La noche de Varela deja incógnitas por todos lados

Ahora que la noche de Varela es historia, se impone mirar hacia adelante. Y el futuro ofrece un enorme signo de interrogación. En los unos y en los otros.

En Defensa, en protagonistas y espectadores, el discurso era uno: la pelea por el campeonato era un sueño posible, pero la mira estaba puesta en el ingreso a la Libertadores, histórico logro. Era un buen modo de quitarse presión. Sin invicto y sin punta, la pregunta surge sola: ¿sabrá asimilar el impacto? ¿sostendrá ese estilo pulcro y punzante que lo depositó en lo más alto? ¿Jugará sin presiones ahora que corre de atrás, como parecía jugar cuando miraba desde arriba?

Los interrogantes viven también en la vereda de enfrente. Boca se llevó tres puntos por lo que hizo bien poco. Si lo del miércoles resultó un paso atrás, el primer tiempo de anoche será difícil de repetir. Por lo flojo, claro. Las premisas del DT fueron desmentidas una a una. Lo del equipo construido desde atrás hacia adelante no puede sostenerse con prestaciones como las de Mas o Izquierdoz. La propuesta del doble 5, que por momentos fue triple, está condenada al fracaso con Campuzano deambulando sin marca ni juego. Y pedirle algo a Zárate y a Benedetto es esperar un milagro: la pelota no les fue una vez en 45 minutos.

Párrafo aparte para Tevez, acaso la mayor de todas las incógnitas. Los 52 días de Alfaro en Boca parecían una pérdida de tiempo. Si el DT confiaba en él como líder y capitán, el diagnóstico se reveló erróneo. Si fue una sugerencia “de arriba”, se pareció a una concesión exagerada. Y si la idea fue exponer a Tevez “hasta que se saque solo”, el tiempo de la constatación es irrecuperable. Pero Tevez, capaz de todo, hizo un gol -con ayuda, pero gol al fin- en una noche que hasta allí era para el olvido. Y entre esa aparición y la pobreza de sus sustitutos, el debate sobre su presencia entre los 11 sigue instalado.