Schwartzman prometió volver para tomarse una dulce revancha
Diego Schwartzman estuvo muy lejos del nivel que puede mostrar en sus mejores días. Curiosamente, le sucedió en los dos partidos del fin de semana, aunque en la semifinal se encontró con un rival ( Dominic Thiem) que, como él, también entró en un pozo y pudo superarlo. No fue así ayer. “Marco jugó un gran partido, con un nivel impresionante. Me dejó hacer poco y nada. Es un justo campeón”, reconoció el Peque.
Después de una semifinal extremadamente desgastante ante Thiem, en la que la cabeza le jugó mil y una pasadas, Schwartzman le sumó además una hora y cuarto extra en la semifinal del dobles. No había sido poco lo que había logrado frente al austríaco: fue el cuarto jugador en remontarle un partido en polvo de ladrillo y el primero en cinco años.
En las primeras horas del domingo, no lució cansado, pero sí impreciso. La acumulación de horas no necesariamente implicó un mejor ritmo de juego aunque, luego de la derrota, seguramente pudo hacer un balance positivo del torneo, en el que nunca había pasado de los cuartos de final. “Me apena mucho no haber tenido el nivel que esperaba por mí pero también por la gente que me bancó toda la semana. Espero volver el año que viene y poder regalarles y regalarme el título”, se esperanzó.
La jornada tampoco pudo terminar con una sonrisa para el argentino porque, en dupla con Thiem, perdió la final del torneo de dobles ante sus compatriotas Máximo González y Horacio Zeballos, especialistas de esta variante (ambos son top 35 del ranking) que sumaron su primera corona juntos.