Tevez no disimuló su enojo por quedarse afuera de los titulares

La jornada del Superclásico dejó para el análisis muchos más gestos que juego de Carlos Tevez. Lógico, porque la ausencia del Apache fue la gran sorpresa en la previa y quedó evidenciado por un rostro letal que mostró el capitán cuando entró y salió del Monumental. ¿Por qué no jugó? Alfaro lo explicó desde una decisión táctica, pero esta vez a Carlitos no le gustó. Ya había entendido que para los planteos contra Paranaense o en la altura de Quito era necesario otro tipo de futbolistas. No solo lo acató inmutable; también apoyó a sus compañeros. Pero en un clásico, en Núñez, después de todo lo que se vivió en el 2018 y con ausencias de peso como Salvio, Zárate y Ábila, Tevez se imaginó titular para afrontar quizá su último Superclásico en el Monumental por un torneo local, porque a fin de año se termina su vínculo y la renovación de su contrato todavía no está arriba de la mesa pese a su gran relación con Daniel Angelici, a quien se le termina el mandato a fin de año.

Alfaro había elogiado la actitud de Tevez en las últimas semanas. Incluso decidió ponerlo desde el arranque en la semana, frente a Liga de Quito, en un partido resuelto. “Tevez está muy bien, en lo futbolístico y en lo personal. Es nuestro líder y trabaja, se rompe el alma, sabemos todo lo que él quiere a Boca, lo que desea que Boca gane y él está teniendo una actitud de liderazgo notable, en todo

aspecto. Todos están al servicio de esta causa que es Boca y Carlos es el emblema de todo eso”, fueron las palabras del entrenador en la previa a esta trilogía de clásicos. En el primero, sin embargo, decidió dejarlo afuera. Y el liderazgo de Carlitos quedó en un segundo plano. Le ganaron sus deseos de jugar y mostró su enojo antes, durante (entró caminando, como contándole a todos su fastidio) y después. Ahora, el técnico tendrá que resolver qué hará con el Apache para lo que se viene. Si no le tocó con varios de los titulares lesionados, ¿cuándo le tocará?