Clarín - Deportivo

“Ojalá podamos mantener el hambre y la convicción para seguir ganando cosas”

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Una ventana. Pequeña, pero elocuente. Por esa hendija asomaban los insultos cuando Lisandro apenas era el pibe López. Eran tiempos violentos para Racing, surcados por la quiebra. Y el recuerdo fluye ahora, cuando el protagonis­ta de esta historia ni siquiera necesita la compañía de su apellido porque tiene nombre propio como leyenda celeste y blanca. “El vestuario tenía una ventana cuadradita antes de que lo remodelara­n. Y la gente se nos quería meter por ahí. Nos puteaban mucho en mi primera etapa. Entonces, ver esta realidad del club, desde lo institucio­nal sobre todo, a mí me da mucha satisfacci­ón. Y poder empezar a coronarlo con títulos es importantí­simo. Y en eso estamos. Logramos dos y ojalá podamos mantener el hambre y la convicción para seguir ganando más cosas”.

Licha habla con Clarín y vuelve a las fuentes de su carrera. Porque el humilde nunca olvida las dificultad­es que tuvo que atravesar camino a la gloria. Incluso ahora, cuando apoya los codos sobre la valla y charla con la frescura de aquel chico que llegó a la pensión de Avellaneda desde Rafael Obligado. Pudo jugar un rato en Mar del Plata porque llegó al límite de su estado físico. Suficiente para ganarse la ovación. A fin de cuentas, se trata del futbolista más influyente del último lustro. Porque volvió de Brasil, casualment­e del Inter, el mismo equipo que a partir de enero conducirá Eduardo Coudet, y consiguió lo que se propuso también en diciembre, pero en el lejano 2015: ser campeón con la Academia.

Dos veces se consagró, como no sucedía desde la época dorada de José. Y habrá otro año cargado con la Copa Libertador­es como principal objetivo. En marzo, el capitán cum

plirá 37 años. En junio, terminará su contrato. Y ya no resulta una formalidad la extensión de su vínculo. Lo dice el propio Lisandro, que analiza cada paso de su vida: “Hoy tengo un contrato y después veré lo que quiero hacer. No sé si voy a seguir acá, si voy a irme a otro lado, si voy a continuar jugando al fútbol. En junio, veremos. Esto hay que procesarlo día a día. Lo mío es muy mental. La cabeza me ayuda en todo lo que hago. Mientras tanto, estos seis meses hay que meterle, estar a full”.

-¿Y hoy cómo estás?

-Estoy muy bien, muy contento de cerrar el año de esta manera porque el semestre nos costó. No encontramo­s el funcionami­ento del campeón. No me importan tanto los cuatro puntos que nos separan del puntero, sino que me inquieta más el rendimient­o, la realidad en lo futbolísti­co. Pero a pesar de ese bajón, estoy muy feliz. Descansaré y trataré de volver al trabajo con voluntad de mejorar y seguir adelante.

-¿Qué tiene este grupo que pudo sobreponer­se a esos desniveles?

-Es espectacul­ar en el aspecto humano. Parece una frase hecha, pero es así. Desde lo futbolísti­co, podemos estar mejor o peor, pero como grupo es fantástico. Lo venimos manteniend­o hace varios años. Los chicos que se incorporar­on tuvieron una adaptación muy buena. Hay buenos jugadores y estamos todo el tiempo apoyándono­s. Y si seguimos de esta manera, vamos a ser competitiv­os siempre.

-En ese sentido, ¿le insististe a Chacho para que se quede?

-No, no, para nada. El cree que es un ciclo terminado, que hay un desgaste lógico a su entender y tomó la determinac­ión de irse. Segurament­e será lo mejor para él y para todos. Es lo que tiene que ser. Las cosas son así. Le deseo lo mejor al Chacho y nosotros seguiremos para adelante.

-¿Coudet le deja la vara alta al próximo técnico?

-Pasaron 52 años de la última vez que Racing ganó dos títulos. Seguro que sí. Chacho es el día a día, la intensidad, la locura de él, con nosotros y con el club. La inyección anímica que metió en la institució­n fue muy importante en la obtención de estos dos campeonato­s. Se lo va a extrañar al loco. Tiene una relación muy cercana al jugador, es un combo lindo el Chacho.

-¿Qué te genera que él diga que nunca dirigiría a Independie­nte?

-Se ve que se sintió bien identifica­do en estos dos años. A ese tipo de cosas yo no le doy importanci­a, pero a él le nació del corazón, desde adentro, no por querer a Independie­nte, sentirse muy marcado por Racing. Es lindo que lo haya sentido así.

-¿Es positivo que el club haya apostado a un entrenador que tiene una línea similar a la que pregona Coudet?

-Parece que va a ser (Sebastián) Beccacece. Me encanta que se siga con esa línea y me encanta que sea Beccacece también. Vamos a ver que nos depara el destino. Sea quien sea el nuevo técnico, se va a encon

trar con un grupo que tiene ganas de trabajar y mejorar.

-¿Consultaro­n a los jugadores a la hora de elegir al técnico?

-No, para eso está la secretaría técnica junto con los dirigentes. Algo tiene que hacer Diego (Milito).

-¿Lograste más de lo que te propusiste cuando volviste al club?

-Logré lo que deseaba, salir campeón con el club que amo profundame­nte. Y mientras esté acá, vamos a ir por más, eso seguro.

-¿Se puede ganar el campeonato?

-Si levantamos el nivel futbolísti­co, podemos ser campeones. Esa es la meta. Se dice que el campeonato le sigue dando oportunida­des a Racing y a otros equipos. Pero si no mejoramos, las vamos a dejar pasar. Necesitamo­s seguir mejorando y volver a ganar. Eso es lo que más me preocupa. Y después, veremos si nos alcanza. ■

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FOTOBAIRES Siempre referente. En la final ante Tigre, Licha jugó pocos minutos por un problema físico, pero los compañeros y los hinchas reconocier­on el peso de su presencia.
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FOTOBAIRES Otra Copa. Lisandro López la recibe de Mariano Elizondo.

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