Tevez: “El mister tiene claro que juega el que esté mejor”
Se golpea el corazón, Carlitos. Ese corazón apache que late desbocado en el festejo de su regreso al gol, que tiene de su lado el escudo azul y oro. Y fue más que oportuna la vuelta a las redes de Tevez. Boca la pasaba muy mal en Florencio Varela bajo los efectos hipnóticos del juego de Defensa y Justicia. Por esas cosas del fútbol, pudo mantener su arco intacto y a los 4 minutos del segundo tiempo apareció el derechazo venenoso del 10, que tuvo el permiso de las manos enmantecadas de Luis Unsain para meterse.
Así, Tevez pudo gritar un tanto propio por primera vez en la era de Gustavo Alfaro. No anotaba hacía nueve partidos. El último había sido el 3 de noviembre de 2018 ante Tigre (4-1). Ese día marcó por duplicado. “Estoy trabajando bien y eso es lo que me deja tranquilo. Sabía que iba a recuperar el nivel. A veces hace falta tiempo”, contó el delantero de 35 años.
La individualidad de Carlitos salvó a un Boca que colectivamente quedó muy por debajo de su rival de turno. Ese disparo de Tevez tapó un funcionamiento pobre. Pero el Apache tampoco había tenido una gran performance hasta ese momento. Al igual que todo el equipo de Alfaro, no podía adueñarse de la pelota ni conectar con Zárate, quien se ubicó a su lado, detrás de Darío Benedetto. Fue la primera vez que compartieron cancha desde el arranque en este 2019, pero el año pasado ya habían coincidido como titulares ante Talleres, Patronato y Tigre.
“Siempre la prensa va a hablar. Lo que cuenta es lo que hagamos Mauro o yo. El mister (por Alfaro) tiene en claro que juega el que esté mejor y si los dos estamos bien jugamos como esta vez”, dijo sobre la compatibilidad con Zárate. A partir del gol Tevez pareció encenderse, aunque de manera intermitente. Demostró cierta rebeldía a pinceladas, como en otro violento tiro que pasó al ladito del palo derecho.
Son 74 goles en 207 encuentros en Boca los de Tevez. El de anoche sirvió para el triunfo. Por eso levanta sus brazos y festeja. Volvió a palpitar fuerte ese corazón apache.