UNA OFERTA DISTINTA PARA CADA CLIENTE
En la Argentina, el monto total de los créditos otorgados por el sistema financiero medido contra su producto bruto industrial no supera el 15%. Según el Banco Mundial, en Brasil es 62%, en Chile 110% y en EE.UU. más de 200%. Estamos lejos de cualquier indicador comparativo razonable.
Las fintech representan una oportunidad para romper esta grieta histórica que impide que millones de personas y empresas tengan acceso a servicios financieros de ca- lidad postergando su desarrollo y sus proyectos de progreso. No solo es un tema de acceso al crédito, sino de su costo y de la forma en que se resuelve la atención al cliente.
La tecnología permite resolver el viejo desafío: no todos los clientes somos iguales y no hay un único modo de satisfacer las necesidades financieras de personas y empresas. Hay personas que se sienten satisfechas visitando sucursales bancarias, mientras los más jóvenes prefieren operar desde su celular. Muchos planifican sus finanzas con tiempo y otros prefieren la inmediatez de servicios instantáneos cuando descubren la necesidad. Finalmente todos queremos pagar menos por mejores servicios a través de experiencias personalizadas como sucedió con las telecomuni- caciones, el entretenimiento, el comercio minorista y el transporte.
En este entorno, las fintech vienen a complementar, competir y cooperar con los bancos. Hay complementación porque las fintech apuntan a clientes que los bancos no saben, no quieren o no pueden atender. Hay competencia porque siempre existen grupos de clientes y servicios muy rentables que las fintech van a abordar con menores costos o más efectivamente. Y habrá cooperación porque la tecnología en manos de las compañías jóvenes e innovadoras siempre va a encontrar en los bancos una demanda para venderles innovación, que le permitan renovar sus servicios. A las grandes instituciones les resulta difícil y costoso innovar internamente.
Mientras que las personas comienzan a percibir que los servicios financieros pueden ser mejores si se usa la tecnología, las actuales autoridades ya lo saben con certeza. Por un lado, la tecnología es una aliada clave para la inclusión financiera y por otro, facilita la bancarización porque abarata el costo de las operaciones. Esto dará comienzo a otra batalla entre los países: la competencia por el talento fintech - que es escaso- y el capital inversor, más escaso todavía.
México, uno de los dos gigantes de nuestra región, se prepara para aprobar la primera Ley Fintech del mundo la semana entrante. Eso le dará una ventaja regulatoria decisi
va. Es un dato muy relevante para atraer inversiones y fomentar la inclusión financiera.