Clarín - Económico

Dinero: Los bonos en pesos están de moda y le ganan por mucho al dólar

Arranque financiero. Las inversione­s apuestan por la estabilida­d del dólar y la renta en pesos. Los bonos atados a la inflación ganan atractivo.

- Gustavo Neffa Director de Research for Traders

Quién hubiese dicho que, a más de un año de la liberaliza­ción del cepo cambiario, los inversores iban a preferir las inversione­s en pesos a los bonos en dólares.

Es cierto que con más de 51 mil millones de dólares en el Banco Central nadie se atrevería a producir una corrida contra el peso. Se alcanzaron los niveles pre-cepo y mucho más y sin grandes compras del BCRA sino casi exclusivam­ente por la liquidacio­nes de los dólares de la colocacion­es soberanas, provincial­es y corporativ­as hechas en el exterior.

Claro que no está muerto quien pelea: los mercados le siguen asignando entre 21% y 19% de devaluació­n esperada en función de los distintos plazos, con una curva invertida (es decir le da más probabilid­ad de un salto a corto plazo). Pero por ahora ese es un trade netamente perdedor.

Es muy difícil que el dólar caiga más con un 20,8% de inflación esperada según el REM y un atraso cambiario que algunos colegas estiman entre 20 y 30%, pero los inversores se sienten más seguros con una inversión en moneda doméstica, dado que faltan motivos para que

suba. El flujo es en un solo sentido, por ahora. Ya se emitieron casi 40 mil millones de dólares en el exterior y la cifra de este año asciende a 12.254 millones, contando hasta la última colocación de La provincia de Córdoba.

En el año, los bonos en pesos le han ganando por muchos cuerpos de ventaja a las inversione­s en dólares que, en promedio en la Bolsa de Comercio, cayeron según los subíndices del IAMC.

Y existe otra financiaci­ón que empezó a tomar forma porque existe una demanda creciente: son las colocacion­es en pesos a tasa

fija. El gobierno construyó una curva que es de gran ayuda para medir la tasa de riesgo soberana en moneda local para que las empresas y provincias hagan lo mismo con un spread por riesgo. Todos esos bonos están muy arriba de la par y rinden entre 18,5% y 13,5%, en una curva

también invertida pero en este caso debido a la expectativ­as de baja en la inflación. La elevada demanda proviene de fondos del exterior, quienes explican más de la mitad de las últimas colocacion­es. Imposibili­tados de licitar Lebacs desde el exterior, los inversores extranjero­s encontraro­n liquidez y una apuesta al

peso argentino en los bonos a tasa fija, pero soberanos y más largos. Y con poca exposición porcentual generan una demanda muy elevada en términos absolutos por ser verdaderos pesos pesados del mundo de las inversione­s. La Argentina está en la vidriera y no quieren perderse el tren, menos aún cuando los índices de referencia de JPMorgan en moneda doméstica ya decidieron que ponderarán de ahora en más a tres de estos bonos.

Asimismo, la continua baja en la tasa de corte de las Lebacs hizo que parte del dinero de los inversores locales tuvieran el mismo destino.

En la curva de bonos ajustables por Badlar, las alternativ­as ya están caras. Rinden una TIR con inflación proyectada negativa y solo se justifica su posicionam­iento si la Badlar se estaciona en su valor actual de 20% y la inflación desciende rápidament­e, una disociació­n difícil que se de.

En cambio, los bonos en pesos atados a la inflación (CER) se encontrarí­an baratos: todavía rinden entre 1,5 y 2% en el tramo medio como el Boncer 2020 y 2021 que se convierten hoy en una alternativ­a válida de inversión. El tramo largo ofrece rendimient­os de más del doble de spread como es el caso del discount en pesos, pero ahí se asume un riesgo adicional que es el de tasa de interés internacio­nal y su impacto en la preferenci­a de los inversores extranjero­s con carteras diversific­adas y en donde Argentina sigue sufriendo porque paga las tasas más altas de la Region después de Venezuela y Ecuador y es muy sensible al escenario internacio­nal.

Hay que mencionar que la apuesta no es arbitrar algún bono contra otro en una misma curva sino posicionar­se en pesos primero y elegir correctame­nte el ajuste que se especule tenga el mejor recorrido respecto al dólar.

Febrero podría venir con una elevada inflación de entre 2,0 y 2,3% y marzo presenta una elevada estacional­idad. Sigue siendo el momento de los bonos en pesos y refuerzo la idea de invertir en la curva de bonos ajustables por CER.

Es muy difícil que el dólar caiga más con un 20,8% de inflación esperada según el REM y un atraso cambiario de entre 20 y 30%. En la curva de bonos ajustables por Badlar, las alternativ­as ya están caras. Los bonos atados al CER son una buena opción.

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Pantallas pesificada­s. Los inversores apuestan por la moneda nacional.
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