Clarín - Deportivo

Guerrieri peleó hasta el final con aliento y pasión argentinos

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Lo tuvo al alcance de la mano. Pero el título de la Copa Mundial de Turismo se le escapó por muy poco a Esteban Guerrieri. El argentino llegó a la última carrera del año, la tercera que se corrió en el circuito de Sepang, con muchas chances de coronarse campeón. Grandes actuacione­s en las primeras dos pruebas -en las que consiguió un cuarto lugar y un triunfo, respectiva­mente- lo dejaron a sólo diez puntos del líder Norbert Michelisz. Nada estaba dicho. Sin embargo, un problema en su auto lo dejó afuera cuando todavía no se había corrido la mitad de la carrera final. Michelisz (Hyundai) se llevó el título con 370 puntos y Guerrieri, con un Honda, quedó segundo con 349.

En la primera carrera la estrategia fue clave porque salió a la pista con una mezcla de neumáticos de lluvia y pista seca en un trazado mojado por la lluvia persistent­e y presionó desde el arranque. “Avancé bien. Tuve un toque con Farfus, se dobló la dirección y quedó algo dañado el auto. Intenté acercarme a Tarquini sobre el final, pero no pude. Seguimos en la pelea, pero es una lástima que haya ganado Michelisz”, comentó en ese momento Guerrieri.

“Fue increíble. Lo dejé todo. Tenía que hacer un comienzo increíble y lo logré. Tuve un auto increíble, gracias al equipo. Me sentí muy cómodo y fue una victoria importante para seguir con chances de ganar el título”, afirmó tras la segunda función. Al box llegó y allí lo recibió su familia. El clásico “que esta noche cueste lo que cueste... esta noche tenemos que ganar”, se hizo eco en el circuito mientras él se abrazaba y celebraba.

Sin embargo, si la segunda fue una carrera soñada, la tercera resultó una pesadilla. Después de quedar primero, la suerte de Guerrieri cambió. Su auto fue golpeado y se fue al pasto. Terminó lejos, 22°, con un problema en el radiador. Con bronca pero con la satisfacci­ón de haber dado todo. ■

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