Una primera jornada con argentinos y las Leyendas en la cancha central
Debutarán Delbonis, Bagnis, Cachín y Berlocq. Y en el último turno Pella se medirá con Kicker.
Es el torneo que el público amante del tenis espera cada año. Las sillas están bien acomodadas en la cancha central Guillermo Vilas, las pelotitas amarillas están listas para ser impactadas y las raquetas están bien encordadas. Ayer los cuatro clasificados cerraron un cuadro principal que promete, al menos, una competencia de lujo. Arrancará así el sueño de muchos en el Buenos Aires.
La agenda marca el inicio de la actividad a las 14 con Federico Delbonis y el alemán Florian Mayer en un duelo complicado para el azuleño. Paralelamente se medirán en la cancha 2 el serbio Dusan Lajovic y Facundo Bagnis, que atravesó la fase previa; más tarde, en el tercer turno de ese mismo escenario, Pedro Cachín jugará con el brasileño Thomaz Bellucci.
La cancha principal estará empapada de tenis argentino. Tras el partido de Delbonis habrá un duelo de dobles para seguir calentando los motores: Diego Schwartzman y el austríaco Dominic Thiem jugarán ante los checos Roman Jebavy y Jiri Vesely. Luego, en lo que respecta al torneo en sí, completarán el show a las 18.45, Carlos Berlocq, semifinalista en la última edición del torneo, ante el español Guillermo García López y Nicolás Kicker frente a Guido Pella.
Pero para la gente que visitará el club palermitano y que hace diez años que no ve alzar los brazos a nin- gún argentino en el torneo desde que lo hizo David Nalbandian en la final de 2008, la jornada regalará un espectáculo imperdible también en el escenario central: el Torneo de Leyendas que integrará a Juan Mónaco y Mariano Zabaleta por un lado y a Juan Ignacio Chela y Gastón Gaudio por el otro que jugarán un set a las 18.
Ayer el tradicional kid’s day contó con muchos chicos que se acercaron al torneo para pelotear junto a Leonardo Mayer, Daniel Orsanic, Pella, el español Pablo Carreño y el francés Gael Monfils.
Se abren las puertas. El cuadro está listo. También los jugadores. No falta nada para que comience a escribirse un nuevo capítulo del Abierto de Buenos Aires.