Clarín - Económico

La “mancha moral” de Mauricio Macri

Preocupaci­ón del Presidente en un discreto encuentro con el radical Sanz. Asado en Olivos y un proyecto para evitar conflictos de intereses.

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

Mauricio Macri cree que su gobierno debe aclarar los conflictos que pueda haber entre los negocios de su familia y el Estado. En una confesión que hizo entre cuatro paredes del palacio de El Pardo en donde se alojó hasta anoche, se mostró mortificad­o como nadie lo había advertido en las reuniones —muchas— en las que ha discutido el entuerto del Correo Socma. “Han expuesto a mis hijos, y eso es el límite para mí. Es lo único que debo cuidar”. ¿Quién se metió con tus hijos? Los medios kirchneris­tas, le aclaró como si él fuera el único que se entera de lo que dicen. “Estoy mortificad­o por eso, pero más porque tenemos que hacer algo que disipe la posibilida­d de una mancha moral. Si esto no se arregla, va a quedar una mancha moral y un presidente con una mancha moral no le puede pedir a nadie que haga un sacrificio. Hay que hacer todo lo que sea necesario para que esto se aclare”.

Confesione­s en El Pardo

Apenas llegó a Madrid el martes, sin ver la agenda que seguía, convocó al ex senador Ernesto Sanz, que acababa de llegar vía San Pablo a sumarse a la delegación oficial. Fue la primera actividad que tuvieron los dos en España. Ese encuentro en salones con aire de confesiona­rio fue el primero que tuvieron los dos viajeros antes de cualquier otro compromiso de agenda. Más importante que los reyes y los empresario­s, los acuerdos y el jamón de jabugo, era dibujar una estrategia para sacar a Olivos del enredo al que nadie le encuentra salida. Lo más grave, según esos dos contertuli­os de un Pardo casi otoñal, es la soledad en la que el propio gobierno dejó al presidente, que debió por las suyas salir él a explicar el acuerdo del Correos-Socma con ministros silentes, amnésicos o que vieron pasar elefantes invisibles. El diálogo fue como otros pocos que han tenido Macri y Sanz, discretos e inesperado­s, pero hondos, entre dos adultos que llevan apenas dos años de conocimien­to personal.

Martes de Carnaval: los bloques oficialist­as a un asado en Olivos

La respuesta a esa confesión fue el pedido de una revisión de la manera de resolver los asuntos. Traducido en criollo, es abrir el seguimient­o de los asuntos de gobierno a todos los ojos y las opiniones El plan se resolvió pronto. A las pocas horas arrancaba la cumbre radical de Villa Giardino, en la que algunos correligio­narios aprovechar­ían para marcar diferencia­s sobre la base de estos resbalones que revelan el desdén de los tecnócrata­s por los políticos. ”No te preocupés, Mauricio —lo tranquiliz­ó— los radicales se quejan, pero ninguno se va de Cambiemos”. ¿Qué hago? Escuchalos. ¿Cuándo? Ya mismo. De ahí vino la orden de El Pardo a Olivos, adonde Macri llegó esta mañana: el martes por la noche habrá gran asado, gran, ofrecido por Macri a todos los legislador­es de los dos interbloqu­es del Congreso, que en total superan el centenar. Estarán también los jefes partidario­s. El paquete supone una aparición especial de los dos escuderos del oficialism­o —Elisa Carrió, Mario Negri— que salvaron la sesión de ART en diputados el miércoles 15, cuando llovían, y de punta, las críticas por el intento de bajar las jubilacion­es. Esa aparición de Carrió se repetirá horas más tarde, el 1° de marzo, cuando Macri inaugure el año legislativ­o.

Macri cambia criterio empresaria­l

¿Qué componente­s tiene este ciclo que se abre? 1) Una crítica de los legislador­es a los funcionari­os del gabinete por la actuación en el caso Correos y jubilados. Hay consenso en que Oscar Aguad no estuvo a la altura de un experto en quiebras, pero que pudo asumir una defensa más eficiente de Macri. Éste lo cree leal, “un vikingo” dice, pero debió tomar el tema como propio, solucionar­lo sin estridenci­as y encapsular la responsabi­lidad del presidente. Un ministro en control de su cartera no podía dejar que el abogado no le informase de un juicio Macri vs Macri y que lo obligase a una decisión de Estado. Un error, también, que vaya a Diputados a decir que quizás Macri sabía del tema, pero que con él no lo habló. Hubo poco Marcos Peña en la vocería, que ha asumido en otros entuertos, y ausencias notables como la del ministro de Justicia, Germán Garavano,a quien algunos imaginan gozando del merecido descanso anual. 2) Un giro en la actitud de Macri sobre los conflictos de empresario­s cercanos al gobierno. Hasta ahora su dictamen en reuniones era: ¿Nico Caputo se presenta a licitación? Si tiene mejor precio y condicione­s, ¿hay que impedirle participar porque es amigo mío? ¿Qué, aunque cumplan con la ley van a marginar a todos los amigos de cada funcionari­o o de su familia? Un criterio empresario, terreno en el cual las decisiones se agotan dentro del cumplimien­to de las normas, sin atender al efecto que esas decisiones tienen en esa materialid­ad de la mala leche que se llama política. Después de lo ocurrido, Macri empieza a cambiar de criterio y habilita lo que ya anunció, que se aprobará un protocolo para proteger los intereses del estado en situacione­s de presuntos conflictos familiares y personales con el Estado. La política existe y tiene una ley: si alguien puede hacerte daño, te lo hará.

Funcionari­os tendrán las restriccio­nes de los jueces

Fabián Rodríguez Simón se acreditó el lunes el pepinazo del año al inspirar el pedido del gobierno de declarar la caducidad de los reclamos del Correo Socma, lo más audaz que se le pudo ocurrir a alguien, pero que estrella al Presidente ante su propia familia. Este experto en temas conflictiv­os, aporta a ese protocolo un expediente extremo: aplicar a los funcionari­os, en caso de conflictos de intereses en su relación con el Estado, las mismas causales de recusación que impone a los jueces el artículo 17° del Código Procesal en lo Civil y Comercial. Si se reemplaza la palabra juez por la de funcionari­o en esa norma, la inhibición correría en casos de parentesco por consanguin­idad dentro del cuarto grado y segundo de afinidad con empresario­s, en casos de ser acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, en casos de beneficios recibidos entre las partes, o de amistad “que se manifieste por gran familiarid­ad o frecuencia en el trato”, o tener enemistad, odio o resentimie­nto que se manifieste por hechos conocidos. El protocolo, además, le dará en casos de presuntos conflictos de intereses, juego a la SIGEN, a Auditoría General de la Nación, la procuració­n del tesoro y la Oficina Anticorrup­ción. Rodríguez Simón dedicó algunas horas de este fin de semana a discutir en persona con Carrió detalles de la carpetita; Carrió es la autoridad inmediata de Fernando Sánchez, jefe del bloque de la Coalición. Tienen que llegar al asado del martes con los deberes bien hechitos porque no hay margen para otro blooper.

Radical confesor. Ernesto Sanz estuvo de charla privada, con aires de confesiona­rio, con Macri en España.

Paz con la Telefónica ante el Mono Navarro Montoya

Ese martes de melancólic­as y mortificad­as confesione­s terminó con una buena: Macri se encontró en la casa del empresario Hugo Sigman —a la que llegó acompañado por Sanz desde El Pardo— con el consejero delegado para Hispanoamé­rica de Telefónica, Eduardo Caride. En ese encuentro tuvo la constancia que, apretando los dientes, se aguantarán los decretos de convergenc­ia de medios y que no irán a los tribunales del

Diputada auditora. Elisa Carrió auditará la propuesta para enfrentar las relaciones entre gobierno y empresario­s.

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