El día perfecto de Morro García para hacer feliz a Godoy Cruz
La mañana en que homenajearon al Morro García por sus 100 presencias en Godoy Cruz fue la misma en que anotó el gol de la igualdad; la misma en la que sirvió la asistencia para el desnivel y en que se convirtió en la figura excluyente de un partido muy cambiante frente a Estudiantes, que se lo quedó el local gracias a su coraje.
Envalentonado por la goleada de la fecha anterior ante Independiente, Estudiantes pisó tierra mendocina con el convencimiento de que, en la cancha, había crecido. Todo un valor futbolístico que le permitió sobrellevar buena parte del primer tiempo con suficiencia ante un rival devaluado. Con tres derrotas el Tomba se quedó sin DT y tuvo que asumir el interino Javier Patalano.
Fue cauteloso el local, porque Estudiantes comenzó a filtrarse desde los costados y, de tanto avanzar, encontró lo que buscaba: Federico González quedó cara a cara con el arquero Roberto Ramírez, a quien sometió en dos tiempos, tras dar un rebote hacia adelante.
A partir de la merecida y tempranera ventaja, los de Milito eligieron el surco de la derecha de su ataque, cargando al lateral Gabriel Alanís. Godoy Cruz no presionaba en la salida y luego, con la pelota dominada en tres cuartos, el trabajo de contención mendocino era poco efectivo.
Pero la siesta mendocina se la tomó Estudiantes, que de ganar cómodo en 7 minutos pasó a perder también cómodo gracias a un delicado toque por entre las piernas de Andújar del zurdo Fabián Henríquez.
Milito metió cambios que nada cambiaron, por cuanto la rebeldía de su rival, más algunas cuotas de buen fútbol sellaron una victoria que en la primera parte parecía inesperada.
Las caras del teatro y sus muecas de transición de una imagen a la otra le dieron el primer triunfo a Godoy Cruz y una sonrisa al Morro.