Clarín - Deportivo

“Desde que me subí otra vez a un auto de carrera, volví a sonreír”

Ianina Zanazzi. La mejor piloto nacional, madre de Martino, Genaro y Joaquina, tuvo un regreso triunfal a su pasión: fue campeona entre hombres en la Copa Porsche.

- Juan Martín Prezzoli jprezzoli@clarin.com

Fue un sábado más de mediados de los noventa cuando Carlos Zanazzi se dispuso a llevar a su hija Ianina a un asado con sus amigos, en el Kartódromo de Ciudad Evita, donde jugarían con el karting de carreras que habían armado. Pero Carlos ese día tenía un fuerte dolor de espalda y cuando le tocó su turno, eligió dejarla subirse por primera vez a Ianina. Y la chica bajó los tiempos de todos.

Fue esa situación casual la que dio el puntapié para la mágica carrera de Ianina Zanazzi, quien a los 17 años ganó su primera carrera en la Fórmula Súper Renault, compitió en Europa, dejó el automovili­smo en 2004 y en diciembre, ya madre de tres hijos (Martino, Genaro y Joaquina), regresó con gloria: fue campeona de la Copa Porsche GT3 entre hombres.

“Cuando me propusiero­n volver a correr, sentí algo muy lindo. ¿Viste cuando ves a tu equipo y no sólo querés que gane sino que además estás convencido de que va a ganar? Bueno, yo sentí que quería volver a su- birme a un auto porque me iba a ir bien”, le dice a Clarín sentada en un escritorio del taller de su papá, que restaura Porsche clásicos. Le hizo honor a la marca, al ser la primera mujer en ser campeona con Porsche. -¿Cómo te llegó la chance de volver a correr?

-Me reencontré con Aldana Pierini, a quien conocía de cuando corría. Un día, charlando entre amigas, me dijo que “Quique” Mansilla quería traer la Copa Porsche a la Argentina. Me preguntó si correría. Era una oportunida­d muy linda, porque la marca es muy importante para mí y para mi familia. Durante los años que estuve lejos del automovili­smo, hice muchas cosas. Y ser mamá me encanta. Pero hay pocas personas que tienen la chance de descubrir lo que les apasiona y vivir de eso. Y a mí el automovili­smo me apasiona. Arriba del auto volví a sonreír.

Cuando Bernie Ecclestone, ex director ejecutivo de la F1, quiso llevar una mujer a la máxima categoría del automovili­smo mundial, el promotor Adrián Campos le recomendó nada menos que a Zanazzi. La propuesta se concretó, pero se truncó la posibilida­d de la Fórmula Nissan y al no disponer de recursos suficiente­s para manejar su carrera, Ianina decidió volver al país.

“Siempre me quedó la duda de hasta dónde podría haber llegado. Campos me decía: ‘ Sos la mujer más rápida que vi. Vas a fondo, pero no te pasás’. Y creo que junto a mi equipo no supimos manejar las oportunida­des que se me generaron. No supimos explotar todo, porque yo era una novedad”, reflexiona sobre el pasado.

“Llegué a Europa sin tantos apoyos y si me quería quedar, tenía que firmar un contrato con un equipo por diez años, durante los cuales me manejarían la vida. Tenía 22 años y vivía sola en Europa. Tampoco ayudó la actitud tan crítica que siempre tuve hacia mí misma. Si salía segunda, para mí ese fin de semana había sido una pérdida”, confiesa sin estridenci­as.

En la Argentina corrió en TC Pista, Fórmula Renault y Turismo Nacional, categoría en la que sufrió un fuerte accidente. Con su auto totalmente destruido en Mar del Plata, reconsider­ó su futuro y en 2004 dejó el automovili­smo. Quince años después, volvió a subirse a un auto de carreras en la novedosa Copa Porsche GT 3 y fue campeona.

-¿Y la reacción de la gente? Muchos se acuerdan muy bien de vos.

- Es muy lindo comprobar que muchos se acuerdan. Antes de correr, no tenía ninguna red social. Debí abrirme cuentas y empecé a recibir mensajes y fotos de personas que me seguían en aquel momento y me decían: “Mirá, encontré esta foto con vos”; “Tengo esta gorra que me firmaste”. Y yo pienso que esa gente hace quince años que no limpia la casa o realmente guardó ese objeto por cariño. Trato de responder siempre que puedo. Estoy feliz, porque siempre me siguieron las mujeres y el público joven, pero también los hombres porque siempre fui muy respetuosa con ellos. Hoy me pasa lo mismo. -¿Fue difícil prepararte para volver a correr después de tantos años? -Hubo menos de un mes entre la propuesta y la primera carrera. El auto no exige demasiado en lo físico, porque es un modelo muy parecido a los fórmula, pero con techo. Son sólo veinte minutos de carrera, más una vuelta. Físicament­e, estaba entrenada, pero cambié mi rutina a algo más especializ­ado, como el trabajo de los brazos. Y trabajé mucho con el simulador del Centro de Alto Rendimient­o del Autódromo de Buenos Aires. Me mandé a hacer uno que me está por llegar. Me entreno como si fuera a correr las 24 Horas de Le Mans, ja.

-O sea que pensás seguir corriendo... - Voy a competir otro año en la Copa Porsche. No puedo embarcarme en un proyecto que no pueda aguantar. Me encantaría correr en el Turismo Nacional o en el TC Pista, pero son más carreras e implicaría lejos de mis hijos. Necesito ordenar mi situación laboral, reestructu­rar mi vida. Pero en Porsche están muy contentos conmigo y podría surgir algo en Europa.

Junto a su hermana Dámaris, esperan suceder a su padre en el taller. Pero los sueños de Ianina Zanazzi se abren a un nuevo-viejo horizonte. A los 37 años, la mejor piloto argentina de los últimos 20 años retomó su camino y quiere comprobar hasta dónde puede llegar.

A los 37 años, disfruta su presente y espera que le llegue un simulador especial para entrenarse.

 ?? CONSTANZA NISCOVOLOS ?? La reina sobre cuatro ruedas. Ianina Zanazzi posa para Clarín en el taller de papá Carlos, que restaura Porsche clásicos.
CONSTANZA NISCOVOLOS La reina sobre cuatro ruedas. Ianina Zanazzi posa para Clarín en el taller de papá Carlos, que restaura Porsche clásicos.

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