Talleres le mete presión a Boca y lo visita en 15 días
Ahí va Talleres. Encumbrado, mostrándole al fútbol argentino que se puede jugar bien y competir desde el Interior del país. Metiéndole presión a Boca, el líder de la Superliga que está herido y esta tarde jugará en Tucumán. El rival de la próxima fecha en la Bombonera. ¿Cómo no se van a ilusionar los cordobeses? ¿Les alcanzará una combinación de resultados para pegar el gran golpe?
Se verá. En principio, hay que analizar el partido entre estos dos equipos generosos, entregados en el ataque, punzantes y con esquemas similares. Talleres y Defensa y Justicia prometían un mano a mano interesante para la noche del sábado. Y no defraudaron. Colmaron las expectativas en un ida y vuelta vertiginoso, tal vez algo desordenado, pero emotivo.
Defensa y Justicia fue picantepor los costados. En especial, con Ciro Rius, movedizo por ambos perfiles. El ex Argentinos Juniors tuvo la situación más peligrosa en el comienzo del partido. Recibió al borde del área chica, eludió al apresurado Guido Herrera y remató de derecha en una posición incómoda. Llegó justito Carlos Quintana para evitar el gol del visitante. Con ambas manos en la espalda le puso el pecho al tiro del delantero. Y la pelota se fue al córner.
Talleres llegó al gol casi a la media hora de juego. Lucas Olaza peleó el balón contra la raya, Rius puso la puntita del botín izquierdo y se perdió por la línea lateral. En las distintas imágenes de la televisión no pudo observarse si, en última instancia, la pelota pegó en el talón del uruguayo. Lo cierto es que Olaza sacó rápido desde el costado, Santiago Silva conectó de espaldas para Juan Ramírez y el volante sacó un derechazo que se clavó en la ratonera del arco defendido por Ezequiel Unsain. Protestaron todos los futbolistas del Halcón de Varela. Difícil no darle la derecha a Tello.
Defensa, golpeado, llegó una vez más. Pero el centro de Tomás Pocchettino que cabeceó Nicolás Fernández se perdió muy cerquita del palo derecho de Herrera. Y Talleres viajó al entretiempo en ventaja.
Juan Pablo Vojvoda cambió en el inicio del complemento. Sacó a Pochettino, más vertical, y eligió a Fernando Elizari para elaborar más fútbol. Sin embargo, le costó progresar en el campo de Talleres al equipo visitante. No terminaban bien las jugadas, los cordobeses recortaban espacios y, en ese contexto, Pablo Guiñazú crecía, multiplicándose por todos los sectores. Corría como un pibe, más allá de sus casi 40 años.
Pero estuvo cerca Defensa del empate con un bombazo de media distancia que tapó Herrera. Y terminó encerrado el local porque Silva, que ya estaba amonestado por protestar, cometió una falta y fue expulsado. Terminó descontrolado el Halcón, con Martínez y Barboza expulsados. Y con Talleres feliz y contento...