Eslovenia, la nueva potencia en básquet
Croacia y Serbia, prácticamente sin discusión, han sido las selecciones más poderosas entre las que conformaban la ex Yugoslavia desde la disolución de la misma. En varios de los torneos más importantes del básquetbol internacional se han llevado medallas. Sin embargo, nunca consiguieron un oro. Es lo que logró la pequeña Eslovenia, un territorio de apenas dos millones de habitantes pero mucha pasión por este deporte y, al cabo, mucho talento para jugarlo. De la mano del base Goran Dragic y pese a la lesión de su joven estrella, Luka Doncic, los eslovenos ganaron el Eurobasket al vencer en la final a la propia Serbia por 93-85.
En una Estambul con mucho clima entre los hinchas de las selecciones balcánicas, y luego de que España se quedara con el bronce al vencer a Rusia también 93-85, Eslovenia sostuvo las credenciales que había mostrado durante todo el campeonato y especialmente en la semifinal contra los españoles, máximos candidatos al iniciar el certamen.
Dragic, hombre del Miami Heat de la NBA, jugó un partido consagratorio y ya en la primera mitad había anotado 26 puntos. Los serbios llegaron a estar 12 tantos abajo, pero nunca se rindieron y llegaron a darlo vueta en el último parcial. Fue entonces cuando Eslovenia mostró su carácter de equipo: sin Donkic (18 años), que se lesionó un tobillo cuando su equipo ganaba por ocho, y sin Dragic (33 puntos y elegido Jugador Más Valioso), a quien el cuerpo le pasó factura y terminó afuera, sostuvo la ventaja y cerró con autoridad para ganar su primer título grande.