Clarín - Deportivo

El capítulo 1 de la trilogía y las claves que dejó para los dos derbis que se vienen

Mano a mano. El Boca de Alfaro no sufrió al River de Gallardo y salió ileso y con mejores sensacione­s de Núñez.

- Martín Voogd mvoogd@clarin.com

Fue el primer round de la trilogía que comenzó ayer y terminará el 22 de octubre en la Bombonera, cuando se vean las caras en la revancha de las semifinale­s de la Copa Libertador­es previa escala, otra vez, en el Monumental. Fue de estudio, como suelen ser todos los primeros rounds en la historia de los primeros rounds. Habrá que esperar hasta aquella noche de finales de octubre para saber quién le saca más jugo a la experienci­a en el capítulo 1.

El River de Marcelo Gallardo mostró su juego habitual. Casi nunca esconde las cartas el Muñeco. Intensidad, dinámica y presión alta para tratar de incomodar a un Boca que también hizo su juego. El equipo de Gustavo Alfaro, con el sello que caracteriz­a a Gustavo Alfaro, maximizó los recaudos defensivos y apostó a plantarse bien atrás con la premisa de aprovechar una contra con el venezolano Hurtado, muy aislado, como punta de lanza.

El plan, en el plan de quedarse con los tres puntos, no le terminó de salir bien a ninguno de los dos entrenador­es, aunque con las tarjetas en mano y siguiendo con las analogías boxísticas, Alfaro le sacó una leve ventaja a Gallardo. Mínima. Pero ventaja al fin.

River anticipó, dominó y acechó el área de Andrada, aunque no terminó bien ninguna de las jugadas de riesgo que supo construir. Le faltó precisión y pimienta en la puntada final. Casi todo le salió hasta llegar a los 20 metros finales, esos donde sus delanteros suelen encontrar soluciones y, sobre todo, goles. Ayer fueron todas balas de salva. A Boca, en cambio, le salió a la perfección una parte: su arquero récord apenas pasó sobresalto­s. Pero, por el otro lado, le costó encontrar mal parada a la última línea de River, con el chileno Paulo Díaz y Lucas Martínez Quarta siempre atentos.

Ese partido duró 70 minutos. Los cambios y el cansancio cambiaron radicalmen­te el juego. El campo del Monumental se hizo aún más grande, con más espacios para los dos. Sobre todo porque las modificaci­ones de Alfaro abrieron algunas grietas en ese sólido bloque que había parado de arranque, ya con Carlitos Tevez, Sebastián Villa y Bebelo Reynoso en cancha y como socios de un Franco Soldano que dejó de ser volante a la fuerza para transforma­rse en centrodela­ntero luego de la salida de Hurtado.

Dio la sensación de que algo podía llegar a pasar en los minutos finales. Pero nada pasó. Apenas insinuacio­nes como esa última corrida de Villa que terminó en infracción en el borde del área y en el posterior tiro libre esquinado de Tevez que logró inquietar, un poquito, a un seguro Armani.

El round de estudio dejó diferentes sensacione­s. River, que merodeó la victoria, sabe que ajustando un poco más la perilla de la definición tiene herramient­as para preocupar a Boca en los dos próximos capítulos, los coperos, los que completará­n esta larga trilogía. Gallardo, no obstante, se debe haber quedado con un sabor amargo. Puso lo mejor que tenía a mano, incluso a un Nacho Fernández que llegó con lo justo y no logró desequilib­rar. ¿Qué puede cambiar? ¿Suárez de titular? ¿Pinola en la defensa? No mucho más.

Boca, que lució más lejos de la victoria en el Monumental, mostró que tiene, apostando al modo Alfaro, cómo hacerle el aguante a River. Pero, además, hay que tener en cuenta las variantes que sí podrá disponer cuando se vuelvan a ver las caras. El DT no tuvo a los lesionados Mauro Zárate, Wanchope Ábila y Eduardo Salvio, tres piezas clave a la hora de generarles dolor de cabeza a los rivales. También eligió guardar a Carlos Tevez, quien claramente nunca podría haber hecho el trabajo sucio que hizo Soldano y que es capaz de desequilib­rar hasta el más pintado con una ráfaga de inspiració­n. Alfaro, segurament­e, se fue con un dejo de satisfacci­ón. Su equipo, al menos, salió ileso de Núñez en este primer round. Y no es poco mirando al futuro.

En Boca no estuvieron Zárate, Ábila y Salvio, tres que pueden dar variantes en la Copa.

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