San Lorenzo ganó cómodo, pero la fragilidad de Olimpo impide despejar interrogantes
Generó muchas situaciones de gol, pero tardó 51 minutos en anotar. Buen trabajo de Coloccini y de Romagnoli, que jugó de entrada. La visita, entregada y sin respuestas.
Olimpo de Bahía Blanca es el rival ideal para todo equipo que venga mal, cuestionado, sin encontrar respuestas futbolísticas. Está abatido el elenco que comanda Christian Bassedas y juega sin esperanzas. Entonces, el criticado San Lorenzo se para enfrente y parece arrollador. Genera muchímovedizo simas situaciones de gol, triangula en ataque, Leandro Romagnoli maneja los hilos como si fuese un veinteañero, Nicolás Blandi se amiga con el gol, Fabricio Coloccini cruza con la fuerza de un rugbier y Juan Mercier corre la cancha de lado a lado sin perder jamás la vertical. Y más, mucho más. San Lorenzo se impuso 2 a 0 ante Olimpo, aunque también pudo ser goleada. Los dirigidos por el Pampa Biaggio se encontraron con el triunfo luego de tres partidos. Y lo más destacable: volvió a jugar bien.
Pero la alegría no debe confundir a San Lorenzo. Y no porque haya jugado mal: se dijo que su rendimiento fue alto. La calidad del rival no lo debe despistar. Olimpo es un equipo tan liviano que no tiene fuerza ni para guapear. Los jugadores no se reprochan dentro de la cancha; el entrenador Bassedas mira desde un costado casi sin alzar la voz. El resumen de lo observado lo regaló un plateísta del Gasómetro. “Creo que no nos hacen un gol ni jugando hasta mañana”, soltó. Duro y realista el enunciado. El triunfo ante los bahienses tendría que ser un nuevo punto de partida con inte- rrogantes para el Ciclón. ¿Puede Mercier jugar solo en la mitad del campo ante otro oponente? ¿Encontrará tantos espacios Romagnoli para demostrar su calidad intacta? ¿Blandi tendrá 4 situaciones por juego? Las respuestas parecen ser todas negativas.
En 10 minutos de juego ya había fabricado tres jugadas de gol el local. Pero la mala puntería de Blandi postergó el festejo. Manejó la pelota San Lorenzo desde la inteligencia de Romagnoli y la verticalidad de Barrios. El lateral Rojas se sumó al ataque cuando quiso y Reniero fue el más de los dos atacantes. El visitante esperó en campo propio y apenas insinuó alguna contra. Ahí estuvo presente Mercier y su interesante rueda de auxilio, Franco Moyano. El trabajo del juvenil fue silencioso y efectivo. Se paró como volante derecho pero cerradito, para estar cerca de la espalda del Pichi. El punto de inicio de Barrios fue la izquierda y Pipi fue el enganche. Hay que decirlo: San Lorenzo no extrañó para nada a Fernando Belluschi. Conviene presumirlo: si Belluschi hubiese estado en cancha, habría jugado bien.
La primera parte terminó empatada en cero y el castigo era demasiado grande para el local. Los minutos podrían jugarle en contra a San Lorenzo, por la ansiedad de los hinchas. Pero el notable derechazo de Barrios al ángulo derecho de Villar, luego de una jugada entre Romagnoli y Reniero, puso la justicia necesaria. El gol no lo aplacó al Ciclón ni lo hizo reaccionar a Olimpo. Todo siguió igual. Hasta que Blandi pudo convertir después de varios juegos de sequía.
La ovación para Romagnoli cuando abandonó el campo de juego no se agigantó por su cumpleaños número 37, sino por su destacada actuación. San Lorenzo jugó al ritmo del Pipi y volvió a la victoria. Olimpo fue un protagonista estelar para que el ídolo manejara los hilos: pocos equipos dejan tantas libertades y juegan con tanta desesperanza. Eso, igual, no le importa a San Lorenzo: desde las victorias se crece más cómodo.