McMorris, de fracturarse 17 huesos a ganar una medalla olímpica de bronce
Hace 11 meses, su vida corrió peligro al estrellarse contra un árbol. Ahora festeja en PyeongChang 2018.
El snowboarder canadiense Mark McMorris fue protagonista de la historia del día en los Juegos Olímpicos de Invierno: apenas 11 meses después de estrellarse contra un árbol y romperse 17 huesos, se colgó la me-
dalla de bronce en el slopestyle.
Para McMorris, superarse a sí mismo y reponerse de duros golpes, sin embargo, no es para nada desconocida: también había sido bronce en Sochi 2014 dos semanas después de fracturarse una costilla.
En el accidente de marzo pasado en la estación canadiense de Whistler, sufrió múltiples lesiones: entre otras, se rompió el brazo izquierdo y la mandíbula y se fracturó la pelvis y varias costillas. De hecho, estuvo cerca de morir, ya que -como si el resto hubiera sido poco- se le colapsó un pulmón.
Aquella vez pasó 10 días en el hosme pital y debió sobrellevar una dieta líquida durante un mes y medio, además de requerir de meses de fisioterapia. En su cabeza jamás dejó de estar la idea de volver a competir y participar de los Juegos Olímpicos, pese a que tan sólo faltaban meses para el evento. Para agosto ya estaba de nuevo arriba de una tabla y en noviembre ya se había colgado una medalla al ganar uno de los eventos de la Copa del Mundo en Noruega.
“No quiero pensar mucho en el pasado, pero agradezco el hecho de poder estar hoy sobre una tabla”, aseguró el atleta de 24 años.
“Muchas veces tengo que pellizcar-
por sentirme tan bien en la tabla. Hace ocho meses no habría pensado para nada que podría volver a este nivel. Probablemente ni siquiera debería estar acá; necesito pellizcarme un poquito”, agregó.
El oro fue para el estadounidense Redmond Gerard, de 17 años, mientras que la plata fue para el canadiense Max Parrot. McMorris estuvo en la lucha hasta las últimas acciones: la diferencia entre los tres medallistas fue de apenas 1,96 puntos.
Ahora, con otra perspectiva de las cosas, el deportista canadiense reiteró su poca preocupación por no haber sido plata u oro: “No importa. Lo importante es estar ahí haciendo
snowboard y compitiendo lo mejor que se pueda. El puntaje (de los jueces) es algo que no está en tus manos. Vos sólo intentás hacer lo mejor, tal como hice cuando salí a la pista. Obtuve una recompensa por ello y estoy muy contento”.
En marzo pasado, trabajando en una filmación, sufrió el accidente contra el árbol y fue rescatado en helicóptero. Se despertó dos días más tarde. Ayer soñó despierto en Corea del Sur y comprobó que todavía quedan muchas alegrías por vivir. Y seguirá sobre la tabla...