena en el top ten por primera vez en 276 semanas. Una checa de 25, Karolina Pliskova, reemplazará en la cima a la alemana Angelique Kerber (29), ahora tercera. Halep (25, segunda), Konta (26, cuarta), Muguruza (23, quinta) y Svitolina (22, sexta) ocuparán las primeras posiciones. Con la letona Ostapenko (20), flamante campeona en París, amenazante. Si ese cambio de guardia garantizará un mejor juego, está por verse. Pero hay algo seguro: se extrañará a las Williams. Mucho. Por los duelos que animaron, por las historias que se construyeron a su alrededor, ciertas o no. Por su look y sus actitudes desafiantes.
Y por su tenis, claro. De estilos diferentes y similar capacidad destructora. Un tenis único e irrepetible que empezó a ser historia en ese momento inmortalizado en el cartel electrónico.