“Haber perdido me pone muy triste; es una de las derrotas que más duele”
El tandilense se mostró muy angustiado tras la final. Valoró el apoyo del público y celebró el alto nivel de Djokovic.
Todavía tenía los ojos enrojecidos al llegar a la sala de conferencias del imponente Arthur Ashe, ese que se había rendido a sus pies hacía unos minutos pese a que el trofeo del Abierto de los Estados Unidos descansaba ya en manos ajenas. Y Juan Martín Del Potro, aunque lo dijo con una sonrisa, fue todo lo honesto que su habitual transparencia deja ver: “Estar acá hablando con ustedes podría ser el peor momento del día”. Claro que eso tenía una explicación más que razonable cuando la derrota todavía estaba fresquísima. “Honestamente, estuve llorando hasta recién.
Haber perdido me pone muy triste. Es una de las derrotas que más me duele por lo que significa este torneo para mí; tengo mucha angustia aden- tro, que iré largando con el correr de las horas”, reconoció el argentino tras su segunda final grande.
El haber perdido en lo que parece su segunda casa, una especie de sucursal de Tandil que abrió allá por 2009, cuando con apenas 20 años sorprendió al mundo al vencer en este mismo estadio a Roger Federer, hizo que la ensalada de sensaciones tuviera condimentos muy particulares. “El reconocimiento de la gente es lo más lindo que me llevo de acá. Novak se lleva el trofeo, pero muchas veces ni siquiera eso alcanza para conseguir el cariño de la gente”, se ablandó el tandilense, que también recordó a quienes lo alentaron a la distancia: “A la gente de Argentina le agradezco; me da energía, me ayuda a no bajar los brazos, a pelear un montón”.
Pese al dolor de haber quedado al borde de la gran conquista, encontró el aspecto positivo ayudado por el pú- blico y por el ambiente: “Ahora estoy angustiado y me cuesta sentirme contento por lo que hice, pero este torneo me ha dado muchas más alegrías que tristezas. Calculo que con el correr de los días (lo que hice) será espectacular, como creo que lo fue”. Más allá de eso, reconoció que el rival ayudó a que el trago no supiera tan amargo: “Novak es un gran campeón y lo merecía porque jugó muy bien. Pero además es un amigo y siempre quiero que gane”.
En el análisis del partido, Del Potro no lamentó el plan de juego ya que ponderó las virtudes de su rival. “Jugué siempre al límite porque, por lo general, él se defendía y yo atacaba. Hubo muchos puntos peleados, pero casi siempre se los llevó él. Yo tenía que jugar a las líneas, hacerlo correr, y para eso tenía que tomar mayores riesgos. Él se defendió bien y yo cometí errores que terminaron volcando la balanza”, evaluó el a partir de hoy número 4 del mundo.
Y fue tal su reconocimiento al serbio que no dudó en candidatearlo a máximo ganador de majors de la historia. “Sin dudas puede hacerlo. Ya tiene 14, ganó dos este año, tiene un tremendo equipo de trabajo. Ojalá él, Federer y Nadal sigan peleando por la historia porque es muy lindo verlos. Nosotros hacemos lo que podemos contra ellos”.
Al final, consultado por su condición de ídolo para el público argentino, el doble medallista olímpico eligió la mesura: “Argentina tiene grandes ídolos en el fútbol y otros deportes. Yo sólo hago mi trabajo, trato de ser un ejemplo para los chicos, enseñarles que hay que esforzarse para conseguir los objetivos en la vida”.