Las razones por las que Federer puede quitarle el número 1 a Nadal
“Tengo menos temor de afrontar a Rafa del que tuve en el pasado”, dijo el suizo tras vencer al español en Shanghai.
Cuando a fines de enero Roger Federer ganó su 19° título de Grand Slam en Australia, muchos de sus fanáticos comenzaron a ilusionarse con verlo otra vez como número uno. En ese momento, ese sueño sonaba a utopía. Con el correr de los meses, empezó a parecer cada vez más posible. Y tras su victoria ante un debilitado Rafael Nadal en la final del Masters 1000 de Shanghai por 6-4 y 6-3, quedó muy cerca de arrebatarle el número uno al español.
Hay razones de sobra para que Federer logre ese objetivo: los últimos torneos del año, sobre canchas duras bajo techo, son los que mejor le sientan al tenis del suizo, segundo del ranking, y los que peor le hacen a las articulaciones de Nadal; Roger está sólido, confiado y jugando en un nivel superlativo; y Rafa, quien ayer su-
frió molestias en su rodilla derecha, puso en duda su presencia en Basilea y en el Masters 1000 de París, las últimas paradas previas al Masters de Londres. La lucha por el uno está abierta y Su Majestad parece listo para recuperarlo. El título de Shanghai llegó para ratificar una realidad innegable: en 2017, Federer se transformó en la
“bestia negra” de Nadal. Es que aunque el español lidera cómodo el historial de enfrentamientos entre sí, con 23 triunfos en 38 partidos, el suizo le ganó los cuatro que jugaron esta temporada -la final de ayer, las de Australia y de Miami y los octavos de Indian Wells- y los últimos cinco, si se cuenta además la final de Basilea 2015. “Tengo menos temor de afrontar
a Rafa de lo que pude tener en el pasado. No quiere decir que tuviese un miedo atroz, pero ahora cuando lo
enfrento sé cómo jugarle”, explicó el suizo, que llegó a 27 festejos en Masters 1.000, tres menos que Nadal y Novak Djokovic, máximos ganadores en esta categoría de torneos.
Y si a esa confianza se le suma un tenis de altísimo nivel, el resultado es un partido como el que se dio sobre el cemento de Shanghai. Porque aunque a Nadal se lo vio disminuido por las molestias en las rodillas, Federer estuvo imparable, aprovechó las condiciones de la cancha más rápida de los Masters 1.000 y dominó.
“Jugó demasiado bien”, reconoció el español, quien podría bajarse del torneo de Basilea si la rodilla se lo pi- de. “No quiero hablar de eso, pero no sé si jugaré allí, lo tengo que pensar”, aseguró. Con Nadal ante un escenario incierto, Federer podría aprovechar para recuperar el “1” que ocupó por última vez en octubre de 2012.
La victoria que le dio el 94° título de su carrera le permitió a Roger achicar la diferencia de puntos con Nadal a 1.960, cuando quedan 3.000 en juego entre Basilea, París y el Masters de Londres. Si en las próximas dos semanas se dan los resultados a pedir de Federer -el suizo campeón en su casa y en la capital francesa y Rafa con pobres actuaciones-, Roger llegaría a la cita londinense con chances concretas de treparse a la cima. Será difícil, pero su gran momento le da razones para ilusionarse.
Es que el suizo aprovechó al máximo el descanso que se tomó el año pasado, cuando cerró su temporada después de Wimbledon para darle tiempo a su rodilla izquierda para sanar bien. Durante el parate, mejoró
un tenis que parecía inmejorable - “Estoy más sólido con el servicio y tengo más potencia con el revés”, comentó ayer- y se fortaleció físicamente. Y volvió renovado.
Claro que Djokovic y Andy Murray acortaron sus temporadas por lesiones. Pero Federer mostró un nivel tal vez incluso mejor al de sus mejores años y fue uno de los grandes protagonistas del circuito junto a Nadal. El suizo demostró que a los 36 años su físico está intacto y su talento sigue siendo tan extraordinario como siempre. Por eso ese sueño de verlo otra vez en lo más alto ya no es una utopía. Y podría hacerse realidad antes de que termine la temporada, para alegría de un mundo tenístico que no se cansa de disfrutarlo.
Es maravilloso ganar aquí. Y jugar la final con Rafa es un placer. Nunca pensamos que íbamos a tener el año que tuvimos”. No creo que pueda terminar el año como número uno, pero si sigo jugando así, ¿quién sabe? Por ahora, es algo lejano”. Londres es desde hoy mi prioridad. Quiero ganar el Masters. Todo lo que llegue ahora es un bonus tras la gran temporada que viví”.