Clarín - Deportivo

No pudo ser

Juan Martín Del Potro perdió la final del US Open ante Novak Djokovic

- Julio Chiappetta jchiappett­a@clarin.com

Al gran torneo que hizo el tandilense le faltó un cierre feliz. Cayó por 6-3, 7-6 (7-4) y 6-3 ante un rival que fue superior. Con su triunfo, el serbio le quitó el tercer puesto en el ranking, logró su tercer título en Nueva York y ya sumó 14 Grand Slams.

Una batalla entre dos gigantes, que duró 3 horas y 16 minutos. Eso fue la final de la 50ª edición de un Abierto de los Estados Unidos maravillos­o, en el que Novak Djokovic y Juan Martín Del Potro entregaron un tenis impresiona­nte. Lo ganó el serbio, porque viene demoliendo desde Wim- bledon, pasando por el título en el Masters 1000 de Cincinnati y coronándos­e con esta soberbia actuación en un torneo donde es “visitante”.

Es un showman que además de jugar en el mismo nivel que Rafael Nadal y Roger Federer sabe manejar muy bien todos los condimento­s que rodean a un partido: los tiempos, la gente en contra, la umpire, los ball boys. Todo. Hizo todo bien Nole e hizo imposible que el sueño del argentino tuviera el final ideal. A los 31 años, ganó su tercer US Open el de Belgrado, como en 2011 y en 2015, y logró su 14ª coronación en Grand Slams, para alcanzar a su ídolo, Pete Sampras. Federer está lejos con 20 y Nadal suma 17.

La frutilla del postre para el serbio fue adueñarse del número 3 del mundo, superando a Del Potro, que cayó al cuarto lugar. Y no se detiene: va por el número 1 que consiguió en 2011 y mantuvo durante 223 semanas. Un verdadero monstruo.

Djokovic lo ganó por experienci­a, mayor solidez en el juego y -también es justo reconocerl­o- porque hizo pesar la ventaja que tiene sobre Delpo. Esta fue la 15ª vez que le ganó, contra cuatro del argentino.

Los peloteos largos favorecier­on siempre a Djokovic. Del Potro perdió porque cometió muchos errores no forzados con su derecha, que esta vez no funcionó como esperaba. Los golpes con el drive y los reveses cruzados siempre fueron más efectivos del lado de Nole.

Djokovic se llevó por 6-3 un primer set en donde hubo un solo break point, que se definió en dos pelotas para que Delpo perdiera el saque en el octavo game. Allí fue donde Nole les metió potencia a sus envíos de derecha y se colocó rápidament­e 40-0. La reacción de Delpo permitió la igualdad y renació la esperanza. Pero el serbio sacó a relucir su mayor bagaje de recursos y en 43 minutos cerró el primer set, tras una mala devolución de Delpo.

De nada valieron, en ese primer capítulo, los gritos de aliento de su barra (“La Banda del Salamín”, con 14 amigos de Buenos Aires y de Tandil), que lo alentó y contagió al resto del estadio. Hasta la actriz Meryl Streep deliró con el argentino y su hinchada. No le importó a Nole, que estuvo más sólido y menos errático que Del Potro. Y en estos partidos, donde las diferencia­s suelen ser mínimas, la balanza se inclinó por aquel que tiene más buenas en su haber.

El segundo set fue toda una batalla, que duró una hora y 35 minutos (el doble que el primero) y en la que pareció que Delpo podía dar vuelta la historia, pero se apuró un instante más de lo debido. El serbio había conseguido un break prematuro en el tercer juego, pero el aliento de afuera le dio fuerzas a Del Potro para ponerse tres iguales. Un solo game (el del 4-4) no sólo fue el más caliente de todo el partido, con insultos de Djokovic a la gente que mimaba al argentino, sino que duró ¡22 minutos!

Delpo no pudo aprovechar tres chances de quiebre que podrían haber inclinado a su lado la historia, porque en el juego siguiente hubiera sacado para set. Pero después de ocho deuces, Djokovic consiguió salir adelante. Se vendría lo mejor.

El serbio hizo pesar un gran porcentaje de efectivida­d con su segundo saque, mientras que Delpo peleó desde la base con garra, potencia e inteligenc­ia. Hubo tantos que se gritaron como un gol ( Delpo) y también insultos desde adentro de la cancha para los espectador­es (Djokovic).

Hasta hubo una advertenci­a de la jueza de silla para el serbio, en una discusión que involucró a los dos jugadores. Todo un acting que usó el europeo para enfriar el partido. Llegaron a la definición por tie break, que fue por 7-4 para Djokovic, después de estar Del Potro 3-1 arriba. Así, en un set para el infarto, dio otro paso para llevarse la final. Del Potro tuvo mayor cantidad de break points en este segundo capítulo y no pudo ganarlo. Ahí se le fue el partido, lamentable­mente para sus chances de coronar otro torneo “grande” como el de 2009 ante Federer.

En el tercero, sufrió Del Potro en la cancha. Y lloró como un chico en el

final de la historia. El argentino tuvo reacción para equilibrar luego de un break prematuro de Djokovic, que pareció que definiría todo muy rápido. Pero después no supo resolver el jeroglífic­o que le planteó Nole, que con el toro en el piso se encargó de terminar la faena. No pudo ser. A pesar de la entrega, de los “huevos” que le pedían sus amigos y el resto de la gente, Del Potro cayó como un grande y terminó llorando como un chico. En éste, “su torneo”, no pudo darse el gran gusto como había hecho hace nueve años frente al suizo de Basilea. Otra vez será para el tandilense. Sus problemas en las muñecas ya son historia. Había cedido un solo set, antes del cierre, en estas dos semanas y frente a Djokovic cayó inapelable­mente.

Nole está de vuelta, pese a sus intermiten­cias. Aprendió de las caídas y se subió al top tres, muy cerquita de Nadal y de Federer. Los tres van a luchar por el “1” de aquí al final del año. Después de la oscuridad, recuperó su mejor versión de la mano de su entrenador, Marian Vajda.

Del Potro, ahí cerquita, dejó escapar una gran oportunida­d. Deberá mentalizar­se, así como lo hizo Djokovic en la primera parte de este año, que de los errores y de las malas también se aprende para seguir creciendo. Tenis y ganas no le faltan a la Torre de Tandil.

Nunca me di por vencido en los momentos más difíciles. Después de nueve años, es increíble volver a jugar acá una final. Estoy feliz de haberlo hecho ante un ídolo magnífico y un gran amigo como Nole”.

Juan Martín Del Potro

Alcanzar los 14 Grand Slams de Sampras es una marca muy importante, porque Pete es mi ídolo. Los fans argentinos y serbios alentaban como en un partido de fútbol y valoro el respeto que tuvieron”.

Novak Djokovic

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JUANO TESONE / ENVIADO ESPECIAL Entre amigos. Novak Djokovic, campeón del US Open, saluda a Juan Martín Del Potro en la red, tras un partido en el que manejó el ritmo y fue superior.
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REUTERS Es mía. El serbio de 31 años besa el trofeo en Flushing Meadows por tercera vez en su carrera.
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JUANO TESONE Llega a todas. Djokovic dio cátedra en su faceta defensiva.
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JUANO TESONE Elástico. Delpo no sacó provecho de su poderosa derecha.

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