La derrota no logró opacar la semana soñada de Fernández
Lo había dicho él mismo. “Un resultado no va a opacar esta semana tan especial”. Gustavo Fernández no pudo sumar en Wimbledon su tercer título en un Grand Slam -y el segundo en ese torneo, donde ganó en el dobles en 2015- al perder en la final de tenis adaptado por 7-5, 3-6 y 7-5 ante el sueco Stefan Olesson. Pero a pesar de la amargura por la derrota -en especial porque estuvo 5-3 en el último set-, el cordobés, flamante número 1 del mundo, se despidió de Londres con la satisfacción de haber dejado todo en la cancha.
“Esta fue una semana muy especial. Era muy difícil por todo lo que tenía que sobrellevar en mi cabeza y creo que lo hice de buena manera. Si bien uno va siempre con la ilusión de ganar, más siendo número 1 del mundo, una derrota te enseña mucho también; y a veces más. Estuve muy cerca y me hubiese gustado conseguir ese sueño tan grande, pero no puedo ser injusto conmigo y valorar todo a través de un sólo resultado. Tengo que estar satisfecho y con la frente bien en alto porque estamos haciendo un buen trabajo”, analizó Fernández.
Un partidazo jugaron en la cancha 3 del All England. Durante casi dos horas a pura potencia no se dieron tregua, pero al riotercerense le faltó tranquilidad para sellar el resultado cuando tuvo su chance. Fue en el décimo game del tercer set, cuando con el marcador 5-3, sacó para el título. Pero no pudo mantener su saque, su adversario reaccionó y así se llevó el triunfo.
Pudo haber sido una semana perfecta para quien el lunes se había transformado en el primer singlista argentino en llegar a la cima de un ranking mundial. Pero le faltó el broche de oro.
Aún así, el cordobés de 23 años se lleva muy buenas sensaciones del tercer Grand Slam de la temporada. Porque consiguió sus primeras victorias en single sobre el césped inglés (el año pasado, en su primera participación, había perdido en el debut). Y porque disputó su tercera final consecutiva en un torneo de esa categoría. En enero había conseguido su segundo Grand Slam en Australia (el primero lo había ganado en 2016 en Roland Garros) y hace poco más de un mes perdió en la definición de París.
A Fernández el número 1 no se le subió a la cabeza y la derrota de ayer, aunque le dolió, no lo derrumbó. El disfruta de su gran momento y ya está listo para ir por más. “Si bien llegué al número 1 siento que todavía tengo mucho por evolucionar y por mejorar, por suerte”, aseguró.